Vestido de Chanel, en raso de seda e hilo dorado (1928), y dos retratos de Olga por Picasso (1920).

Vestido de Chanel, en raso de seda e hilo dorado (1928), y dos retratos de Olga por Picasso (1920).

Estilo de vida ESPECIAL COCO CHANEL

Picasso y Chanel: las manos prodigiosas que cambiaron el siglo XX, justo un siglo después

Una exposición en el Museo Thyssen reúne de nuevo al pintor malagueño y la diseñadora francesa y muestra la estrecha relación entre ambos creadores y entre la pintura y la moda 

11 octubre, 2022 02:47

Pablo Picasso y Gabrielle Chanel se reúnen, un siglo después, en una exposición en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, calificada por los expertos de “espectacular”. hace ahora justo un siglo que estos dos grandes creadores del siglo XX, colaboraron profesionalmente.

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En 1922, Jean Cocteau dirige Antígona (1922) y encarga al pintor malagueño los decorados y escenografía, y a la diseñadora de moda en la época, Coco Chanel, el vestuario. Dos años más tarde, volverán a coincidir en el ballet El tren azul (Le Train Bleu, 1924) de Serguéi Diághilev.

Pablo Picasso y Coco Chanel se habían conocido unos años antes, en la primavera de 1917. No está claro si los presentó el mismo Jean Cocteau; si fue Misia Sert o bien Olga Picasso, la primera mujer del pintor, buena amiga y clienta de la diseñadora, quien incluso podría haberle hecho el vestido de novia para su boda con el pintor.

Picasso y la bailarina Olga Khokhlova se casaron en París, en julio de 1918; se habían conocido en Roma a principios de 1917, mientras Picasso trabajaba en los decorados de Parade, otra producción vanguardista de los famosos ballets rusos de Diághilev, compañía en la que Olga bailaba desde 1911.

Jean Cocteau fue testigo de la boda. En una carta que le escribe este a su madre, la describe así: “Tuve que sujetar una corona de oro sobre la cabeza de Olga; parecía como si todos estuviéramos representando Boris Godunov. La ceremonia fue preciosa, una boda auténtica con rituales misteriosos y con cánticos. Almuerzo después en el Meurice: Misia, de azul cielo; Olga, en satén, punto y tul blancos... muy Biarritz.

Misia Sert había nacido en San Petesburgo como Maria Zofia Olga Zenajda Godebska, pintora y aunque fue más conocida al tomar el apellido de su tercer marido, el pintor catalán Josep Maria Sert, con quien se casó en 1920. Con el dinero de su segundo marido, el magnate de la prensa, organizaba unas veladas a las que acudían pintores, músicos y escritores, entre ellos, Pablo Picasso y Jean Cocteau.

Chanel se introduce en ese círculo de artistas e intelectuales del París de entreguerras, un periodo especialmente creativo y fecundo, en el que la moda y el arte eran la punta de lanza de los cambios sociales y culturales que se iban a producir desde principios del siglo pasado. Y allí estaban Picasso y Chanel, en la primavera de 1917.

En L’Allure de Chanel, de Paul Morand, la propia diseñadora describe al artista así: “Picasso destruyó para luego construir. Llegó a París en 1900, cuando yo era una niña, y ya sabía dibujar como Ingres, diga lo que diga Sert. Soy casi vieja y Picasso todavía sigue trabajando; se ha convertido en el principio radioactivo de la pintura. Nuestro encuentro solo podía haber ocurrido en París”.

Picasso empezaba a ser uno de los pintores más cotizados de París, y la diseñadora triunfaba con su moda ponible y liberadora y había abierto tiendas en París (1910), Deauville (1912) y Biarritz (1915).

Cuadro 'Instrumentos de música sobre una mesa', de Picasso, 1914. Y vestido de noche en terciopelo, de Chanel, 1927-1928.

Cuadro 'Instrumentos de música sobre una mesa', de Picasso, 1914. Y vestido de noche en terciopelo, de Chanel, 1927-1928.

Desde ese momento, además de una amistad con el matrimonio Picasso y Jean Cocteau, Gabrielle Chanel desarrollará una intensa relación, como amiga e incluso como mecenas, con otros artistas como el compositor Igor Stravinski (con quien al parecer tuvo un apasionado romance), el poeta Pierre Reverdy, y el fundador de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev, a quien la diseñadora le pagó el entierro cuando murió arruinado en Venecia.

