Imagen de una mujer pintándose los ojos.

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Belleza

David Francés, maquillador, advierte: "Si quieres agrandar tu mirada, olvídate del color negro en la línea de agua"

En su lugar, el experto aconseja optar por tonos como el beige, que agranda, ilumina y despierta la mirada.

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El negro es el color por excelencia en cuanto al maquillaje de ojos se refiere. Es un básico, similar a un "fondo de armario", adaptable a diferentes estilos y ocasiones, tanto de día como de noche.

Puede usarse para crear delineados clásicos, ahumados impactantes, para la línea de agua y para las pestañas. Es la forma más sencilla que tenemos para resaltar la mirada en general.

Sin embargo, y a pesar de todos sus usos y ventajas, este tono, al ser tan oscuro, no es igual de favorecedor en todas las miradas. De acuerdo con el maquillador David Francés, el lápiz negro en la línea de agua, reduce visualmente el tamaño de los ojos.

El color negro en la línea de agua

El lápiz de ojos en la línea de agua es una de las técnicas más populares del maquillaje. Este cosmético aporta claridad a la mirada, enmarca los ojos, mejora la apariencia general y puede llegar a disimular las ojeras.

De todos los tonos, el negro es el más popular y el que, durante años, se ha asociado a la elegancia y sofisticación. Sin embargo, en los ojos caídos, encapotadas y los rostros maduros, este tono puede ser un arma de doble filo.

Aunque el lápiz de ojos negro pueda llegar a favorecer las miradas jóvenes, en pieles maduras puede provocar una reducción visual del tamaño del ojo.

De acuerdo con el maquillador David Francés, si buscamos abrir la mirada, el negro es un color al que no deberíamos recurrir. El color oscuro absorbe la luz, creando una ilusión de profundidad que acorta el espacio visible del globo ocular.

Los ojos, al parecer más pequeños y más encajonados, pueden perder ese aspecto descansado que se asocia comúnmente con la juventud.

Como alternativa, el experto aconseja optar por lápices de color beige. "Consigues aumentar el tamaño del ojo, especialmente a las personas con párpado encapotado", confiesa.

El motivo por el que sucede esto es que el lápiz de ojos beige consigue neutralizar el color carne o ligeramente rojizo debido a la vascularización de esta área sensible y, por tanto, abrir y resaltar la mirada.

No solo favorece el tamaño, sino que desvía la atención de posibles signos de cansancio o líneas finas, enfocándola en la expresión misma.

Esto no quiere decir que debamos olvidarnos del color negro, sino que tenemos que utilizarlo estratégicamente. La clave está en la forma de aplicación y en combinarlo con otros colores y técnicas de maquillaje.

En lugar de aplicarlo en la línea de agua, podemos hacer un delineado muy finito al ras de las pestañas.

Si, por ejemplo, buscamos un look más atrevido, podemos usar el color negro para dar profundidad, pero siempre con moderación y nunca aplicado en el centro del párpado.

Cómo usar el lápiz beige de ojos

El lápiz beige cuenta con una gran versatilidad. Puede usarse no solo en la línea de agua, sino también en otros puntos estratégicos, como el lagrimal o incluso debajo del arco de las cejas, para aportar más luz al rostro y acentuar las facciones.

A pesar de que sus beneficios funcionen de forma individual, podemos duplicar sus efectos y resultados simplemente aplicando sombras al párpado móvil.

Existen muchos tonos disponibles para complementar el blanco; sin embargo, nunca debemos optar por los más oscuros, como el negro.

En lugar de brindar frescura y luminosidad, los tonos muy oscuros tienden a marcar las facciones, acentuando líneas de expresión y hundiendo visualmente los ojos.

Lo ideal es utilizar sombras en tonos más suaves, como el marrón, y complementarlo con otros claros y luminosos como los rosas, melocotón o champagne.

Estas tonalidades reflejan mejor la luz, creando una sensación de amplitud en la mirada y aportando frescura al rostro, por no hablar que son mucho más fáciles de aplicar.

Además, también podemos combinarlo con facilidad con otro tipo de técnicas, como el delineado tradicional, tanto líquido como con lápiz.