
Las 'estafas del amor', un delito cibernético en aumento. iStock
Chantaje y manipulación: así son las 'estafas del amor', el delito cibernético que afecta a mujeres "solitarias y confiadas"
Con perfiles falsos de militares, empresarios de éxito o famosos, los estafadores buscan víctimas con poca vida social e ilusión por tener una pareja.
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Un estudio reciente del Banco Santander en el Reino Unido alertaba de que, en 2024, se habían perdido 6,8 millones de libras debido a las 'estafas del amor', a pesar de que el 65% de los británicos creía que nunca podría ser víctima de ese tipo de engaño. En España no hay datos concretos.
Pocos denuncian. Por vergüenza o porque la cantidad estafada es pequeña. Sólo lo hacen cuando el monto es considerable y la situación, desesperada; informa la teniente de la Guardia Civil del Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Técnica de la Policía Judicial, Raquel Herrero.
La estafa o 'timo del amor', en inglés romance scam, ha adquirido notoriedad por casos como el del falso Brad Pitt o las hermanas de Morata de Tajuña. Del primero hay cinco detenidos y dos mujeres afectadas, que se sepa. Del segundo, un triple asesinato.
Un prestamista las mató junto a su hermano al no poder hacer frente a las deudas que habían contraído para ayudar a sus supuestos novios, destinados supuestamente en Afganistán. Pero ¿cómo cae alguien en una 'estafa del amor'? ¿En qué momento se produce esa disociación entre la razón y los sentimientos?
Crear el perfil
Según la psicóloga legal y forense Marien Viyella, hay una primera fase de contacto. El estafador busca determinados perfiles a través de la huella digital que deja la posible víctima en las redes sociales. Para atraerla, utiliza "cebos comunes". Si la persona reacciona, el estafador empieza a mandar mensajes personalizados con palabras cariñosas y aduladoras. Más adelante le formula preguntas profundas y, poco a poco, va generando su confianza y estrechando la relación.
El estafador o estafadora se puede presentar como un cirujano de la ONU destinado en Siria, un estudiante emprendedor, un piloto de aviación retirado, un empresario de éxito y agente secreto, un capitán del ejército de Estados Unidos destinado en Afganistán, un señor educado, con valores y principios, una mujer buena y de buen ver, u otra que promete ayudar y dar cariño para toda la vida. O como David Guetta, Brad Pitt, Charlize Theron…

Los estafadores se ganan poco a poco la confianza de la víctima. iStock
Los perfiles falsos se generan rellenando el formulario de la red social, suplantando una identidad o con inteligencia artificial, informa la teniente Raquel Herrero. La IA permite generar fotos de personas y escenas cotidianas que no existen. Además, dificulta la búsqueda inversa de imágenes que permite, al compararlas en internet, identificar que un perfil falso utiliza fotografías de otra persona.
Mensajes de amor
En la segunda fase, el estafador empieza un intercambio con la víctima cada vez más frecuente -en inglés, love bombing (bombardeo de amor)- de mensajes, fotos y confidencias. A veces, tarda semanas o meses en afianzar la confianza. Tiene mucha paciencia. Bombardea a varias víctimas a la vez, hasta que alguna se engancha emocionalmente.
Hay mucha gente que no cae, explica la psicóloga Marien Viyella. Las víctimas tienen una vulnerabilidad previa. Suelen ser personas solteras, viudas o divorciadas. La mayoría, mujeres a partir de los 40 años con un limitado dominio de las redes sociales. Están ilusionadas con establecer una relación amorosa. Son confiadas, a veces tendentes a la depresión o están atravesando una situación difícil como un duelo o un divorcio.
Son personas muy dependientes emocionalmente, blancos fáciles. Tienen necesidad afectiva y poca vida social. También son altruistas, continúa Marien Viyella. Ha llevado el caso de una mujer, la cual había solicitado muchos préstamos para satisfacer las peticiones de dinero que le hacía el supuesto enamorado a pesar de tener un salario mínimo: "En este caso, no era online, sino que aparecía de vez en cuando. Ella creía que siempre iba a estar con él."

