
Si esto fuese solo ficción, todas y todos estaríamos tranquilos, pero no lo es. Netflix
‘Adolescencia’: las claves de la serie que se sumerge en las oscuridades del discurso misógino de los 'incels'
La producción inglesa emitida en Netflix ha reavivado debates sobre las redes sociales, la masculinidad tóxica, así como la 'machoesfera' y su discurso de odio.
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"¿Qué sientes con respecto a las mujeres, Jamie?", el inspector de policía Luke Bascombe le pregunta al chico de 13 años detenido por un crimen. La noche anterior Jamie le había asestado siete puñaladas a Kate, una compañera de clases, que se negó a salir con él y que en su cuenta de Instagram con emoticonos le catalogó de incel, célibe voluntario.
Jamie dejó a Katie desangrándose tirada en un aparcamiento al aire libre. Jamie niega el hecho, a pesar de que las cámaras de vigilancia lo captaron. "No hice nada malo", repite una y otra vez a lo largo de los cuatro capítulos de Adolescencia (Adolescence, Netflix) una serie que ha reavivado debates sobre las redes sociales, la masculinidad tóxica, así como los incels y su discurso de odio hacia las mujeres.
De Katie (Emilia Holliday) había circulado en el instituto una foto suya en topless, y pensando que ésta estaría entre avergonzada y con poco ánimos, Jamie (Owen Cooper), un chico que proviene de una familia armónica y estructurada de clase trabajadora, vio una oportunidad para acercase a ella.
"Todos la llamaban zorra o pecho plano, así que pensé que estando así más débil, tal vez yo podría gustarle. Fui listo, .¿no?", le dice Jamie a la psicóloga Briony Ariston (Erin Doherty) en el capítulo tres.
Si esto fuese solo ficción, todas y todos estaríamos tranquilos, pero no lo es. Lo que se retrata en Adolescencia es un compendio de hechos que se han registrado en varios países.
Aparte de los usuales ataques con arma blanca en manos de adolescentes que se reportan en la prensa británica, también se pueden citar varios casos que han transcendido, pero no resultaron lo suficientemente alarmantes como para que se mantuvieran en la conversación por más tiempo que la vida que poseen dos titulares.
Allí está el caso de Elliot Rodger, que a sus 22 años asesinó a seis personas en California en 2014, después de publicar en las redes sociales un manifiesto en el que dejaba constancia su odio hacia las mujeres, y tras su suicidio fue erigido como una figura de culto de la comunidad incel.
También está el de Alek Minassian, que arrolló a 10 personas en Toronto en 2018, luego de proclamar en su cuenta de Facebook el inicio de la rebelión incel; o el caso de Jake Davison, un hombre de 21 años propagador de los preceptos de la 'comunidad' en las redes sociales, y que en 2021 mató a cinco personas en Inglaterra.

"Ha reavivado debates sobre las redes sociales, la masculinidad tóxica, así como los 'incels'" Netflix
Conformada por una legión de hombres heterosexuales que se consideran célibes involuntariamente a causa del rechazo hacia ellos practicado principalmente por mujeres, los incels tienen su lugar de reunión en internet, donde despliegan su discurso de odio hacia las féminas, a quienes creen culpables de su fracaso en las relaciones románticas y sexuales.
El móvil de los asesinatos arriba expuestos ha sido pues la misoginia en línea impulsada en la llamada manosfera o machoesfera. Pese a los avances que hemos tenido en la sociedad en materia de feminismo y exposición de la violencia hacia las féminas, persiste el odio hacia las mujeres.
La diferencia con antaño radica en las nuevas tecnologías que han favorecido la agrupación de estos hombres para exponer y ampliar su discurso radical, fortalecerse, además les ha servido para encontrar más adeptos, muchos de ellos son muy jóvenes, tal como el Jamie de Adolescencia.
Subestimar a los 'incels'
Precisamente Laura Barnes, fundadora en 2012 de la web Proyecto Sexismo Cotidiano (Everyday Sexism), donde se publican relatos de experiencias de sexismo y desigualdad, contaba a un medio español que una de las motivaciones para escribir el ensayo Los hombres que odian a las mujeres (Capitán Swing, 2023) fue la observación que hizo en sus acostumbradas visitas a escuelas británicas para impartir charlas.
"En los últimos años he notado un aumento muy claro y dramático de la cantidad de adolescentes que han asumido estas ideas [misóginas] y este tipo de bulos en línea", comentaba Barnes, "de repente repetían las afirmaciones de los hombres que me enviaban amenazas de muerte, como que las mujeres se están apoderando del mundo, que el feminismo ha ido demasiado lejos, que ellos son sus víctimas y tienen que contraatacar".
Que esas ideas, por demás motor y gasolina de la manosfera, hayan salido de la vida virtual, abandonado las cuatro paredes de las habitaciones, para luego colarse y enquistarse en la realidad de la manera más terrorífica, pocos se lo podrían haber imaginado, y Adolescencia es un recordatorio de que sí está ocurriendo.
