Imagen de una de las últimas campañas de Chanel Beauty,

Imagen de una de las últimas campañas de Chanel Beauty, IG vía @chanel.beauty

Belleza

Las tendencias de maquillaje de pasarela para este otoño-invierno: de la evolución de la 'glass skin' al efecto gráfico

Tras años de minimalismo, por fin regresa una estética que da cabida a apuestas coloridas y arriesgadas que invitan a ser en esencia.

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Es oficial: el otoño ha llegado y la mente ya sueña con looks propios de esta temporada. No obstante, no se trata solo de aquellos que conforman el armario, sino también de los que creamos ante el espejo en el rostro.

A pesar de que ahora existe una sensación de que todo es tendencia, lo cierto es que aquellos que las marcan en la pasarela han dejado claro cuáles son las líneas a seguir en cuanto a belleza en los próximos meses.

En las semanas de la moda de Nueva York, Milán o París, firmas como Schiaparelli, Dior o Versace, apostaron por una visión beauty determinada. Entre sus apuestas, el efecto glass skin, o piel de cristal, los labios ciruela o las sombras metalizadas.

Rubor estratégico

Desde hace unas temporadas, y gracias a referentes del momento como la artista Sabrina Carpenter o la modelo y empresaria Hailey Bieber, el colorete ha adquirido protagonismo. Este giro, como no podía ser de otra forma, también ha llegado a las colecciones de los grandes diseñadores.

El empleo de este producto de maquillaje se caracteriza por varios detalles: su aplicación ya no solo se centra en el pómulo, sino que se va elevando buscando la sien. En otras ocasiones, se reparte en dirección a la nariz, para lograr un acabado más natural; y, por supuesto, se utiliza de forma más generosa de lo que se había estado haciendo en los últimos años.

Respecto a esto último, habría que hablar del concepto blush blindness, una tendencia de maquillaje que consiste en trabajar con una cantidad, en principio, excesiva de rubor. Sin embargo, se hace de forma muy pensada, no es un error de belleza.

En cuanto a las tonalidades más populares en esta temporada, hay que hablar, sin duda, de las rosadas, pero también de las melocotón y las ciruela.

Algunos de los grandes nombres de la moda que han apostado por esta tendencia en pasarela han sido Prabal Gurung, Antonio Grimaldi o Balmain.

Mirada metalizada

Tras varios años en los que en los looks de belleza han imperado unos ojos muy limpios, llega el momento del regreso de los ahumados y las sombras metalizadas.

Si durante los meses de primavera-verano la gran jugada ha sido con los colores frosty, como el celeste o el blanco, en claros guiños a la década de los 2000, durante los próximos, habrá un giro de guion. De nuevo, aparecen los tonos dorados, la plata, el cobre, los morados con glitter o burdeos en esta misma línea.

En cuanto al efecto smokey, la sutileza se hace a un lado para trabajar una estética mucho más extra. Vuelve el clásico en negro, empleando un lápiz y difuminando, muchas veces, a toques con los dedos, hasta conseguir un estilo que recuerda al de finales de la primera década del siglo XXI y comienzos de la segunda.

Las firmas que han decidido centrar su mirada en esto han sido Richard Quinn, Chanel o Dolce & Gabbana.

Piel de cristal

Desde hace un tiempo, la piel como tal ha ido ganando protagonismo y se hace notable no solo en el maquillaje, también en las rutinas de skin care.

El resultado de un buen make up no solo depende de la calidad de los productos que se utilizan o de la habilidad del estilista, sino que también tiene mucho que ver con la preparación del rostro.

Esto ha dado lugar a variadas tendencias de acabados: desde el ya clásico efecto glowy, un must en el día a día; hasta la reciente butter skin, que ha triunfado este verano; pasando por la estética aterciopelada, que también está pisando fuerte; o la conocida como tez de cristal.

¿Qué supone esta tendencia visualmente? Un resultado muy luminoso, suave y, prácticamente, translúcido. El concepto, herencia de la cosmética coreana, ya ha evolucionado. Ahora hay un nuevo término a tener en cuenta: la molten skin.

¿Y en qué consiste esta enésima transformación de la belleza? Aquí hay que enumerar una serie de pautas que le dan sentido al término.

  • A pesar de que se parte de la misma base, en este caso, la tez no solo resulta luminosa, sino que parece cubierta por una especie de velo que se asemeja a una fina capa de cristal. El acabado ahora es más intenso y refleja si cabe más la luz.
  • El efecto húmedo es más notable.
  • El rostro es menos plano, se añade dimensionalidad al mismo, en parte debido a ese aumento del brillo que se menciona en los dos puntos anteriores.

El ejemplo más icónico es, sin duda, la apuesta que hizo Pat McGrath para Maison Margiela en febrero de 2024. Aunque esta referencia en moda y belleza puede resultar anacrónica, lo cierto es que sigue tratándose de algo aspiracional y que encaja perfectamente con aquello que se busca a día de hoy en cuanto a acabado de la piel.

El truco en este caso es aterrizar la estética a la vida diaria.

Delineados gráficos

Los trazos también vuelven a hacer acto de presencia en diferentes versiones. Una de las más populares es la del reverse eyeliner, es decir, una propuesta a la inversa del clásico. Normalmente, se suele adornar el párpado superior y en este caso el decorado se hace en la inferior o es el que se lleva el mayor peso.

Una de las firmas que apostó de forma firme por ello de cara a la temporada otoño-invierno 2025/2026 fueron Dior y Armani.

Sin embargo, la tendencia no queda solo aquí, sino que evoluciona a propuestas en las que la clásica línea se duplica, se funde con color e incluso dibuja formas.

Crónicas vampíricas

No, la serie que arrastró a millones de adolescentes en todo el mundo hace ya demasiados años no está de vuelta. No obstante, la estética gótica y vampy sí, tanto en moda como en belleza.

Para aquellas que quieren introducirla en su rutina beauty y maquillajes, quizás la alternativa más interesante sea integrarla mediante el tono ciruela. Este color se desplaza de las mejillas a los labios, pasando incluso por los párpados, algo por lo que ha apostado, por ejemplo, Hailey Bieber.

En cualquier caso, no es la única que lo ha hecho, ya que grandes nombres de la industria también han subido a la pasarela esta estética, como Alexander McQueen, Rick Owens o Dolce & Gabbana.

En definitiva, tras años de calma en cuanto a lo que a estética se refiere, al menos a pie de calle, ahora las pasarelas invitan a la experimentación, a atreverse.

Ya sea apostando por una piel efecto glass skin que irradia luz natural y que se puede acercar más al minimalismo, o por un ahumado con toques metalizados, se vuelve a jugar, eso que nunca ha de perderse a pesar del paso del tiempo. De nuevo, se celebra la individualidad y se produce un alejamiento de esa alienación a la que durante temporadas se ha estado sometida.

Y es que no hay una belleza, sino muchas. Una por cada cual, a pesar de que el mundo a veces asfixie con unos cánones inalcanzables.