Carmen Lomana con una lata de crema Nivea.

Carmen Lomana con una lata de crema Nivea. Nivea

Belleza

Carmen Lomana, empresaria, sobre cómo usa la Nivea de la lata azul a los 77: "Es genial para eliminar arrugas de los labios"

Este básico no es solo un cosmético, sino un emblema de belleza sensata que la socialité combina con elegancia, constancia y autenticidad.

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En el mundo de la cosmética y la belleza, llega un momento en que la aparición de nuevos productos que prometen milagros llega a ser agobiante. Sin embargo, hay quien es fiel a lo de siempre, a su crema de confianza.

Una de esas personas es la empresaria, colaboradora de televisión y coleccionista de alta cultura, Carmen Lomana. A sus 77 años, demuestra que sabe de belleza y disciplina estética como pocas.

La socialité presume de un cutis liso, firme y luminoso que pocas pueden imitar. Pero, ¿cuál es uno de sus mejores trucos de belleza? No es un sérum de lujo ni una crema de edición limitada, sino un clásico que vive en el neceser de generaciones: la crema Nivea de la mítica lata azul.

Mientras el mercado se llena de fórmulas complejas, Carmen confía en esta emulsión centenaria creada en 1911 y apenas modificada desde entonces. Su textura densa y su inconfundible aroma se han convertido en sinónimo de hidratación profunda y piel cuidada.

"La caja azul de Nivea es genial para nutrir manos, codos, rodillas, labios y prevenir las estrías", asegura Lomana cada vez que le preguntan por sus rituales de belleza. Siempre elegante, sigue apostando por la eficacia probada y el valor de lo sencillo.

El secreto de Carmen Lomana

Los expertos, como el farmacéutico Eduardo Senante, coinciden en que el poder de la Nivea clásica reside en su fórmula minimalista. Es una emulsión de agua en aceite (rica en glicerina, pantenol y el legendario eucerit) que crea una barrera protectora sobre la piel, evitando la pérdida de agua y devolviendo la elasticidad natural.

Esta combinación convierte a la crema en un poderoso tratamiento para las zonas más resecas o castigadas, y también en un truco de belleza infalible para suavizar el contorno de la boca y difuminar las líneas de expresión.

Aunque no está formulada específicamente para el rostro, muchas mujeres, como Carmen Lomana, la aplican en esa zona donde las arrugas tienden a marcarse antes: el llamado "código de barras".

Aplicada por la noche, con un suave masaje circular, actúa como una mascarilla nutritiva que rellena y alisa la piel durante el descanso.

'Funciona. Así de simple'

Esa es la frase que Lomana más repite cuando se le pregunta por qué no sustituye su Nivea de toda la vida por otra crema más moderna.

Porque, mientras las estrategias de marketing prometen fórmulas futuristas, ella defiende el poder de lo evidente: "Funciona. Así de simple".

Carmen Lomana (76 años): La Nivea de la lata azul es lo que mejor funciona para hidratar mi rostro y mantenerlo joven

Carmen Lomana (76 años): "La Nivea de la lata azul es lo que mejor funciona para hidratar mi rostro y mantenerlo joven"

En su bolso, entre perfumes nicho y labiales de alta gama, siempre hay un pequeño tarro azul. Lo usa para hidratar el escote antes de un evento, aliviar la sequedad de los labios en invierno o reparar las manos después de un día de trabajo.

Su ritual es rápido, eficaz y sin artificios: aplicar, masajear y dejar que la piel absorba lentamente toda la nutrición.

Belleza sensata

No es casualidad que este producto al que la empresaria sigue recurriendo sea precisamente el que aprendimos a usar de nuestras abuelas. Un pequeño tesoro azul que huele a cuidado y tradición, y cuyo precio (entre 4 y 6 euros) lo hace aún más irresistible.

El éxito de esta crema reside, además, en su versatilidad. Sirve para todo: como hidratante corporal, bálsamo labial o crema de manos. También se ha popularizado su uso capilar en puntas secas o para sellar la humedad del cabello tras el lavado.

Creada por el farmacéutico alemán Oscar Troplowitz junto a un equipo de dermatólogos, la Nivea Creme nació con vocación médica antes de convertirse en icono cosmético. Su innovación radicó en el eucerit, un derivado de la lanolina que permitió mezclar el agua y el aceite en una emulsión estable por primera vez.

La fórmula ha resistido el paso de los años porque cumple con tres promesas: hidratar, proteger y regenerar. El pantenol calma la piel y mejora su elasticidad, la glicerina mantiene la humedad y la parafina crea una barrera que retiene todo ese beneficio. Todo, sin conservantes y con ese aroma limpio que tantas memorias despierta.

No es casualidad que la OCU la haya valorado con 4 de 5 estrellas en sus análisis. Su relación calidad-precio y su perfil seguro siguen situándola entre los productos más recomendados incluso por dermatólogos.