Coco Chanel no solo se inspirará en ellos, sino que, al no haber recibido una educación artística (se crió en un orfanato en el que su padre la dejó para no volver), aprenderá de todos los que la rodean; como ella misma declaró: “Son los artistas los que me han enseñado el rigor”.

Su inclinación a todas las manifestaciones artísticas, de la pintura a la danza, y a las mentes creativas, la hará rodearse siempre de los artistas más vanguardistas, de la bailarina Isadora Duncan al pintor Salvador Dalí y su mujer, Gala.

Fue la gran autodidacta y, siempre curiosa, buscará la compañía de todos los que se destacaban por proponer cosas nuevas. Por eso, en 1921, para denominar a su primer perfume escogerá no un nombre simbólico o poético como los que ya existían, sino el número 5 de las muestras que le propuso el perfumista Ernest Beaux.

En la exposición Picasso-Chanel se muestra el primer frasco, un diseño sobrio, de líneas puras y referencias arquitectónicas, de sorprendente paralelismo con las botellas representadas en dos collages de Picasso de 1912. El perfume será un éxito inmediato y, años más tarde, Andy Warhol lo convertirá en un icono de la cultura pop en uno de sus famosos cuadros.

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Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y la incorporación de la mujer al mercado laboral, la indumentaria femenina se transforma, inspirándose en la masculina: Chanel ya se había deshecho del corsé y ofrecía ropa que permite practicar deporte y hacer vida al aire libre.

Pero ahora, además, ofrece el ‘uniforme’ de la mujer moderna y dinámica del siglo XX: ropa suelta, sin ceñir, faldas más cortas que mayor libertad de movimientos, añade grandes bolsillos y eliminar cualquier ornamento innecesario o excesivo.

Chanel rompe así con la tradición y abre el camino hacia una menor dependencia de las técnicas de confección clásicas; un cambio decisivo para la alta costura, al igual que Picasso formula un nuevo canon de belleza plástica que se convierte en su estilo.

Desde 1910 puede hablarse ya de una moda de influencia cubista en algunos diseñadores que precedieron a Chanel, como las hermanas Callot (Callot Soeurs) o Lucile, que trasladaban a los vestidos la nueva estética creada por Braque y Picasso y otras vanguardias.

La prensa de moda utiliza conceptos como ‘simple’, ‘puro’, o ‘preciso’ para describir la vanguardia tanto en el vestir como en las artes plásticas y escénicas, la música o la arquitectura, que influirán enormemente en Chanel y otros diseñadores.

Pablo Picasso, 'Guitarra, plato de compota y uvas' (1924). Gabrielle Chanel, vestido de noche en gasa y pedrería (hacia 1925).

Pablo Picasso, 'Guitarra, plato de compota y uvas' (1924). Gabrielle Chanel, vestido de noche en gasa y pedrería (hacia 1925).

La comparación directa entre los diseños de Chanel y la obra de Picasso pone de manifiesto, según los expertos, los profundos lazos que unen sus respectivas creaciones, fruto de aspiraciones e influencias compartidas, así como de una mutua admiración, contribuyendo ambos a la construcción del paradigma moderno.

Chanel entendió que el pintor había dado con las claves de un nuevo clasicismo, un lenguaje que, aun siendo sinónimo de modernidad, no iba a pasar de moda, como las creaciones de la diseñadora, que no han perdido ni un ápice de modernidad, como puede verse en la muestra.

Desde mundo distintos, como la pintura y el arte, y con materiales diferentes, las similitudes son evidentes: así, la técnica del collage o del ensamblaje tiene su contrapunto en las combinaciones inéditas de tejidos que puso en práctica Chanel, mezclando el punto con muselinas o con pieles.

La exposición que inaugura el Museo Thyssen ha reunido una excepcional selección de vestidos, óleos, dibujos y otras piezas procedentes de museos y colecciones americanos y europeos, entre los que en la rueda de prensa se destacaron, por su generosa colaboración, Almine y Bernard Ruiz-Picasso, nieto del pintor; Patrimoine de CHANEL y el Musée National Picasso de París.

La comisaria, Paula Luengo, conservadora y responsable del Área de Exposiciones del museo, ha organizado el recorrido en cuatro grandes secciones en orden cronológico y que abarcan, aproximadamente, las décadas de 1910 y 1920.

En El cubismo y el estilo Chanel se puede ver la influencia de este movimiento artístico en las creaciones de Chanel. La diseñadora, con sus originales cortes al bies y escotes en pico habla con las tijeras el mismo lenguaje de la geometría que Picasso con sus pinceles.

