Mujer lavándose el pelo.

Mujer lavándose el pelo. iStock

Belleza

Eduardo Senante, experto en salud capilar, alerta: "Si eliges el champú según tu tipo de pelo, lo estás dañando seriamente"

El farmacéutico advierte del gran error que se comete al comprar champú. Es la principal causa de que esté tan poco tiempo limpio. 

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Es un mal muy común: tu pelo no dura tanto tiempo limpio como te gustaría o, simplemente, como cuando te lo lavan en la peluquería. Por más que pruebes diferentes champús, el error podría ser algo mucho más sencillo de solucionar de lo que piensas. 

Tal vez el error no esté en la marca, ni siquiera en el tipo de cabello que crees tener. El verdadero problema podría estar en algo que casi nadie tiene en cuenta: tu cuero cabelludo.

Así lo advierte el farmacéutico y experto capilar Eduardo Senante, conocido por sus recomendaciones virales y su enfoque profesional, claro que cada vez más personas siguen por su eficacia comprobada.

'El champú no se elige por el tipo de pelo'

Aunque pueda parecer sorprendente, según Senante, uno de los errores más frecuentes a la hora de elegir un champú es fijarse en cómo tenemos el cabello en lugar de analizar cómo está nuestro cuero cabelludo.

"El champú se aplica en la raíz, no en las puntas. Por eso debe ir dirigido al estado del cuero cabelludo", explica el experto.

De hecho, insiste en que usar un champú inadecuado puede empeorar problemas como la caída, el exceso de grasa, la caspa o la irritación.

"Es como aplicarte una crema para piel seca en una piel grasa. No funciona y, encima, puede empeorar la situación", resume.

Cuidado con el champú si tienes el pelo teñido

Para quienes llevan el cabello teñido, Senante recomienda optar por champús con un pH más bajo, ya que ayudan a sellar la cutícula y a mantener la coloración durante más tiempo.

"Los sulfatos pueden hacer que el color se pierda antes. Por eso, si no tienes la raíz muy grasa, es buena idea usar un champú sin sulfatos", aclara.

Además, sugiere buscar fórmulas con antioxidantes como la vitamina E, el pantenol o la niacinamida, que protegen frente al sol y la contaminación, principales responsables de que el color se degrade más rápido.

También valora positivamente que el champú incluya filtros UV o ingredientes como la queratina hidrolizada, ideal para proteger y reparar la fibra capilar.

¿Con o sin sulfatos? Depende del cuero cabelludo

Los sulfatos han sido demonizados en los últimos años, pero el farmacéutico desmonta el mito: "Hay ingredientes químicos buenos y necesarios. Los sulfatos limpian eficazmente, eliminan residuos, polen, grasa y productos de fijación. Además, ayudan a mantener el cuero cabelludo sano gracias a su efecto antibacteriano".

Entonces, ¿cuándo evitar los sulfatos? Según Senante:

  • Si tienes cuero cabelludo graso, puedes utilizar champús sin sulfatos de manera más frecuente.
  • Si tu cuero cabelludo es sensible o seco, apuesta por champús sin sulfatos en general, pero no descartes del todo un champú con sulfatos más suaves (como SLES o SCS) de forma puntual.

El consejo clave es adaptar el champú al tipo de cuero cabelludo, no al estado de medios y puntas, que deben tratarse con acondicionadores, mascarillas o sérums.

Ingredientes que debes evitar en el champú

Para quienes tienen el cuero cabelludo sensible, Senante recomienda evitar sulfatos agresivos como el SLS, alcoholes secantes como el alcohol denat o el isopropílico, y fragancias artificiales.

Sobre estas últimas, alerta de que pueden esconder compuestos no declarados por ley y que, en algunos casos, han sido relacionados con posibles efectos disruptores hormonales.

Pero no todo son prohibiciones. El farmacéutico también comparte los ingredientes que sí deberíamos priorizar en un buen champú:

  • Cafeína: mejora el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo y refuerza la raíz.
  • Pantenol (vitamina B5): aporta brillo, suavidad y fuerza al cabello.
  • Niacinamida (vitamina B3): mejora el estado del cuero cabelludo y aporta equilibrio.
  • Queratina hidrolizada: fortalece la estructura capilar.
  • Antioxidantes como vitamina C y E: protegen frente a daños ambientales.
  • Ingredientes hidratantes como la glicerina, el aloe vera o incluso la miel.

La combinación de estos activos, siempre que estén adaptados a las necesidades reales de tu cuero cabelludo, marca la diferencia.