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Belleza

María Borbolla, maquilladora: "Para disimular las arrugas de la boca a los 50 debes evitar los pintalabios muy fluidos"

Aunque su apariencia puede resultar atractiva, por su acabado brillante, los labiales fluidos tienen una gran capacidad para desplazarse.

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Con el paso del tiempo, la piel cambia y pierde firmeza, especialmente en la zona del contorno de labios. Es ahí donde aparecen unas finas líneas verticales conocidas como código de barras. Estas arrugas, que comienzan a notarse a partir de los 40 o 50 años, son consecuencia de la pérdida de colágeno, la gesticulación repetida y, en muchos casos, de la exposición solar o del tabaco.

Aunque son parte del proceso natural de envejecimiento, el maquillaje puede ser un gran aliado para atenuar su apariencia y devolver frescura al rostro. No se trata tanto de los productos que aplicamos para disimularlo, sino de aquellos que, sin darnos cuenta, lo están acentuando.

Según ha explicado la maquilladora María Borbolla en una entrevista para Lecturas, uno de los productos que enfatizan estas arrugas son los labiales fluidos. Debido a su fórmula "líquida", este cosmético se desplaza hacia los pliegues y "elimina los límites del propio labio".

El efecto de los labiales fluidos

A medida que envejecemos, los labios, al igual que el resto del rostro, sufren una serie de transformaciones que afectan tanto a su textura como a su contorno.

Más allá de los retoques estéticos, el maquillaje puede actuar como un gran aliado; sin embargo, es necesario conocer las técnicas correctas para no provocar el efecto contrario.

En este sentido, Borbolla ha confesado al medio citado que, si buscamos disimular el código de barras, "debemos evitar texturas de labiales muy fluidas que migran a esos pliegues eliminando la definición del labio".

Aunque su apariencia puede resultar atractiva, por su acabado brillante, jugoso o incluso acuoso, este tipo de fórmulas tienen una gran capacidad para desplazarse.

Esto, que puede ser una ventaja en los labios jóvenes, se convierte en un inconveniente en los labios maduros. Estos labiales tienden a migrar hacia esos surcos verticales, saliéndose del contorno natural del labio.

Ese desplazamiento no solo genera un efecto poco estético, sino que desdibuja por completo la definición del maquillaje, dando una sensación de descuido o de falta de precisión.

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La clave, por lo tanto, está en escoger texturas que ofrezcan mayor fijación y control. Fórmulas que combinen hidratación con una cierta densidad que impida el desplazamiento del producto.

Según la experta, el perfilador se convierte en una herramienta imprescindible para marcar bien los bordes y actuar como barrera física.

"Debemos empezar siempre perfilando con un lápiz para crear el volumen que queremos marcar. Lo ideal es que sea del mismo tono del labial que vamos a usar o del mismo tono de nuestro labio cuando usamos un color claro", explica Borbolla.

Una vez perfilado y definido, la experta recomienda "rellenarlo con el mismo lápiz o un labial mate" y terminar sellándolo con polvos traslúcidos.

"En pieles con muchas grietas recomiendo que no usen gloss, mejor un cacao que dé luz evitando texturas tan líquidas para que no suban. Si usas gloss, ponlo solo en el interior del labio para evitar esa tendencia a que se vaya hacia las arruguitas y acabemos con el labio hecho un desastre", explica.

Además, la experta hace hincapié en cuidar la piel de los labios. "Es importante hacer una exfoliación periódicamente, sobre todo en labios con tendencia a acumular piel por utilizar mucho producto, mates, etc, y también para tenerlo más jugoso".

Borbolla recomienda hacer esta exfoliación una vez al mes o cada 20 días aproximadamente —salvo que sean labios sensibles— e hidratar en profundidad.