Javier Menacho, trabajando en su taller.

Javier Menacho, trabajando en su taller. Cedida

Lujos

Javier Menacho, el artesano andaluz que conquistó a Dior: "Una buena piel puede durar más de 500 años"

Experto en guarnicionería y marroquinería, defiende un oficio de la moda en desuso que requiere maestría, paciencia y virtuosismo.

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Aunque la palabra 'artesanía' suene de forma cada vez más contundente en el mundo de la moda, solo unos pocos expertos preservan el secreto de su éxito.

Entre ellos, Javier Menacho, profesional de los mundos de la guarnicionería y de la marroquinería (compatibles, pero no idénticos), quien, desde su taller andaluz, crea a mano complementos de piel que conquistan a un público selecto.

La incursión de Javier en el mundo de la moda no fue, sin embargo, evidente desde un principio. El interés por la hípica fue su punto de partida: "Empecé a formarme para ser jinete, pero las cosas no salieron como esperaba y decidí entrar en el mundo de la guarnicionería para seguir cerca de los caballos".

"Comencé a crear artículos para el jinete, pero la creatividad me poseía y me puse a investigar el mundo de la marroquinería y de la decoración de interiores", relata.

De ahí, su evolución fue natural e imparable: "Me lancé a crear bolsos y cinturones, fue algo autodidacta porque en ese mundo nadie me enseñó. Lo que hice fue fijarme mucho en los talleres parisinos, la forma en la que montaban los bolsos, cómo hacían el desglose de las piezas… y fui aplicándolo", explica el guarnicionero.

El taller de Javier se ubica en Castilblanco de los Arroyos, un municipio de apenas 5.000 habitantes a medio camino entre las provincias de Sevilla y Córdoba.

Una elección que hace eco a las propias necesidades del profesional: "Estoy lejos de la multitud, porque aquí hay que pensar y diseñar. El barullo no me deja concentrarme y crear".

Una confección exclusiva

En su espacio, trabaja con un 100% de piel curtida al vegetal "tanto para el ensamble de los cuerpos de los bolsos como para los forros interiores", esencialmente con técnicas de abultado, "con el que tenemos un repujado de mucho más relieve" y de cincelado, "un trabajo detallado, más plano".

Una vez que el patrón del bolso está creado, tarda entre cuatro y cinco días para confeccionar, aunque Javier confiesa que ha llegado a "echar unos 15 días para un bolso".

El éxito de un modelo depende de cada etapa. "Tienes que ir dando por bueno el bolso desde que empiezas, porque cada paso te lleva a completar otro. Toca estar centrado en un corte limpio para que salga una costura derecha, por ejemplo".

Javier Menacho suele tardar entre cuatro y cinco días para crear un bolso.

Javier Menacho suele tardar entre cuatro y cinco días para crear un bolso. Cedida

A la hora de confeccionar y valorar la calidad de un bolso, el experto lo tiene claro: "Cuantas menos piezas tenga en el montaje, mejor. Trato de evitar el ensamble de piezas para darle mayor resistencia, para que sufra menos. Mis bolsos suelen contar con tres".

"Lo segundo, una buena piel. Las que se fabrican a base de químicos tienen una vida muy corta. Sin embargo, la otra, cuidándola, puede durar 500 años perfectamente. Va cogiendo color, carácter… tiene vida propia. Siempre digo que trabajo con un material zombi".

Sevilla es la principal inspiración de su trabajo, "por las civilizaciones que han pasado por ella. Cada uno ha dejado su estilo. En ocasiones me centro mucho en la islámica, otras veces me inspiro más en el barroco".

"La tradición artesana de cada lugar es un sello de identidad que habla de él. Puede que la andaluza sea más rica en algunos aspectos", declara.

Y confiesa a continuación que su clientela es variada y que siempre apuesta una primera toma de contacto en persona: "Nunca hago un trabajo a distancia, siempre quiero que de primeras estén presentes aquí o en el taller de Madrid, donde tenemos otro punto de venta".

Su manera de proceder es detallada, "les explico las pieles con las que se ha elaborado el montaje, cómo va la costura… en algunas ocasiones, sobre todo en cinturones, llego a contar las puntadas".

Este contacto es clave para el resultado global y tener una relación a largo plazo: "Una vez que ya han hecho esa primera compra, se estrecha la relación. El siguiente encargo, lo pueden hacer a través de mí, por WhatsApp o Instagram, y se encargan de participar también en el diseño".