Como dice la nota de prensa elaborada por el museo, “la reducción cromática o la poética cubista del collage se traducen en trajes de líneas rectas y angulosas, en su predilección por las masas de color, por el blanco, el negro y el beige”.

También la utilización de tejidos humildes como el punto y el algodón enlaza igualmente "con la poética cubista del uso de materiales pobres, del objeto cotidiano que permite un contacto directo con la realidad", según el catálogo.

La ropa entra en diálogo con el gesto, con el movimiento del cuerpo y de otras prendas; deja de ser estática y se deja influir por las nuevas artes: la fotografía, el cine, o la cultura del jazz.

La segunda sección está dedicada a Olga Picasso, a quien vemos en un documento audiovisual con su hijo Paulo, en unas imágenes muy tiernas en las que se aparecen posando y jugando: ella con el corte de pelo a la garçonne, que también puso de moda Coco Chanel, vestida por la diseñadora con unas prendas novísimas para la época pero que le permiten una gran libertad de movimientos.

Podemos ver también las muchas y muy diferentes formas en las que Picasso retrató a su primera mujer, a quien refleja en la intimidad del hogar, en actitud pensativa, leyendo, escribiendo o cosiendo.

En fotografías personales y películas caseras familiares, una fotografía Pablo y Olga Picasso están sentados en los estudios de Covent Garden, en 1919 podemos ver aa Olag con vestidos que reflejan claramente el estilo chic de Chanel, su corte lineal, sencillo y muy favorecedor.

Desgraciadamente, se conservan muy pocos de estos diseños, pero en un esfuerzo ímprobo que comentó la comisaria durante la rueda de prensa, se han seleccionado algunas piezas de Chanel de la época que dialogan con los retratos expuestos, como el Retrato de Olga Khokhlova (1917) o el Retrato de Olga con cuello de piel (1923).

En la tercera sección, Antígona, adaptación moderna de la obra de Sófocles realizada por Jean Cocteau, es el primer proyecto profesional en el que colaboraron Picasso y Chanel. Se estrenó en diciembre de 1920 en el teatro L’Atelier de Montmartre.

Debía limitarse a un espacio muy restringido y a escasos efectos teatrales, lo que le ofreció a Picasso la oportunidad de experimentar con el decorado: un cielo azul ultramar y columnas dóricas pintadas en una tela. El pintor también realizó las máscaras del coro y los escudos de los guardias, decorados con motivos inspirados en los vasos griegos antiguos.

En esa época, Picasso pinta un importante conjunto de obras con monumentales mujeres envueltas en túnicas blancas y drapeados que remiten a la Antigüedad clásica y son al mismo tiempo atemporales.

Tres mujeres en la fuente (1921), Mujer sentada (Mujer con camisola) (1921) o Las Tres Gracias (1923) son algunos de los ejemplos reunidos en la sala, que se exponen junto a estudios para el decorado de la obra y tres retratos de Picasso realizados por Jean Cocteau.

Aquí puede verse también una de las piezas estrella de la colección: la única imagen que existe de Antígona, en un vaso griego de hacia 390-380 a.C. procedente del British Museum. En su primer viaje a Londres en mayo y junio de 1919, Picasso había visitado y recorrido con suma atención las salas de arte clásico del museo londinense.

El 10 de febrero de 1923, Jean Cocteau escribe en Gazette des Sept Arts nº3: “Le he pedido el vestuario a Mademoiselle Chanel porque es la mejor couturiére de nuestra época y no me imagino a las hijas de Edipo mal vestidas”.

Chanel aceptó encantada el encargo al saber que Picasso participaba en la producción. La diseñadora se inspiró en la Grecia clásica para crear tanto la indumentaria como las diademas de orfebrería con piedras semipreciosas (que se consideran las primeras joyas realizadas por Chanel).

Como no se conserva ninguna de las piezas originales de 1922, en la exposición se presentan algunos modelos de evidente inspiración clásica, sobre todo trajes de noche.

El tren azul, título del ballet producido por Diághilev, con libreto de Jean Cocteau, protagoniza la cuarta y última sección. La segunda y última colaboración profesional de Picasso y Chanel tuvo lugar en 1924: inspirada en el deporte, la playa y el cine mudo, supuso toda una revolución, no solo por la moda sino por la originalísima coreografía.

Se estrenó en junio en el teatro de Les Champs-Elysées de París. Recibe su nombre del expreso nocturno de lujo que unía París con la Costa Azul y en el que los viajeros se desplazaban a la costa para practicar las actividades de moda de comienzos de los años veinte: tomar el sol y los deportes.

