Millie Bobby Brown, el pasado mes de noviembre en Nueva York.

Millie Bobby Brown, el pasado mes de noviembre en Nueva York. Gtres

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Millie Bobby Brown, Eleven en 'Stranger Things' y el precio a pagar por crecer expuesta ante los ojos del mundo

Con 12 años, en 2016, llegó a lo más alto por su papel protagonista en la serie de Netflix que ahora termina con un final apoteósico el 1 de enero de 2026.

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Corría el mes de julio del año 2016 cuando Netflix estrenó Stranger Things sin saber que acababa de poner rostro a una nueva generación de estrellas. Entre bicicletas en la oscuridad, luces de Navidad y un monstruo salido de otra dimensión, apareció una niña de cabeza rapada, mirada intensa y apenas unas palabras en la boca.

Millie Bobby Brown tenía entonces 12 años y, casi sin pronunciar palabra, pero con una profunda mirada que atrapó a los espectadores, logró algo que muy pocos intérpretes consiguen: que el mundo entero le prestara atención. Ese fue el punto de partida de una carrera que ahora, casi una década después, se cierra simbólicamente con el final de la serie que la lanzó al estrellato.

Stranger Things se despedirá definitivamente el 1 de enero de 2026, tras cinco temporadas, y con ella se va también una parte esencial de la biografía de Millie. Porque crecer delante de la cámara no es solo una experiencia profesional: es una exposición constante, a vista de todos, con cosas positivas y algunas consecuencias.

Millie Bobby Brown en la primera temporada de 'Stranger Things'.

Millie Bobby Brown en la primera temporada de 'Stranger Things'. Netflix

De niña prodigio a fenómeno global

El éxito fue inmediato. Eleven -así se llama el personaje al que interpreta- se convirtió en icono pop, disfraz recurrente en Halloween y referencia cultural para jóvenes y adultos. Millie pasó de audicionar para papeles menores a protagonizar campañas internacionales, alfombras rojas y entrevistas en prime time.

Llegaron las nominaciones a premios importantes cuando aún no había cumplido los 15, y con ellas, una presión difícil de gestionar incluso para los profesionales más curtidos de la industria.

A diferencia de otras estrellas infantiles, Millie supo diversificar pronto. Dio el salto al cine comercial con grandes producciones, se colocó como rostro habitual de Netflix más allá de Hawkins -el pueblo ficticio de Indiana donde se desarrolla la serie- y empezó a construir una imagen pública que mezclaba ambición, disciplina y una sorprendente madurez para su edad.

También se convirtió en una de las embajadoras más jóvenes de Unicef, utilizando su altavoz para hablar de infancia, educación y acoso. Pero crecer tan deprisa tiene un precio.

La adolescencia bajo el microscopio

Mientras su carrera avanzaba, su vida personal se convirtió en tema de debate permanente. Cada cambio de look, cada relación sentimental, cada aparición pública era analizada con lupa. Hasta la entrada por la puerta trasera a un plató de televisión se llegó a hacer viral por sus poses ante los paparazzi.

Nadie se privó de analizar cada gesto de aquella niña. Fue el precio a pagar por crecer expuesta ante los ojos del mundo. Millie pasó de ser “la niña de Stranger Things” a una joven adulta en tiempo real, y no todo el mundo supo acompañar ese proceso con respeto.

Ella misma ha reconocido en varias ocasiones que la industria y las redes sociales no siempre saben qué hacer con una mujer joven que deja de encajar en la imagen que se había proyectado sobre ella. El tránsito de niña prodigio a mujer adulta sigue siendo, todavía hoy, un territorio incómodo para el ojo público.

Amor, boda y maternidad

En medio de ese ruido, Millie encontró estabilidad en su relación con Jake Bongiovi, hijo del mítico y eterno músico Jon Bon Jovi. Se conocieron siendo muy jóvenes, pero lo que parecía una historia adolescente fue consolidándose con el tiempo. En 2024 se casaron en una ceremonia discreta, lejos del exceso mediático que suele acompañar a las bodas de celebridades.

La pareja compartió unas románticas fotos de su gran día en sus correspondientes redes sociales. Hace poco, el pasado octubre, Millie celebraba con otra galería de imágenes inéditas un año de matrimonio junto a Jake.

Pero la boda no fue lo único que celebró en 2024. Ese mismo año, la actriz dio un paso vital que volvió a sorprender a muchos: se convirtió en madre. Una maternidad temprana, elegida y muy protegida del foco público, que Millie ha vivido desde la intimidad, reivindicando su derecho a construir una vida adulta al margen de las expectativas ajenas. Para ella, formar una familia no ha sido un freno, sino una redefinición de prioridades.

