Eliana Ortega en una imagen de sus redes sociales.

Eliana Ortega en una imagen de sus redes sociales. @elianaedith.us

Estilo de vida

Eliana Ortega, la ecuatoriana que se ha vuelto millonaria quitando piojos: "Puedo ganar más de 2.000 euros al día"

La latinoamericana emigró en busca de oportunidades laborales y, después de muchas pruebas, encontró un sector poco explotado pero muy rentable.

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Según el estudio Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis de IX Estudio CinfaSalud, el 50,7% de los niños españoles de 3 a 12 años ha tenido piojos alguna vez en los últimos tres años. En cuanto a su recurrencia, el 56,2% los ha tenido, al menos, dos veces en ese periodo y el 16,8% ha sufrido este problema cuatro o más veces.

Aunque las cifras resultan alarmantes, reflejan una realidad evidente: los piojos continúan siendo uno de los problemas más persistentes de la infancia. No obstante, mientras que para muchas familias suponen una situación complicada e incluso desesperante, mujeres como Eliana han sabido convertir este reto en una oportunidad.

En pleno corazón de Nueva York, Eliana Ortega es la mejor exterminadora de piojos. Su empresa Larger Than Lice ha atendido ya a más de 15.000 clientes particulares en el área metropolitana y alrededor de 700 escuelas y, según ella misma confiesa, "quitar estos parásitos es una industria millonaria".

Un oficio poco explorado pero millonario

Eliana Ortega no siempre fue la empresaria que hoy recorre los distritos de Nueva York con sus maletines llenos de peines especiales, aceites naturales y linternas de luz fría. Antes de convertirse en la exterminadora de piojos más solicitada de la Gran Manzana, vivió la peor etapa de su vida.

Fue el 16 de julio de 2014 cuando tomó la decisión más importante de su vida: renunció a su puesto como ejecutiva de seguros en Quito y abandonó su país natal para irse a vivir a Nueva York. "En Ecuador lo tenía todo, pero no era feliz. Sentía un vacío enorme y sabía que no quería estar ahí", confiesa Eliana.

Desde entonces, Nueva York se convirtió en el destino en el que Eliana quería vivir; sin embargo, el camino no fue fácil. Tras siete años de intentos fallidos para entrar en el país, por fin obtuvo el visado para emigrar, pero aterrizó en la Gran Manzana sin dinero, sin trabajo y sin hablar inglés.

Lo poco que traía ahorrado apenas alcanzaba para subsistir unas semanas, y la única opción habitacional que encontró fue un viejo sótano sin cocina que su prima le cedió temporalmente. Allí, entre paredes húmedas, comenzó "el sueño americano".

Eliana trabajó limpiando oficinas por ocho dólares la hora, muy por debajo del salario mínimo, y como camarera por incluso menos. "Había días que me quedaba sin comer para que mi hija pudiera hacerlo", explica. Esa precariedad, unida a la soledad de un país desconocido, la llevó a cuestionarse si su decisión había sido la correcta.

Sin embargo, todo estaba a punto de cambiar. Un día, casi por azar, descubrió una empresa dedicada a la eliminación de piojos. En aquel momento no imaginó que aquel oficio singular sería el vehículo que la sacaría de la pobreza.

Eliana Ortega se compró una casa en Nueva York gracias a su oficio de 'piojera'

Por aquel entonces, trabajaba en un restaurante y en el aeropuerto, aunque su deseo era dejar esos dos puestos para dedicarse íntegramente a quitar estos parásitos, especialmente, por la cantidad de dinero que le ofrecía.

"Cuando me llamaban faltaba a mis otros dos trabajos arriesgándome a que me echaran, pero con un cliente de piojos ganaba lo mismo que con los otros dos trabajos juntos en tan solo una semana", cuenta Ortega.

Eliana comenzó a arriesgar turnos cuando un nuevo cliente la llamaba y, aun con el temor de ser despedida, continuó apostando por aquel oficio. Poco a poco empezó a circular el boca a boca, y las familias de distintos barrios comenzaron a confiar en ella. "Siempre estaba pensando en que, por favor, algún cliente tuviese piojos y contactara conmigo".

A medida que perfeccionaba su técnica, descubrió también el enorme potencial económico del sector. En Nueva York, donde conviven millones de personas en espacios compartidos como escuelas y centros de ocio, la pediculosis constituye una demanda constante.

Cuánto factura una empresa para quitar piojos

En cuestión de poco tiempo, Eliana se convirtió en una experta en eliminación de piojos e, incluso, creó su propia empresa para ello: Larger Than Lice, que ha atendido ya a más de 15.000 clientes particulares en el área metropolitana de Nueva York, y alrededor de 700 escuelas.

Entre sus servicios, Larger Than Lice ofrece visitas domiciliarias para efectuar la detección de piojos, así como el tratamiento y la eliminación de estos. "A veces me llaman diciendo que tienen piojos y no los tienen. Puede ser caspa, alergia u otras dolencias. Les tomo el diagnóstico por teléfono y les pido que me describan los síntomas", explica Ortega.

Aunque resulte un oficio curioso, la realidad es que Ortega lo define como una "industria multimillonaria". La tarifa por el diagnóstico son 155 dólares por cabeza. En el caso de aplicar el tratamiento, el presupuesto oscila entre los 165 y los 265 dólares.

"He llegado a ganar unos 2.500 dólares al día", explica la ecuatoriana, quien ya ha ahorrado lo suficiente para comprarse la casa de sus sueños en Nueva York. "Larger Than Lice me cambió la vida y fue una oportunidad para enseñarle a mi hija a soñar en grande, y ser independiente".

Para dar un servicio integral, Larger Than Lice también realiza charlas y cursos para capacitar al personal docente sobre las medidas preventivas básicas y desmentir alguno de los mitos que envuelven la vida de estos parásitos.

Además, Eliana publica vídeos en su canal de YouTube e, incluso, ha publicado un libro, titulado Let's Talk Lice (en castellano, Hablemos de piojos), en el que explica las estrategias y métodos que utiliza para eliminar estos parásitos.

Para la erradicación de los piojos, Eliana utiliza productos naturales, seguros y no tóxicos, explica. Son necesarios varios tipos de cepillos y peines, y una luz especial para mirar el cuero cabelludo de manera detallada. Con estos utensilios, va organizando el pelo en diferentes secciones para que no se le escape ningún piojo o liendre a la hora de aplicar el tratamiento.

"Ahora considero que soy feliz. Me siento agradecida, pero me gustaría tener más tiempo libre para disfrutar de mi casa nueva, de mi familia… Eso me entristece, pero no me roba la felicidad de mi vida", afirma.