Anna Caballé y la portada de su libro
¿Por qué nos interesan las vidas de los otros? Es una pregunta que forzosamente subyace en el interés que despierta la biografía.
Una posible respuesta es que la biografía es un modo de reflexionar sobre los principios y la conducta de un ser humano en concreto, más allá del cuerpo doctrinal.
Es una forma transversal de conocimiento, o mejor, una praxis intelectual que, en mi opinión, nos permite ensanchar el conocimiento de la vida humana accediendo al de otras vidas que no son la nuestra.
¿Por qué me interesé por la vida de Rosa Chacel? Nació en Valladolid en un año de gran importancia para la historia de España, 1898, y la considero una de las escritoras más inteligentes y con mayor aptitud para el pensamiento filosófico que hemos conocido en nuestro país.
Chacel es nuestra Iris Murdoch, para entendernos. Sin embargo, cuando se leen los diarios que escribió a lo largo de cuarenta años, una se da cuenta de que en ellos late una profundísima insatisfacción vital.
A la autora no le gustaba la vida que llevaba, tampoco se sentía satisfecha de sus libros, alguno de los cuales como Barrio de Maravillas alcanzó muchas ediciones.
Por más que probó distintos escenarios fuera de España como: París, Río de Janeiro, Buenos Aires y Nueva York, nunca estuvo conforme consigo misma ni con los resultados obtenidos.
En los diarios atribuye esa insatisfacción a un problema que confiesa no poder encarar abiertamente.
Y los comentarios que hace, una y otra vez, sobre el secreto con el que viene cargando sobre sus espaldas, me condujeron, inevitablemente, a una pregunta: ¿Cuál era el problema al que Chacel no podía enfrentarse?
Para mí la biografía nace de una necesidad, la de responder a una pregunta que está en el aire, una inquietud, una intriga que surge sobre la vida de alguien.
No todo el mundo vive de forma dramática o conflictiva el desfase entre la vida interior y la vida en el mundo. Es decir, no todos los individuos se prestan a la biografía.
Hay vidas tan transparentes que su escritura no sería más que una repetición de sus conductas, no hay conflicto.
En otras, sin embargo, la diferencia entre la potencia de lo pensado o imaginado y la acción de lo vivido, es máxima.
La novela se alimenta de esa intriga, pero la trata a su conveniencia, inventa cuanto necesita para seguir su camino trazado, mientras que en la biografía esa intriga se encuentra ya dada.
De ahí el título que quise darle a la vida de Rosa Chacel, Íntima Atlántida, por considerar que era prioritario para entrar en su literatura, tan conscientemente elíptica e irregular, comprender las dimensiones y el fracaso de su vida personal.
Han sido unos años sumergida en el personaje: en sus idas y venidas, en la realidad de su vida cotidiana, en sus aspiraciones y en lo trágico de sus relaciones familiares.
El carácter de Rosa Chacel, formado como hija única y adorada por sus padres y muy convencida de su precocidad intelectual, sería el definitorio de su futuro.
Porque en su relación infantil con el mundo exterior se acostumbró a disfrutar de una posición central que le sería imposible de mantener con el paso del tiempo, lógicamente.
Eso, que ella vio o consideró como fracaso, la condujo a una concepción fatalista de la vida, muy presente en sus diarios.
Yo me considero una observadora de personas, como otras lo son de glaciares o de las células madre. Conocer y explicar otras vidas, la búsqueda del factor humano, es mi forma de reivindicar, humildemente, el papel de los individuos en el mundo.
Y aunque acabé el libro pensando que había puesto fin a mi última biografía, después de Paulino Masip, Francisco Umbral, Carmen Laforet o Concepción Arenal, pasados unos meses me di cuenta de que la atracción que siento por el género continúa.
No es cierto que seamos todos iguales, que la sociedad de consumo nos haya uniformizado. La forma de resolver la ecuación "tiempo-espacio-individuo" es única en cada uno de nosotros, y es un tesoro inextinguible.
Así que pienso en todas las vidas que me gustaría conocer más a fondo, porque hay muchas preguntas …