La última gran polémica

@latinus_us Millie Bobby Brown responde a la prensa por sus titulares y artículos criticando su aspecto físico. #Latinus #InformaciónParaTi ♬ sonido original - Latinus

Con la llegada del final de Stranger Things, la conversación en torno a Millie volvió a tensarse. En redes sociales comenzaron a circular comentarios sobre su aspecto físico, acusándola de haberse sometido a retoques estéticos que, según algunos críticos, habrían alterado su expresividad facial. El debate derivó rápidamente en juicios sobre su capacidad interpretativa y en una vigilancia casi quirúrgica de cada gesto.

Lejos de esquivar la polémica, Millie decidió responder. Lo hizo con un vídeo directo, sin intermediarios, en el que denunciaba el tono cruel y obsesivo de ciertos comentarios. Su mensaje no iba tanto sobre bótox o tratamientos estéticos —que nunca confirmó ni desmintió— como sobre algo más profundo: la dificultad de aceptar que una mujer joven crezca, cambie y deje atrás la imagen con la que el público se siente cómodo.

Millie habló de expectativas irreales, de la presión por mantenerse “congelada” en el tiempo y del daño que ese tipo de discursos provoca, no solo en ella, sino en cualquier chica que se expone en redes. Reivindicó su derecho a evolucionar, a experimentar con su imagen y a no pedir perdón por hacerse mayor.

En sus propias palabras: "Por alguna razón, la gente no parece crecer conmigo. Actúan como si debiera quedarme congelada en el tiempo... Y como no es así, ahora soy un objetivo", afirma en un mundo que ya acumula millones de visualizaciones y el aplauso de todos sus seguidores.

El final de Hawkins, el comienzo de otra etapa

Millie Bobby Brown en la première de la quinta temporada de 'Stranger Things'.

Millie Bobby Brown en la première de la quinta temporada de 'Stranger Things'. Gtres

El cierre de Stranger Things no es solo el adiós a una de las series más influyentes de la última década. Es también el final de una etapa vital para Millie Bobby Brown. Desde aquella niña silenciosa con poderes hasta la mujer que hoy responde a sus críticos con voz propia, su recorrido ha sido tan público como intenso.

A los poco más de 20 años, la celebérrima actriz ya ha vivido lo que muchos otros actores no experimentan en toda una carrera: éxito masivo, escrutinio constante, polémicas, hitos personales y una transformación completa delante del espectador. El 1 de enero de 2026 marcará el punto final de Eleven, pero no el de su historia.

Porque si algo ha demostrado Millie Bobby Brown es que no está dispuesta a quedarse atrapada en el personaje que la hizo famosa. Y quizá esa sea, al final, su mayor victoria.

Otros casos como Ariana o Aitana

Desafortunadamente, el caso de Millie Bobby Brown -o Millie Bongiovi, como se hace llamar tras su matrimonio con Jake- no es uno aislado. Niñas prodigio de la industria de la ficción americana como Ariana Grande, ahora toda una mujer, que empezó en Nickelodeon y triunfa por las dos películas de Wicked, también han sufrido el asedio de las redes y el escrutinio público.

Tras rodar ambos filmes en Londres, de diciembre de 2022 a enero de 2024, sufrió una evidente bajada de peso que alarmó a sus seguidores. "Llevo haciendo esto frente al público y en los escenarios desde los 16 o 17 años", decía emocionada y con lágrimas en los ojos en una entrevista reciente junto a su compañera de reparto, Cynthia Erivo.

"Así que lo he oído todo. He escuchado todas las versiones de lo que me pasa. Y luego lo corriges, y está mal por diferentes razones", añadía. "Es difícil protegerse de ese ruido y creo que es algo incómodo sin importar en qué escala lo experimentes. Tengo suerte de contar con el sistema de apoyo que tengo", concluyó la creadora de Eternal sunshine, que saldrá de gira para promocionar su nuevo álbum por Estados Unidos y Reino Unido en el verano de 2026.

En una línea un poco más local, Aitana Ocaña, que se dio a conocer en 2017 por su participación en Operación Triunfo y por haber logrado la medalla de plata tras la victoria de Amaia, es otro caso a analizar. Poderosa vocalmente, con tirón para las marcas, con una imagen exquisita y un fenómeno a estudiar, Aitana ha sido víctima de las críticas por sus retoques estéticos.

"Ese lugar es donde me voy a depilar las cejas, pero buen intento", dijo la artista al ser fue fotografiada saliendo de un centro de belleza. "Y contesto porque ya estáis muy pesados con el tema. Que no me he hecho nada (ni me he pinchado nada) en la cara. ¡Dios santo!", concluyó la intérprete de éxitos como Superestrella o Mon amour.

La lista, en este sentido, es interminable: Britney Spears, Florence Pugh, Christina Aguilera, Demi Lovato... Todas ellas, artistas únicas de nuestro tiempo, han tenido que soportar el escarnio público y el juicio constante a su rostro, a su cuerpo, a su evolución natural de niña a mujer. La pregunta, ahora que ya se acerca el año 2026 es, ¿por cuánto tiempo más?