Estefanía Morales, autora de 'Mujer, sola y nómada: mi vida en una mochila' con la portada de su libro.
Mujer, sola y nómada: mi vida en una mochila nació de memorias entre aeropuertos, templos, rutas polvorientas y estaciones de tren; de esperas interminables en fronteras y silencios que se transformaron en revelaciones. Fue escrito en movimiento, mientras aprendía a empoderar lo que siempre fui, aunque el mundo no me dejara serlo.
La génesis del libro se remonta a mis primeros años de viaje. Cuando regresé a España, mi padre me sugirió que escribiera un diario, ya que nadie de nuestro entorno había vivido algo así, y menos una mujer viajando y viviendo sola por el mundo.
Entonces me acompañaba una libreta escolar, sin decoraciones ni frases inspiradoras. Era un cuaderno de una sola raya donde anotaba direcciones, cuentas, correos y rutas de lugares escondidos, como si dibujara el mapa de un tesoro.
Aquellos cuadernos aún los conservo: fueron mis primeros testigos. Sus páginas no se incluyeron literalmente en el libro, pero sí me ayudaron a reconstruir la memoria de veinte años de viaje.
Mujer, sola y nómada nació para demostrar que existe una guía interior que nos alienta, que las adversidades son regalos y que hay más vida de la que nos contaron. Que a veces la elección es simple: marcharse o marchitarse. La realización del libro llegó después de quince años de travesía.
En un regreso a España organicé una conferencia y exposición fotográfica sobre mis viajes. Al final del día, las miradas emocionadas y las lágrimas del público me hicieron entender que mi historia también podía inspirar a otros, tal vez no para irse, pero sí para resinificar sus vidas. Entonces decidí estudiar cómo ordenar tantos años de experiencia y, sobre todo, qué mensaje había servido para transformarme.
Escribir se volvió una terapia: cada palabra me devolvía fragmentos olvidados, cada recuerdo me liberaba de nuevo y, entre lágrimas, me di cuenta de nuevo de que le había dado espacio a lo más preciado, a mi niña interior y a todas sus ilusiones, y confirmando así que todo es posible.
Guardé el manuscrito durante seis años, mientras emprendía una nueva expedición. Luego, tras la pérdida de mi mejor amiga en México y un susto de salud familiar, comprendí que era momento de compartirlo. Parte de ese sueño también les pertenecía a ellos.
Estaba en París cuando decidí reescribir y finalizar la obra. Tenía el tiempo, el silencio y el coraje. Así, en abril de 2025, el libro vio la luz. Era más que un testimonio: era la promesa cumplida a esa niña que un día soñó con vivir sin condicionamientos y a su manera.
En sus páginas, los lectores encontrarán un viaje de 20 años por paisajes remotos y emocionales: relatos de adversidades, rupturas amorosas, reencuentros con una misma, recuerdos de los sueños de niña, la esperanza familiar y, sobre todo, el crecimiento y desarrollo personal que habita en toda travesía.
Mujer, sola y nómada pertenece a la literatura de viaje, pero también a la del alma. Es una invitación a creer en una misma, a crear un estilo de vida más allá de lo requerido y convencional, y a descubrir que la mayor aventura es atreverse a vivir en plenitud.