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Este 4 de septiembre, el mundo de la moda llora la pérdida de uno de sus genios: Giorgio Armani. El director ejecutivo de la casa Armani ha muerto a los 91 años rodeado de sus seres queridos, según ha informado la propia marca en un comunicado.

"Hoy, con profunda emoción, sentimos el vacío dejado por quien fundó y nutrió esta familia con visión, pasión y dedicación. Pero es precisamente en su espíritu que nosotros, los empleados y los miembros que siempre hemos trabajado junto a él, nos comprometemos a proteger lo que construyó y a impulsar la empresa en su memoria, con respeto, responsabilidad y amor", reza la carta.

Entre las líneas del texto puede leerse la admiración que Il Signor Armani, como solían conocerle, despertaba en aquellos que tenían la oportunidad de trabajar con él. El italiano contaba con lo que solo está al alcance de unos pocos: un espíritu pionero, un sentido exquisito de la estética y un talento innato.

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El éxito que cosechó el modisto no fue fruto del azar, sino de un trabajo incansable, que tanto requiere un ámbito como el de la moda. Armani se convirtió en un ejemplo de resiliencia y de superación.

A diferencia de otros creadores, la confección no siempre estuvo presente de forma tan clara en su vida. De hecho, en varias ocasiones, afirmó que podría haber ejercido otra profesión. 

"No estudió moda ni arte. Armani fue médico de formación y, tras un periodo en el ejército, trabajó para unos pioneros y avanzados grandes almacenes, La Rinascente, en los que entrenó su conocimiento de los tejidos, el contacto con los clientes y la visión creativa para satisfacerlos", destaca Ana Llorente, docente del área de moda de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología y Doctora en Historia de la Moda.

"Comenzó desde un tejado y, lejos de derrumbar la casa, le permitió tener una visión de pájaro en la moda. Cuando Nino Cerruti, antes de contratarlo, le puso a prueba colocando diferentes telas ante él y le pidió que escogiese las que más le gustasen, Giorgio tomó las mismas que le gustaban al estilista", relata.

Nacido el 11 de julio de 1934 en Piacenza, Italia, creció en una familia humilde en la posguerra. Tras un breve paso por la carrera de medicina y el servicio militar, se adentró en el mundo de la moda trabajando en los almacenes La Rinascente de Milán.

En los años 60, su vida dio un giro fundamental: captó la atención del diseñador Nino Cerruti, con quien trabajó durante varios años. En 1975, fundó su propia firma junto a su socio Sergio Galeotti. Su talento y empeño se encargaron del resto.

En los años 80, alcanzó una fama internacional al vestir, entre otros, a Richard Gere en American Gigolo y recibir prestigiosos premios como el Neiman Marcus.

En 1985, la pérdida de su compañero de taller y amigo, Galeotti, no acabó con su deseo de avanzar. Giorgio siguió adelante, respaldado por el éxito de sus diseños, tanto dentro como fuera de la pantalla.

Con el paso de los años, desarrolló nuevas líneas de creación, entre ellas, la de Alta Costura —en el año 2005—, o la de cosmética, bien conocida como Armani Beauty. Vistió a las estrellas en alfombras rojas y eventos, personajes de películas y series, amigas y musas.

El mundo de la moda le debe múltiples tendencias e incluso fenómenos: el power dressing, la eliminación de ciertas barreras de género en la vestimenta y la apuesta por un minimalismo elegante y bien entendido.

A lo largo de su vida, puso todo al servicio del sector, consciente de que dejaría para la historia un legado inalterable.

"Pocos han ostentado la corona en la moda, y él lo hizo no solo adaptando sus valores a nuevos compromisos para la agenda de la industria, sino, como representante del 'Made in Italy', por medio de la estética de la sobriedad, ascetismo, pureza de líneas, armonía de las formas y naturalismo idealizado", añade la experta.

Sin florituras, los diseños del modisto están pensados para el pasado, el presente y el futuro. Prueba de ello: con 15 años de diferencia, la reina Letizia lució el mismo conjunto.

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Hasta el final, el señor Giorgio luchó por su firma. Incluso en los momentos de mayor dificultad, tal y como demostró en la Semana de la Moda de París en julio de 2025. "El Sr. Armani ha trabajado con su entrega y dedicación habituales en las colecciones que se presentarán", rezaba el comunicado.