Pero ¿acaso durante todo este tiempo se ha subestimado el alcance e influencia que ejercen los incels en los adolescentes, captándolos con un discurso radical, antifeminista y violento hacia las mujeres? Silvia Díaz Fernández, coautora del informe Jóvenes en la Manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual (Centro Reina Sofía, 2022), da algunas pistas.
"Se tiende a pensar que lo que pasa en entornos digitales no es real, y todo aquello que tiene que ver con internet, con tecnologías, con lo online, se ve como algo de adolescentes, que no tiene ningún tipo de repercusión, que no es importante", analiza la catedrática, que también apunta como otra razón de esa subestimación el hecho de que no se percibe como un contenido político al uso.
"La manosfera o estas subculturas digitales en las que se diseminan su ideología misógina, racista, anti LGTBI, lo hacen a través de un formato de entretenimiento, memes, troleo, y eso hace que mucha gente piense que simplemente están bromeando", describe Díaz Fernández.
Señala que ese tipo de propagación ha hecho que "no se cuestione y que además se vea como que no tiene ninguna carga o dimensión política cuando efectivamente sí la tiene, ahora estamos viendo las consecuencias en cuanto al enaltecimiento de la violencia contra las mujeres, contra personas LGTBI".

"Se tiende a pensar que lo que pasa en entornos digitales no es real", recuerda la experta. Netflix
Como una muestra más palpable, esta investigadora de cultura digital y feminismo, recuerda el papel fundamental que desempeñaron ciertos grupos de la machoesfera en las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos.
"La movilización de voto que se hizo desde influencers de extrema derecha, que algunas veces se auto proclamaban como parte de la comunidad incel de célibes involuntarios, fue crucial para que le dieran la presidencia a Donald Trump", afirma la también doctora en Medios de Comunicación y Sociología.
Recuerda así mismo que esta "es una ideología de la que se ha hecho eco la esfera política con el crecimiento y el surgimiento de la extrema derecha en España, y en Europa y en gran parte del mundo".
Así es como la ideología incel se ha colado en la realidad. "Las mierdas de Andrew Tate", nombra a uno de ellos la detective de policía Misha Frank (Faye Marsay) en Adolescencia ante el desconocimiento de una de las profesoras que lo ha escuchado nombrar en las aulas pero que no sabe que se trata de un infame influencer, autoproclamado misógino, acusado y condenado por tráfico de personas, abuso sexual, violencia, y con millones de seguidores en sus redes sociales. De más está aclarar que Tate es un figura tan real como el sol que nos ilumina todos los días.
Lo más probable es que el Jamie de la miniserie creada por Stephen Graham (que también interpreta a su padre, Eddie Miller) y Jack Thorne, no haya ni siquiera hecho una búsqueda exhaustiva para dar con el discurso del 80/20 de los incels, el cual reza que el 80% de las mujeres se fijan o se sienten atraídas por el 20% de los hombres, ya que el algoritmo de las redes sociales se encargan de ponerle luces de neón.
"El algoritmo de YouTube y de TikTok se alimenta de datos de otros chicos jóvenes y entiende que a jóvenes heterosexuales les gusta o suelen interactuar un montón con contenido misógino", explica Silvia Díaz Fernández.
"Muchas veces el contenido les encuentra a ellos gracias a la mediación algorítmica, y por eso la manosfera ha salido de sus entrañas más digitales de nicho, donde antes había que buscarlas, pero ahora es difícil escapar de ella", sentencia la académica.
(De)construcción de la masculinidad
"¿Qué significa ser un hombre, Jamie?", trata de indagar la psicóloga en su charla con Jamie. En Adolescencia es importante el hecho de que la masculinidad, o la (de)construcción de la misma, está íntimamente relacionada con la relación que tienen los hombres hacia las mujeres.
La reacción visceral de Jade (Fatima Bojang), la mejor amiga de Katie, ante los detectives y su profesora es una muestra del ambiente misógino con el que las chicas tienen que lidiar cada día en el instituto. Jade no es la única que manifiesta su furia; más contenida, la detective Misha Frank reprocha que la atención se centre en el victimario.
"Todos van a recordar a Jamie. A Katie la olvidarán. Eso es lo que me molesta", sentencia como un eco de una constante en los casos de violencia de género.
Parece que estamos ante un proceso imparable del fortalecimiento de la misoginia y de la generación de nuevas formas de la misma en la sociedad.
Sin embargo, Díaz Fernández, también investigadora de Género y Política en la Universidad Complutense de Madrid, tiene otra percepción, quizás más optimista."Tenemos que hacer mucho trabajo como feministas", apunta, "tenemos que hacer mucha pedagogía feminista con los chicos para que se vean no solamente como aliados, sino también como sujetos del feminismo, ya que el patriarcado y la violencia también les afecta a ellos".
