Isla de cocina.

Isla de cocina.

Interiorismo

Una interiorista habla claro sobre las islas de cocina: "Prefiero un buen comedor, la isla solo resta espacio"

Elisa Iglesias de EIRE Interiors rompe con el consenso: para ella, una isla en la cocina puede restar utilidad y amplitud.

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La interiorista Elisa Iglesias, de EIRE Interiors ha provocado el debate al afirmar para Revista Interiores lo siguiente: "Prefiero un buen comedor; la isla solo resta espacio". Su visión contrapone la moda de las islas con un enfoque más racional, centrado en el uso cotidiano y la comodidad familiar.

Iglesias critica la tendencia de instalar islas incluso cuando los espacios no lo permiten. Según ella, priorizar un área para comer bien diseñada hace que la cocina sea más funcional, acogedora y adaptable al día a día.

La fuente principal de esta reflexión es Revista Interiores, donde la interiorista deja claro que el estilo y la estética deben equilibrarse con el realismo del espacio.

Isla de cocina.

Isla de cocina.

Muchas tendencias decorativas impulsan la instalación de islas de cocina, aunque no siempre aportan valor real. Iglesias considera que, en muchos casos, estas estructuras reducen la circulación y el confort en la cocina.

En contraste, un comedor bien diseñado permite aprovechar mejor el espacio. Facilita las comidas familiares, la conversación cara a cara y aporta una zona versátil de uso diario más agradable y organizada.

Para Iglesias, el diseño debe priorizar la funcionalidad y el uso real. Una isla puede resultar atractiva, pero si limita el paso, dificulta el movimiento o reduce el almacenaje, se convierte en un obstáculo más que en una mejora.

En cambio, un comedor bien situado y cómodo aporta convivencia y practicidad, dos aspectos que resaltan más allá de una foto Instagrameable o de estar a la moda, según la experta.

Iglesias advierte sobre la presión estética: "todo el mundo quiere una isla", comenta, pero argumenta que el diseño no debe ser una carrera por seguir tendencias. El espacio y el estilo de vida mandan más que el "lo quiero porque está de moda".

Para ella, esta insistencia puede llevar a cocinas que parecen elegantes pero resultan incómodas o poco útiles, especialmente en viviendas compactas donde cada centímetro cuenta.

Iglesia no rechaza totalmente las islas: reconoce que en cocinas amplias pueden tener sentido. Pero siempre que no entorpezcan el flujo, mejoren la organización o aporten almacenamiento adicional.

Su advertencia principal sigue siendo clara: no sacrifiques practicidad por estilo. Un buen comedor puede ser el centro del hogar, fomentando la vida familiar, mientras una isla puede terminar como elemento decorativo sin función real.

El debate de "isla vs comedor" se centra más en cómo vivimos que en cómo se ve. Elisa Iglesias pone el foco en la usabilidad: un espacio pensado y cómodo supera a una tendencia que no se ajusta al hogar. Lo funcional tiene que ser el motor del diseño.

Si tu cocina es reducida o priorizas el día a día, quizá sea hora de replantearte si una isla es realmente la mejor elección. A veces lo más bonito también debe ser lo más útil.

Para quienes sueñan con una isla, la interiorista recomienda analizar primero la distribución real del espacio. Medir, planificar y priorizar son claves antes de tomar decisiones impulsivas. Así se evita que la cocina se convierta en un lugar incómodo o poco funcional a largo plazo.

Elisa Iglesias también subraya que cada hogar es único. Lo importante no es seguir tendencias, sino crear un entorno que también facilite la convivencia. Un comedor bien diseñado puede convertirse en el auténtico corazón de la casa, donde se comparte tiempo, comida y momentos en familia, más allá de la moda.