Las generaciones actuales y futuras lo recordarán por múltiples razones, aunque quizá la más importante sea una que él mismo verbalizó: "Permanece fiel a ti mismo y a tu filosofía". Y así lo aplicó hasta su último suspiro.

"Su legado nos invita a mirar hacia el futuro con lo aprendido: cultivar la excelencia, la disciplina y el respeto por la visión personal. Hoy su ausencia deja un vacío, pero también un legado vivo que seguirá guiando a las próximas generaciones de creadores", para Gadea Maier, codirectora del Máster de marketing de moda y belleza del EAE Business School.

Repasamos en imágenes algunos de los hitos de la vida del diseñador que vistió nuestros sueños.

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    El nacimiento de una firma icónica

    La historia de amor entre Armani y el mundo de la moda arrancó formalmente el 24 de julio de 1975 en Milán. El diseñador ideó la firma junto al arquitecto Sergio Galeotti.

    La empresa comenzó originalmente enfocada en la estética masculina, presentando una sastrería revolucionaria por su ligereza y elegancia. Luego, se expandió rápidamente a la femenina y diversificó sus líneas. En esta foto, posa junto a su equipo.

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    Un estilo único

    Los diseños de Armani en los años 80 se caracterizaron por revolucionar la sastrería: introdujo trajes desestructurados, de líneas limpias y relax, borrando la rigidez tradicional tanto para el vestidor masculino como el femenino.

    Al igual que diseñadores como Yves Saint Laurent, popularizó el power dressing y consiguió dar visibilidad a una estética elegante pero accesible, haciendo eco al conocido como lujo silencioso.

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    Amistades excepcionales

    Giorgio mantuvo relaciones de amistad muy estrechas con numerosas personalidades, entre ellas, la actriz Rossella Falk. Son muchas las imágenes que confirman su trato cercano en eventos de la vida social italiana de los años 70.

    Sophia Loren, Naty Abascal, Antonia Dell'Atte, Cate Blanchett, Kate Winslet y Victoria Beckham son otras de las estrellas con las que tuvo un vínculo especial.

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    Protección animal

    Pese a confeccionar modelos que incluían pelo de animal —esencialmente de vaca, cabra, conejo y angora— en sus inicios, el diseñador, fue apartando de forma progresiva su uso.

    En 2016, la firma dejó de utilizarlas del todo, reforzando su postura ética y de protección animal. Recordó que la tecnología ya era óptima para desarrollar alternativas sintéticas de un aspecto muy parecido.

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    Vestuarios de ensueño

    El arte de Armani trascendió la pantalla. El diseñador ideó el vestuario de Richard Gere en American Gigolo (1980). Firmó trajes formales, looks deportivos, de gala y hasta ropa interior ajustada, consiguiendo siluetas versátiles.

    Pero no fue la única película para la que trabajó el modisto: también fue el autor del vestuario de obras como Los intocables de Eliot Ness, Gattaca o Belleza robada. Sus creaciones también destacaron en Shaft y Misión Imposible: Protocolo Fantasma.

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    El 'greige' de Armani

    Fue una persona que dictó tendencia en infinitas ocasiones. Su apuesta cromática más destacable fue el 'greige', una mezcla entre gris y beige. Combina la elegancia atemporal del primero con la calidez natural del segundo.

    Este tono, icónico en las creaciones de Giorgio Armani, es considerado una seña de identidad de su estilo sobrio y sofisticado.

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    En la intimidad

    A la vez misterioso y sociable, el carácter de Giorgio ha sido descrito por quienes lo rodeaban como determinado, perfeccionista, reservado, leal y discreto. La introspección y la sobriedad han predominado su percepción vital y sus interacciones.

    Tenía, asimismo, una visión inclusiva de la moda. "Diseño para personas reales. Pienso en nuestros clientes todo el tiempo. No hay ninguna razón para hacer ropa que nadie vaya a usar", dijo en una ocasión.

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    Diseños de gala

    Armani fue visionario en numerosos sentidos, entre ellos, la retroalimentación constante entre el estilo masculino y femenino. Uno de los diseños que mejor responden a esta definición fue el lucido por Julia Roberts en la ceremonia de los Globos de Oro en 1990.

    La actriz recogió el premio por su trabajo en Magnolias de acero, con un traje masculino XXL, compuesto por una chaqueta y un pantalón a cuadros, aunque fue su corbata la que marcó la diferencia.