Díaz Fernández recuerda la opresión a la que se ven sometidos los jóvenes a causa de los mandatos de la masculinidad. "Ahora vemos mucho en las redes, sobre todo en TikTok, estos discursos sobre ser un hombre de valor en los que te dicen que si no ganas 6.000 euros al mes no eres nadie, si no tienes un Lamborghini no eres nadie, si no tienes un montón de éxito profesional y no eres admirado, pues no eres nadie. Estos speechs son violencia simbólica contra los hombres porque es el patriarcado que está atentando contra ellos", explica.

"Tenemos que hacer mucho trabajo como feministas", precisa la experta. Netflix
"Entonces, hay que aliarlos, hermanarlos a la lucha feminista, y creo que la educación aquí es fundamental, además hace falta hacer un acompañamiento afectivo para encauzarlos en un tipo de masculinidad que sea más amable, más inclusiva y que sea igualitaria", añade.
Jack Thorne, cocreador de Adolescencia, apuntaba en un artículo de opinión publicado en The Guardian, que "Jamie no es un simple producto de la manosfera. Es el de padres que no vieron, de una escuela a la que no le importó y de una mente que no lo detuvo".
En ese mismo artículo Thorne no considera que la solución sea prohibir los teléfonos móviles, aunque sí le atrae la idea que se prohiban las redes sociales a menores de 16 años, como ya se ha hecho en Australia.
"Debería haber apoyo gubernamental", proponía el guionista, "porque las ideas que se expresan son peligrosas en las manos equivocadas y los cerebros de los chavales no están preparados para afrontarlas", sostenía Thorne.
Desde la experiencia como investigadora de la cultura digital y consciente de la insalvable brecha educativa existente entre la generación de los padres y la de sus hijos como nativos digitales (un tema que también se aborda en la serie), Silvia Díaz Fernandez tampoco ve una solución en "banear" o restringir las redes sociales, más bien ve algo de luz en la educación tanto en los centros educativos, "formando a profesores para que sepan cómo lidiar con este tipo de ideas", como en el seno familiar.
"Tanto padres y madres, como sus hijos, pueden llegar a un entendimiento de qué pasa, qué riesgos, qué posibilidades ofrecen las redes sociales", apunta Díaz Fernandez, que también le da importancia a educarles en "tener una sociabilidad digital que sea saludable, que respete sus tiempos y su otro tipo de ocio".
Radicalización masculina
La manosfera, esa masa aglutinadora de Incels que abogan por la violación y la violencia hacia las mujeres, machos alfa que alardean de la supremacía masculina y quieren que ellas se dediquen a procrear y al hogar, activistas por los derecho de los hombres, expertos en la seducción y el ligue, también se camufla bajo el nombre de Sub5 con un atrayente discurso sobre superación personal y sobre el atractivo físico apoyado en teorías seudocientíficas, que (¡oh, sorpresa!) están ligadas a la misoginia.
Según un reportaje publicado recientemente en el diario inglés The Guardian, la nomenclatura incel está vetada en TikTok, advirtiendo que la misma está asociada al odio y la misoginia que están absolutamente prohibidos en esa red social. La pregunta es si TikTok, así como otras plataformas parecidas, están de verdad abocadas a controlar la proliferación de los discursos y símbolos misóginos.
A día de hoy, y después de pocas semanas desde el estreno de Adolescencia, que ya lleva millones de visionados en todo el mundo, el debate sobre la miniserie y los temas que toca, incluyendo la misoginia, está muy presente en los medios de comunicación, conversaciones entre amigos, como también es notable su irrupción en la esfera política británica.
En plena sesión parlamentaria la diputada laborista Annelise Midgley se refirió a Adolescencia como una serie que "pone en relieve la radicalización masculina en línea y la violencia contra las mujeres". Midgley aprovechó para instar al primer ministro del Reino Unido Keir Starmer que respalde la campaña para que la serie se vea en el parlamento y en las escuelas con la finalidad "de contrarrestar la misoginia tóxica desde temprano".

El debate sobre la miniserie y los temas que toca, incluyendo la misoginia, está muy presente en los medios de comunicación. Netflix
Starmer, quien días después recibiría a los creadores de la serie en la residencia oficial del gobierno, reconoció la urgencia de este "problema emergente y creciente". Todavía está por verse cómo se traducen en acciones estas palabras.
En pocas semanas Adolescencia ha logrado hacer entender lo que significa la misoginia, un hecho que a Silvia Díaz Fernández, que se ha pasado años investigando sobre este tema, le parece alentador.
"Esta serie no cae en un discurso reduccionista sobre si las redes sociales son dañinas y los chicos jóvenes son malos", expone la también profesora de la facultad de Políticas y Sociología de la UCM, "sino que amplía el foco y nos hace plantearnos qué está pasando aquí, qué es lo que ha permitido que este contenido misógino en la red permee y penetre en el imaginario público y social, y qué pasa también en la sociedad fuera de las redes sociales que hace que este tipo de violencia siga pasando".