Tiermas, Jacetania.

Tiermas, Jacetania. E.E.

Mujer

El precioso pueblo medieval de Aragón que aparece y desaparece bajo el agua según el nivel del embalse

Cuando baja el agua, emergen sus ruinas medievales, una iglesia y los restos de un antiguo balneario.

Más información: El curioso pueblo de Aragón con el nombre más largo de España: un topónimo que tiene seis palabras y 28 letras

Publicada

España está repleta de atractivos por toda la geografía española que en muchos casos son totalmente desconocidos para gran parte de los ciudadanos, pero que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. Esto es lo que sucede precisamente con un encantador pueblo de Aragón que aparece y desaparece según el nivel del embalse.

Se trata de un pueblo abandonado con multitud de ruinas a las que tan solo es posible acceder en aquellos momentos en los que el agua desciende. Hasta el año 1960 contaba con una población de unas 1.500 personas, pero llegado el momento, los vecinos se vieron obligados a abandonar sus respectivas casas ante la construcción del embalse de Yesa.

Este pueblo se encuentra en Zaragoza, en la comarca de la Jacetania, cerca de Jaca. El pueblo en cuestión es Tiermas, del que apenas quedan ruinas hundidas bajo el embalse. En cualquier caso, aún se puede apreciar en la parte más alta del pueblo la torre de la Iglesia de San Miguel, además de una puerta de la antigua muralla medieval conocida como el Portal de las Brujas.

Tiermas, un pueblo para visitar

La mejor época del año para visitar Tiermas es en octubre, momento en el que el nivel del agua es bajo y se puede ver cómo emergen de las profundidades partes del pueblo, que hoy en día están en ruinas. Se puede llegar al pueblo en coche, por lo que no es necesario ir andando para poder llegar a él y contemplar lo que en su momento fue un pueblo que incluso contaba con aguas termales.

En el siglo XX, Tiermas contaba con su propio balneario llamado Hotel Balneario Infanta Isabel, al que podían acudir todos aquellos interesados en relajarse en sus aguas termales, una posibilidad que aún sigue existiendo actualmente. Se cree que estas aguas tienen muchos beneficios para el cuerpo, llevando incluso a que muchos visitantes aprovechen para bañarse entre las ruinas del lugar en el que antiguamente se ubicaba el balneario.

Hoy en día son muchos los turistas que visitan este pueblo abandonado y sus aguas termales, todo ello mientras que algunos de los vecinos que fueron expulsados en el año 1960, siguen luchando para conseguir que Tiermas sea reconstruido y no termine por desaparecer. Se prevé que, si sigue aumentando el agua del embalse, las ruinas terminen por desaparecer por completo bajo el agua.

La historia de Tiermas

Tiermas, al igual que sucedió con Escó y Ruesta, es un pueblo abandonado como consecuencia de la mencionada apertura del embalse de Yesa en 1960. Ante la necesidad de abastecer las zonas del sur de Navarra y la comarca de las Cinco Villas de Zaragoza, comenzó a desarrollarse el proyecto del embalse de Yesa, que consistía en el represamiento del río Aragón.

Además del abastecimiento de la población, el agua serviría para ser empleada en el riego agrícola y para generar energía hidráulica. Para muchos su construcción fue una buena idea, pero no para todos, ya que más de 1.500 personas fueron expropiadas a lo largo de los años, al mismo tiempo que contemplaban cómo sus pueblos quedaban completamente inundados.

Todos se fueron, salvo dos habitantes, que se negaron a abandonarlo y se quedaron en el pueblo hasta su fallecimiento. En el año 1982, el pueblo de Sigües compró Tiermas con sus casas y terrenos, utilizando para ello una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Hoy en día el acceso al pueblo abandonado se hace andando desde la antigua carretera de Jaca, antes de llegar al embalse, estando desde hace unos años cortada para vehículos la entrada al pueblo, que se puede identificar fácilmente porque se trata de un carril cortado que sube por una pendiente pronunciada.

La naturaleza se ha apropiado de prácticamente todo el terreno que fue arrebatado a sus propietarios hace más de medio siglo, si bien, avanzar entre la vegetación no es complicado porque son muchos los curiosos que deciden visitar este encantador pueblo que bien merece una visita.

La ya mencionada Iglesia de San Miguel es una de las construcciones que más llama la atención, puesto que mantiene en pie su torre. La cúpula hace tiempo que se vino abajo y con ella los frescos de los que solo quedan restos. El vandalismo también está presente en la zona, con pintadas y grafitis en las paredes que aún se mantienen en pie.

Los restos permiten ver parte del origen medieval del pueblo, que hace mucho tiempo atrás estuvo totalmente amurallado. Recorriendo sus caminos se pueden ver algunos restos, como El Portal de las Brujas, una de las antiguas puertas de acceso que ha conseguido, por el momento, soportar el paso del tiempo.

Entre sus casas de piedra destaca el mencionado Hotel Balneario Infanta Isabel, un edificio que en su momento albergó un complejo de lujo compuesto por dos edificios de tres plantas, unidos por una pasarela de madera, en el que se ofrecía la posibilidad de bañarse en las terapéuticas aguas termales del lugar.

Aunque la parte baja de Tiermas permanece bajo el agua del embalse de Yesa, cuando el nivel de agua baja la suficiente, deja asomar parte de los restos. Cuando el embalse se vacía casi por completo, es un buen momento para bañarse en sus aguas termales y realizar baños de barro o lodo, perfecto para poner el colofón a una gran visita a este encantador pueblo.