Leticia y Alba junto a su hijo Daniel.

Leticia y Alba junto a su hijo Daniel. Cedida

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Leticia y Alba celebran el Día de la Madre con su hijo Daniel, la vida que congeló la Covid antes de nacer

En el URE centro Gutenberg de Málaga entre 2020 y 2021 se hicieron 560 ciclos de vitrificación de embriones. La tasa de éxito es del 85%. 

1 mayo, 2022 02:48

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El estado de alarma por la Covid-19 aquel 14 de marzo de 2020 paró el pulso de la humanidad y a muchos, la vida en seco. De repente, las calles se quedaron vacías, las actividades diarias solo se podían desarrollar en casa y la incertidumbre y el miedo formaron parte de nuestro día a día hasta llegar a perturbar la salud.

Pero otra vida, la de Daniel, que hoy tiene un año de edad, simplemente quedó congelada antes de nacer, en el sentido más estricto de la palabra. Su madre, Leticia, tuvo que vitrificar seis embriones cuando el país se paralizó por la pandemia.

El doctor Claudio Álvarez Pinochet, director médico y ginecólogo especialista en medicina reproductiva en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE) de Málaga, trató a Leticia. En esta clínica durante 2020 y 2021 se hicieron 560 ciclos de vitrificación de embriones, lo que supone más de 1.500.

En conversación con MagasIN, el doctor destaca que esta técnica ha sido uno de los grandes aliados de la medicina reproductiva durante la pandemia.

El doctor Claudio Álvarez Pinochet.

El doctor Claudio Álvarez Pinochet.

Esta congelación ultrarrápida, que consiste en someter a los embriones en pocos segundos a un cambio brusco de temperatura, ha permitido que hasta 18 de sus pacientes hayan podido seguir su proceso para convertirse en madres. Sin embargo, muchas no tenían previsto optar por esta técnica en un principio. Fue el caso de Leticia.

El 85% de éxito

La fecundación in vitro con congelación ofrece altas tasas de éxito en el embarazo. En cifras globales, de un total 1.900 tratamientos llevados a cabo en este centro, el 85% culminó con éxito.

En situaciones normales, este proceso se realiza en un 30% de los casos, que es cuando se obtiene más de un embrión. Sin embargo, en los meses de confinamiento el 100% de las pacientes tuvieron que hacerlo porque la Covid también congelaría sus expectativas de embarazo.

A Leticia, natural de Los Barrios (Cádiz) y administrativa en una academia de inglés, cuando estaba en tratamiento le cayó aquello como un jarro de agua fría. ¿Ahora qué? Pensó. Siempre tuvo claro que quería ser madre, pero también que necesitaría ayuda. En 2017 fue operada de una endometriosis en estado avanzado y años antes se había dado cuenta de su orientación sexual. Daniel tiene dos mamás, Leticia y Alba.

Pero el proceso no fue fácil. En 2019 se inseminó en tres ocasiones y ninguna funcionó. Había que hacerlo in vitro y cuando estaba en pleno proceso fue decretado el estado de alarma. "Sentí una angustia tremenda", recuerda.

Fue en ese momento cuando decidió congelar seis embriones. La clínica tuvo que limitar sus servicios por la pandemia y le dijeron que era conveniente hacerlo. En su caso fue gratuito por las circunstancias. "Me tranquilizaron mucho y con justificantes médicos pude cruzar la provincia hasta Málaga para que me los extrajeran".

Un esperma donado

Así transcurrieron dos meses hasta que una llamada de teléfono le alegró el día. El 9 de junio de 2020 le hicieron la transferencia con un esperma donado muy parecido, física y genéticamente, a ellas... y dos semanas después, por cierto muy largas, pudo comprobar que estaba embarazada. "El niño es clavado a mí, se parece hasta en los dedos de los pies", asegura Leticia entre risas.

Leticia con su hijo Daniel recién nacido.

Leticia con su hijo Daniel recién nacido. Cedida

Daniel nació el 23 de febrero de 2021 en el Hospital de La Línea, donde reconoce que el trato por parte del equipo médico fue "magnífico" aún en plena pandemia. También la ayuda de sus familiares en todo el proceso y ya con el pequeño en el mundo. No obstante, la de su pareja, que es de Marbella, no conoció al pequeño hasta que cumplió tres meses por el cierre de las provincias.

Ahora, con el resto de embriones congelados tiene varias opciones: donarlos a otras parejas, a la ciencia, desecharlos o para uso propio. Optará por la última. Quieren ampliar familia, pero que ahora sea Alba la que se someta al tratamiento.

"Las dos somos sus mamás, es una forma de vincularnos aún más", asegura esta gaditana, quien cree, en todo caso, que la Covid ha supuesto un antes y un después para la humanidad y en todos los sentidos para ellas. Les abrió un nuevo horizonte y a su pequeño Daniel, la vida. Doble motivo para celebrar el Día de la Madre tan bien acompañadas.