Se bombardea con mensajes de amor a varias víctimas a la vez. iStock
Los estafadores pueden obrar individualmente o formar parte de estructuras más complejas. Todos tratan de captar el mayor número de víctimas posible con el fin de aumentar el beneficio económico. No se descarta, apunta la teniente Raquel Herrero, que la cuantía robada pueda ser empleada para financiar otro tipo de actividades criminales.
Si la estafa se produce dentro del país, el estafador suele compartir idioma con la víctima y puede incluso llegar a visitarla en alguna ocasión. Cuando es desde el extranjero -los mensajes provienen principalmente de un número de Nigeria-, se suele recurrir a traductores en línea. Los fallos sintácticos o gramaticales deberían levantar sospechas. Y, por supuesto, que la relación sea solo virtual. A pesar de las promesas, siempre surge un imprevisto en último momento que impide la visita.
El chantaje
Una vez el estafador ha hecho creer a la víctima que existe una relación de pareja y se ha ganado su confianza, empieza el chantaje emocional para obtener dinero. Generalmente, se repite la historia. El estafador se encuentra desplazado en otro país por distintos motivos (misiones humanitarias, maniobras militares…). Suele pretextar una emergencia médica, una oportunidad de negocio, el cobro de una herencia, la compra de un billete de avión. En resumen, una necesidad urgente que apremie a la víctima a pagar rápidamente.
Los pagos se hacen mediante tarjeta de crédito, transferencias u otros métodos más difíciles de rastrear, como criptomonedas o tarjetas prepago. La cantidad de dinero se incrementa conforme se alarga la estafa en el tiempo, pudiendo ir de cientos a miles de euros y, en situaciones extremas, superar los 300.000 euros. Para ello, las víctimas han tenido que recurrir a préstamos bancarios, dinero de conocidos y, por último, como en el crimen de Morata de Tajuña, a prestamistas.
Marien Viyella conoce un caso en el que, tras obtener la cantidad demandada, el estafador desapareció. Luego, la víctima lo buscó sin éxito por las redes. Pero, en general, los estafadores van aumentando las peticiones. Si la víctima sospecha, ellos intentan mantener el engaño. Son muy manipuladores. Prometen devolver el dinero y presentan la desconfianza de la estafada como una falta de amor, un no saber entregarse y confiar.

Los estafadores suelen incrementar la cantidad de dinero que demandan. iStock
En muchas ocasiones son las personas del entorno de la víctima quienes empiezan a sospechar al detectar movimientos raros de dinero y constatar el intercambio frecuente de mensajes con números extranjeros. Hay familiares desesperados porque, a pesar de las pruebas, el enganche emocional es tan fuerte que la víctima se niega a creer que está siendo engañada. Es la fase de obnubilación, de alienación, explica la psicóloga Marien Viyella. Sometida a ese agresor emocional, cree que los familiares se oponen a esa relación por otras razones, como, por ejemplo, la envidia.
Lo primero que debe hacer la afectada cuando empieza una terapia, continúa la psicóloga, es reconocer los hechos y darse cuenta de que ha sido víctima de una estafa. Luego perdonarse a sí misma; es muy duro, porque, además, tiene el corazón roto, aunque la relación haya sido ficticia. También es muy importante reforzar la autoestima y la confianza en uno mismo y evitar la revictimización, que es cuando la familia le reprocha haberse dejado engañar y estafar.
El problema con este tipo de delitos es que, en muchas ocasiones, las estafas de "pequeñas cantidades" (cientos de euros) no se denuncian porque las víctimas prefieren evitar la vergüenza, relata la teniente. Además, por debajo de los 400 euros, no se considera delito de estafa. Solo cuando el fraude es grande y las víctimas se encuentran en una situación desesperada, dan el paso. Al duro golpe emocional y económico, se une el miedo a la reacción de sus allegados.
La recuperación del dinero estafado depende en gran medida del resultado de la investigación, la entidad del delito, y el momento en que se inicie el procedimiento. Desde la Guardia Civil, la teniente quiere transmitir su apoyo a las víctimas. La finalidad de la denuncia no es solo la de recuperar el dinero, también permite a la policía conocer los perfiles de los estafadores, llegar al fondo de la organización criminal y evitar que caigan más víctimas.
Si la víctima sufre algún tipo de chantaje por parte del estafador, se podrían incluir en la denuncia los delitos de extorsión, amenazas o coacción. Por eso es importante no compartir imágenes personales, información privada, ni datos bancarios.
Marian Viyella aconseja rechazar en internet la amistad de personas anónimas. En caso de aceptar, recomienda investigar y hablar de la relación con personas cercanas para obtener otra perspectiva. Aunque uno lleve tiempo chateando e intercambiando fotos con alguien, no deja de ser un desconocido. Si además pide dinero, hay que desconfiar. Existen otras formas de conocer gente más allá de las redes sociales.