"Empiezan porque yo les diga cómo hacerlo, porque algunos clientes no se ven capaces, dicen que no saben dibujar. Pero me gusta incentivarlos para que ellos colaboren en el diseño", detalla.

Para Javier, "es bonito también tener un artículo que te cuente una historia, que te haga decir 'yo he participado en el diseño de mi bolso'".

De la mano de Dior

Uno de hitos profesionales de Javier Menacho fue, sin duda, su colaboración con la casa Christian Dior. En 2023, la maison presentó su colección Crucero en la Plaza de España de Sevilla, en homenaje a la artesanía andaluza y de forma más amplia a la española.

"Ahí es cuando más se resalta mi nombre en el mundo de la moda. Previamente, había creado bolsos, pero ellos fueron los que me pusieron en el mapa", afirma.

Javier Menacho recuerda con ilusión esta etapa: "Un día estaba en el taller y sonó el teléfono. Eran de Christian Dior para España. Al principio pensé que era una broma (risas), yo estaba loco por que mis bolsos se conocieran por el mundo".

"Me dijeron que Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la casa, quería visitar el taller con su equipo. Estuvieron aquí y se fijaron en todas las técnicas que se trabajaban en el taller, tanto el repujado como el bordado o el moteado con cuero de las sillas de montar, que fue lo que escogieron ellos para sus bolsos", explica Javier sobre el proceso en sí.

Silueta de la colección Crucero 2023 de Dior.

Silueta de la colección Crucero 2023 de Dior. Getty Images

A raíz de este encuentro "me mandaron pieles para hacer pruebas. Les envié por mi parte cómo quedaría la costura en los bolsos, hasta que ya me mandaron los patrones del Saddle y del Lady Dior. Y de ahí empecé a crear".

A raíz de esta colaboración, Javier confiesa que el número de seguidores de su cuenta de Instagram subió considerablemente, con consecuencias diversas: "Llegó mucha gente pidiéndome el bolso Dior y me negué, no me dedico a copiar a nadie, sino a ofrecer a cada clienta la posibilidad de crear un modelo diferente".

Por ahora, no se plantea volver a colaborar con una casa: el guarnicionero está enfocado en su propio trabajo.

Artesanía real

Entre sus objetivos, destaca el conseguir que la artesanía tenga el lugar que se merece. "La gente tiene que conocerla de primera mano. Todo lo que conlleva desarrollar un bolso, desde cortar a mano hasta coser… es un mundo totalmente diferente al de la industria".

Por otra parte, destaca que debería "cambiar un poquito el chip del concepto que tiene la sociedad hoy en día del artesano. Cuando hablas de un artesano, se suele pensar en un hombre mayor de pueblo, que no tiene Instagram, ni móvil y que jamás ha salido".

El repujado es una de las técnicas clave del artesano.

El repujado es una de las técnicas clave del artesano. Cedida

La responsabilidad es sobre todo gubernamental para el experto en marroquinería. "Actualmente, por ejemplo, el gobierno de Castilla-La Mancha está apoyando de verdad la artesanía".

"Fomenta la contratación en talleres, la organización de ferias y las colaboraciones con grandes interioristas. Ofrecen el producto artesano a influencers y personas muy conocidas en el mundo de la moda. El tema de las escuelas taller también es clave, hay muy pocas en España".

La artesanía española, de forma más específica, no solo tiene que potenciar dentro de las fronteras, sino fuera.

El hecho de que cada vez más casas decidan rendir homenaje a la cultura nacional es una buena señal: "Todo empujón siempre es bueno, aunque hoy en día, con el tema de redes sociales, está todo mucho más abierto. Siempre recuerdo que entre ver una foto y el trabajo en persona, difiere mucho".

Pese a defender un trabajo plenamente artesanal, Javier no cree en la incompatibilidad de su mundo con el de una moda más inmediata: "No pienso que acabar con ella sea lo correcto, pueden convivir perfectamente. Tienen dos tipos de público que no tienen nada que ver el uno con el otro".

"La persona que compra artesanía es una persona con cierta sensibilidad, un aprecio por lo auténtico. Busca algo exclusivo. Por ello, pueden coexistir", reflexiona sobre una de las dualidades más recurrentes del sector.

El futuro de Javier Menacho parece claro: "Quiero seguir con mi proyecto actual. También me gustaría abrir una escuela taller propia. Y por supuesto salvaguardar y expandir este oficio". Más que un deseo, se presenta como una necesidad para preservar la magia de la marroquinería de lujo.