Cocinando lasaña de carne.

Cocinando lasaña de carne. iStock

Estilo de vida

Carmen, cocinera: "Esta receta de lasaña es la que hacía mi abuela en Navidad para aprovechar toda la carne que sobra"

El gran triunfo de este plato es que lo puedes dejar hecho de un día para otro, por no hablar de que no tendrás que tirar a la basura comida.

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La cocina de aprovechamiento no es una moda nueva. Es, en realidad, una forma de entender el hogar y la mesa que ha pasado de generación en generación, especialmente en tiempos en los que tirar comida no era una opción.

Hoy, cuando el precio de la compra aprieta y el desperdicio alimentario se ha convertido en un problema social, este tipo de recetas recuperan todo su sentido.

Las lasaña de "aprovechamiento" son uno de los mejores ejemplos de cómo la cocina doméstica puede ser práctica, sabrosa y emocional a la vez.

Nacen de una pregunta que más de uno nos hacemos tras comidas especiales: "¿Qué hago con lo que me ha sobrado?". La respuesta está en transformar esos restos en un plato completamente distinto, casi más delicioso.

Este plato tiene además algo profundamente reconfortante. Las lasañas recogen todo eso y lo ordenan en capas: pasta, relleno, bechamel y horno. Un proceso sencillo que convierte la improvisación en una receta clásica.

Plato estrella con restos

La magia de la lasaña de aprovechamiento está en su flexibilidad. No hay una carne "correcta" ni una única versión válida. Pueden prepararse con carrilleras, pollo asado, ternera guisada, restos de cerdo o incluso cordero.

La clave no está tanto en el ingrediente original como en el tratamiento posterior: picar bien, ligar con verduras y reducir hasta obtener un relleno compacto y sabroso.

A diferencia de otras recetas rápidas, aquí el tiempo juega a favor. El sofrito lento, la reducción del tomate y el reposo del relleno antes del montaje son pasos que marcan la diferencia.

No se trata de esconder sobras, sino de darles una segunda vida. Por eso, lejos de ser una solución de emergencia, esta lasaña suele convertirse en un plato esperado.

Lasaña de carne

Cocer la pasta con calma, extenderla sobre un paño, rellenar uno a uno la lasaña y alinearlos en la fuente... es casi terapéutico. Son gestos repetitivos que conectan con una cocina más pausada, alejada del consumo rápido y del plato precocinado. El resultado final, al salir del horno, tiene más de recompensa que de trámite.

Cómo hacer lasaña de aprovechamiento

Para entender la esencia de este plato, basta con pensar en la cocina de aprovechamiento como un collage artístico. Se toman recortes que ya cumplieron su función (restos de carne, salsa, verduras) y se reorganizan sobre un lienzo nuevo, la pasta, para crear algo distinto. No es un apaño: es una composición.

La bechamel, ligera pero envolvente, actúa como el pegamento que une todas las piezas. El queso gratinado, como el broche final que da textura y carácter. Y el horno, como el lugar donde todo cobra sentido. El resultado no sabe a sobras. Sabe a cocina hecha con cabeza y con oficio.

Ingredientes

Para el relleno

  • Carne sobrante en salsa: La receta original usa carrilleras que sobraron de otra comida, pero puedes usar pollo, ternera, cerdo o cordero
  • Verduras: Cebolla, ajos, pimiento rojo, pimiento verde y tomates naturales (para rallar)
  • Condimentos: Orégano, pimienta, sal y aceite de oliva

Para la pasta y cobertura

  • Láminas de lasaña: (La autora usa 10 placas para dos personas)
  • Queso rallado: Una mezcla de cuatro quesos para gratinar

Para la bechamel

  • Harina y leche
  • Aceite de oliva (aunque se puede usar mantequilla si se prefiere)
  • Sal y Nuez moscada

Paso 1

Pon una olla con agua y sal a hervir. Cuando hierva, añade las láminas de lasaña una a una para que no se peguen. Cocina a fuego medio-bajo durante 10 a 15 minutos para que el hervor no rompa la pasta. Una vez cocida, enfríala bajo el grifo con agua fría para cortar la cocción y colócala sobre un paño para que se seque.

Paso 2

Picar la carne: Corta la carne sobrante muy fina con cuchillo (mejor que con picadora para evitar que quede apelmazada) y reserva la salsa que pueda tener.

Paso 3

Pica finamente la cebolla, los ajos y los pimientos, y ralla los tomates naturales.

Paso 4

En la misma olla de la pasta, pon aceite y añade las verduras picadas con una pizca de sal para que suden y se pochen.

Paso 5

Una vez pochada la verdura, añade el tomate rallado, la carne picada, el orégano y una pizca de pimienta.

Paso 6

Deja cocinar hasta que el tomate reduzca y el agua se evapore, quedando una masa sin líquido. Deja enfriar el relleno.

Paso 7

Calienta el aceite en una sartén y añade la harina, tostándola bien para que no sepa a crudo. Añade sal y ve incorporando la leche poco a poco sin dejar de remover para evitar grumos. Añade un poco de nuez moscada y cocina hasta que hierva y espese; busca una consistencia ligera, ya que espesará más al enfriar y en el horno.

Paso 8

Precalienta el horno a 200 grados, solo con la función de ventilador o grill.

Paso 9

Pon una capa de bechamel en el fondo de la bandeja o molde para evitar que la lasaña se peguen.

Paso 10

Pon un poco de relleno en el extremo de cada lámina de pasta, enrolla y coloca en el molde.

Paso 11

Cubre la lasaña con el resto de la bechamel y esparce la mezcla de cuatro quesos por encima.

Paso 12

Para gratinar, lleva al horno hasta que el queso se gratine y dore, ya que el interior ya está cocinado.

En un contexto en el que cada hogar tira kilos de comida al año, recetas como esta funcionan también como recordatorio. No hace falta complicarse ni reinventar la cocina para reducir el desperdicio. Basta con mirar la nevera con otros ojos y entender que muchas sobras no son el final de nada, sino el principio de otro plato.

La lasaña, además, permite cocinar con previsión. Puede dejarse montada con antelación, congelarse antes de hornear o incluso prepararse en grandes cantidades para varios días. Es, en ese sentido, una receta eficiente, familiar y adaptable a cualquier rutina.