    Rompió los códigos tradicionales de la alfombra roja. Este hito, en 1977, también lo había conseguido vistiendo a Diane Keaton, nominada a Mejor actriz con Annie Hall, con una apariencia dual.

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    Una visión amplia

    Además de su exquisito trabajo en el ámbito de la moda, Armani no tardó en interesarse por el de la belleza para trasladar su filosofía de elegancia sencilla, naturalidad y autenticidad. 

    Según el propio diseñador, su objetivo siempre fue desarrollar productos que realcen la belleza natural y ayuden a las personas a sentirse seguras, manteniendo siempre altos estándares de calidad, innovación y sofisticación técnica.

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    Alta Costura

    La evolución imparable del modisto le llevó a crear su propia línea de Alta Costura, conocida como Armani Privé. Fue concebida formalmente en enero de 2005 con un primer desfile celebrado en el marco de la Semana de la Moda de Alta Costura.

    Según explica la firma, "nació de una visión de creatividad más contemporánea, expresada a través de líneas refinadas, técnicas artesanales, materiales preciosos y bordados joya".

    "Surgió como una nueva expresión del estilo Armani, complementaria y distinta a la vez del prêt-à-porter, pero unida por la búsqueda de un estilo lineal, elegante y sofisticado de la firma". Se planteó, por ende, como un espacio de atrevimiento y experimentación.

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    En el deporte

    Giorgio también se adentró en el mundo del deporte de una manera exclusiva. Se encargó del vestuario olímpico del equipo italiano en los Juegos de Londres 2012, por iniciativa del Comité Olímpico Italiano (CONI).

    La línea deportiva EA7 Emporio Armani incluía conjuntos deportivos y atuendos formales que lucieron los atletas en las ceremonias y actos oficiales.

    Esta incursión se presentó, asimismo, como una manera de reivindicar la presencia de la moda en todos los ámbitos, valorar el savoir-faire y defender la marca Italia.

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    Oda a la realeza

    Armani siempre mantuvo una estrecha relación con la realeza europea. Resulta imposible olvidarse del traje blanco impoluto que lució la reina Letizia para anunciar su pedida de mano el 6 de noviembre de 2003. Rescató este conjunto 15 años más tarde en Marruecos, confirmando su carácter atemporal.

    Otro ejemplo inolvidable fue el vestido de novia elegido por Charlène de Mónaco para su enlace con Alberto II, el 2 de julio de 2011.

    Su diseño fue el reflejo de su maestría: fue realizado a mano con cerca de 40.000 cristales de Swarovski, 20.000 lágrimas de nácar y 30.000 perlas doradas. El segundo vestido nupcial de la royal también fue obra del diseñador.

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    Vistiendo a estrellas

    El diseñador tuvo una presencia notable en todo tipo de alfombras rojas y eventos. Son innumerables las apariciones de sus diseños en ocasiones como la Gala Met o los Oscar.

    En estos últimos, Cate Blanchett lució varias de las creaciones más emblemáticas de la línea Privé, como un vestido plateado asimétrico cubierto de cristales de Swarovski (2007) y un romántico modelo aguamarina con flores en relieve (2016).

    En la ceremonia de los Grammy, en 2010, Lady Gaga sorprendió con un estilismo en tono lavanda. Fue en los SAG Awards de este 2025, cuando Jane Fonda eligió un diseño del modisto, al igual que Alejandra Gere para los Goya.

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    La expansión de Armani

    Giorgio siempre tuvo en mente un desarrollo 360 de la firma. Por ello, lanzó distintas líneas como Armani Jeans, Emporio Armani y Armani Exchange, llevando el estilo a distintos públicos y rangos de precios sin perder su ADN.

    El diseñador no solo contribuyó a crear un nuevo sentido de la elegancia, sino también en fomentar una visión multicanal de la moda y en parte, capaz de adaptarse a las exigencias de estilos muy diferentes.

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    Una carrera ejemplar

    Giorgio Armani se convirtió en uno de los diseñadores más longevos de la historia por su capacidad de adaptación constante, su visión empresarial y la fidelidad a una estética propia.

    A diferencia de otras casas absorbidas por conglomerados, Armani ha mantenido el control creativo y administrativo de su firma hasta el final, supervisando ambas partes. Sin duda, será recordado como un ejemplo para todas las generaciones.

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