Imagen de la portada de 'Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer'.

Imagen de la portada de 'Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer'.

Actualidad

Las lecciones de vida de Ana, tras superar un cáncer de mama: "Hay que saber tolerar lo negativo"

Ana Cardona cambió su forma de ver la vida tras enfrentarse a un cáncer de mama triple negativo. Ahora muestra sus reflexiones en 'Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer'.

21 julio, 2021 01:17

Noticias relacionadas

Vivir implica pasar por momentos de felicidad y de tristeza. Frustrarnos, fracasar, amar y continuar. Cuanto antes aceptemos que no lo podemos controlar todo y que "a veces la vida decide por ti", más satisfechos estaremos con nuestra existencia. Sin embargo, a veces tiene que ocurrir algo terrible para darnos cuenta de esto, como le pasó a Ana Cardona. Tuvo que llegar un cáncer de mama triple en estado avanzado para aprender a valorar más su vida. 

"Supongo que ha sido esta enfermedad la que me ha dado la capacidad de admitir (¡al fin!) que la felicidad cotidiana existe, sin grandes aspavientos, y que yo, en realidad... era muy feliz", declara en su libro Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer (Desclée De Brouwer), por el que parte de los derechos de autor irán a la Fundación Cris Contra el Cáncer.

A lo largo de sus 20 sesiones de quimioterapia, dos operaciones y decenas de visitas al hospital, Ana fue escribiendo un 'quimio-diario' con la esperanza de que alguien lo leyese y el objetivo de aprender algo de esa terrible experiencia que le tocó vivir.

Portada de 'Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer'.

Portada de 'Mi único sí. Aprendizajes de un cáncer'.

"Me ayudó el intentar sacar un aprendizaje de todo, la introspección, el escribir... Me di cuenta de que si lo contaba en las redes sociales las personas no se quedaban con mi mensaje, sino que todo el mundo me decían ‘ánimo’, ‘eres una campeona’… Y yo decía: esto no es lo que yo quiero, quiero lanzar un mensaje no que me den ánimos. El pensar que a lo mejor alguien lo podría leer y que le serviría a mí me ayudó un montón", cuenta a MagasIN.

Psicóloga de profesión, Ana tiró de ese "defecto profesional" y se 'obligó' a sacar ese aprendizaje. "Decía ‘esto no se puede quedar así’, esta vivencia tan desagradable voy a intentar transformarla en algo. A veces me encontraba muy mal y decía ‘tengo que sacar algo bueno de esto’, como que me obligaba. Otras, cuando no lo conseguía, decía: voy a sentarme y a decir ‘no he sacado nada bueno’ y no pasa nada. Hay que aprender a tolerar estas cosas en la vida, aunque sea ‘es una experiencia desagradable y no hay más’".

La felicidad potencial

La idea principal que Ana busca trasladar con su libro es que "la vida no es perfecta, pero es vida y hay que aprovechar lo que se tiene". Se trata de aceptar que no siempre podemos ser felices, o al menos esa idea de felicidad irreal (o felicidad potencial, como ella la llama) que muchas imaginamos en nuestras cabezas.

"A veces esta vida es como que tenemos la obligación de ser felices. Como lo tenemos todo y vivimos en una época en la que las cosas se nos dan, lo tenemos fácil, pues rizamos el rizo y queremos la felicidad y a veces nos pasamos un poco. Esas frases de ‘si tú quieres puedes’... creo que nos sacan de una realidad, nos intentan obligar a estar siempre felices y consiguen lo contrario, frustrarnos porque no podemos, no es cierto".

Ana Cardona.

Ana Cardona.

Justamente dedica un capítulo de su libro a la importancia de mantenerse en la realidad, que hace que "consigas una satisfacción real". "Hay que intentar siempre mejorar, no digo que no, pero también saber lo que uno tiene. Vivimos en una sociedad con muy poquita capacidad de frustración y es volver un poco a la realidad de lo que es la vida, ni tanto ni tan calvo", explica.

Un único sí

Porque aunque a veces todo apunte a lo peor, solo hace falta una nota mínimamente esperanzadora para cambiarlo todo, un solo 'sí'. Con un cáncer triple negativo, para Ana ese único sí fue la quimioterapia que finalmente le salvó la vida. Por eso todo su libro se desarrolla partiendo de cosas que nos pueden hacer infelices, pero concluye con esos síes que a veces no vemos pero que son los más importantes. 

Desde que se curó del cáncer, hace ya dos años, ella ha aprendido a valorar más esas partes positivas y centrarse en lo que es capaz de controlar. "Hago planes con la gente pero ya no dependo tanto de ella para disfrutar o pasarlo bien. La enfermedad me ha cambiado mucho la manera de ver la vida. Porque claro, la experiencia de que puedes dejar de tener cualquier tipo de experiencia es muy fuerte, así que cuando lo pasas cualquier cosa te parece bien. Es verdad que he vuelto a 'jo, me gustaría mejorar esto…', pero es menos queja y más de ‘a ver si esto lo consigo cambiar de aquí a X años y si no, no pasa nada’. ¿Sabes?".

Y es que esa forma de vivir la ha podido aplicar incluso en la pandemia, que llegó unos meses después de que Ana terminase el tratamiento. "Yo creo viví la pandemia un poco mejor en comparación a las personas de mi alrededor. Aunque estando enferma hacía muchas cosas, muchas veces me tenía que quedar en casa y me encontraba muy mal. Entonces al final yo decía ‘estoy en casa y me encuentro bien’. Claro, la comparación...", concluye.