Cocteau quería que el vestuario no fuera teatral, sino que fuera pura elegancia y estuviera a la última moda, así que la diseñadora, entusiasta deportista y de la vida al aire pibre, creó para los bailarines trajes inspirados en las prendas deportivas que había realizado para ella misma y para sus clientes.

Esto ocasionó algunos problemas prácticos para los bailarines pues, al no tratarse de trajes diseñados para la danza era complicado hacer con ellos los números acrobáticos que la obra incluía.

'Dos mujeres corriendo por la playa' o La carrera (1922), de Picasso.

'Dos mujeres corriendo por la playa' o La carrera (1922), de Picasso.

Aquí podemos ver el cuadro Dos mujeres corriendo por la playa (La carrera), un pequeño gouache que Diághilev descubrió en el taller de Picasso y que se convirtió en imagen para el telón de la obra y el programa de mano, así como Las bañistas (1918), "una pequeña obra maestra", en palabras de la comisaria, que Picasso siempre conservó en su poder.

Pablo Picasso, 'Las bañistas' (1918).

Pablo Picasso, 'Las bañistas' (1918).

En ella, las protagonistas lucen unos trajes de baño muy similares a los que años más tarde utilizaría Chanel para vestir a los bailarines. Como desaforunadamente no se conserva ningun modelo original, los trajes que se presentan en la exposición son reproducciones de los originales que la Ópera de París confeccionó, en 1992, para la representación de Le Train Bleu.

Réplicas del vestuario que realizó Chanel para el ballet 'Le train bleu' en 1924.

Réplicas del vestuario que realizó Chanel para el ballet 'Le train bleu' en 1924.

Como actividades complementarias, en colaboración con Patrimoine de CHANEL, París, el museo Thyssen va a organizar un ciclo de conferencias, los días 16, 23 y 30 de noviembre, dedicado a la figura de Gabrielle Chanel y su relación con Pablo Picasso. Participarán Paula Luengo, comisaria de la muestra, y Hélène Fulgence y Marika Genty, directora y delegada, respectivamente, de Patrimoine de CHANEL, París.

Y del 6 de noviembre al 11 de diciembre, se celebrará un ciclo de cine con una selección de películas que profundizará en las figuras de ambos artistas. Entre ellas, algunas para las que Chanel diseñó el vestuario, como Esta noche o nunca (Mervyn LeRoy, 1931) o La regla del juego (Jean Renoir, 1939), y filmes como Coco Chanel & Igor Stravinsky (Jan Kounen, 2009) o la reciente Correspondances Jean Cocteau-Pablo Picasso (Dorothée Lachaud, 2020), así como una proyección especial de Picasso and Dance: Le Train Bleu/Le Tricorne, que incluye la representación del ballet al que está dedicado el último capítulo de la exposición.

La exposición Picasso/Chanel podrá visitarse desde el 11 de octubre de 2022 al 15 de enero de 2023. Ha sido posible gracias al Musée National Picasso-Paris, y otros muchos museos y colecciones, a la generosidad de coleccionistas internacionales (colección Tirelli Trappetti, colección Martin Kamer, así como Hamish Bowles), al apoyo de la Comunidad de Madrid y de CHANEL, así como de Telefónica/ACE, patrocinadores de la Celebración Picasso 1973/2023.

Se inscribe dentro de las muchas iniciativas (cincuenta exposiciones y eventos, organizados por instituciones culturales de Europa y América del Norte) que conmemoran el 50º aniversario de la muerte del pintor, el 8 de abril de 2023, en un esfuerzo conjunto de los gobiernos de Francia y de España para celebrar su obra y su herencia artística. 

'Las manos abiertas de Pablo Picasso sobre su amatista', foto de Nick de Morgoli en 1947, y 'Las manos de Coco Chanel', de André Kertész en 1938.

'Las manos abiertas de Pablo Picasso sobre su amatista', foto de Nick de Morgoli en 1947, y 'Las manos de Coco Chanel', de André Kertész en 1938.

La diseñadora murió el 10 de enero de 1971, dos años antes que Picasso. "Chanel es ante todo un estilo. Y es que la moda pasa de moda; el estilo, nunca", dijo Gabrielle Chanel en una de sus citas más conocidas. En su esfuerzo por simplificar progresivamente las formas, renunció al volumen y, al trabajar por planos, cada uno de sus vestidos funcionaba como un lienzo.

Picasso y Chanel es una oportunidad única de descubrir, una vez más, cómo arte y moda van de la mano.

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