José mencionó que un viaje internacional era pagado con hasta 400.000 pesetas.

José mencionó que un viaje internacional era pagado con hasta 400.000 pesetas.

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José, ex camionero, sobre la diferencia de salarios entre el pasado y el ahora: “La familia de un camionero era adinerada y respetada”

El experimentado conductor señaló que los viajes internacionales, hace años, brindaban grandes beneficios que permitían a una persona ahorrar con holgura.

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Para nadie es un secreto que el sector del transporte en España y el resto de Europa ha sufrido importantes transformaciones económicas en las últimas décadas. Ante esto, José, ex camionero y empresario, recordó una época en la que vivir de la carretera garantizaba estabilidad y un estatus que hoy, según él, prácticamente ha desaparecido.

“Antes el camionero vivía bien”: un oficio con prestigio y buenos ingresos

José explicó en el canal de YouTube Rutas de Éxito que a finales de los 90 y principios de los 2000 los viajes internacionales dejaban un margen tan alto que permitían ahorrar, comprar camiones y mantener a la familia con holgura. Reveló que un trayecto a Alemania o Países Bajos podía pagarse a más de 400.000 pesetas, y que esa diferencia convertía al camionero en alguien “adinerado y respetado”.

También recordó que los gastos eran menores, la regulación más simple y la carga administrativa mucho menos pesada, lo que hacía el oficio más atractivo y rentable.

El presente: costes disparados e impuestos que ahogan al autónomo

El ex camionero señaló que hoy los precios del transporte apenas han subido respecto a hace 25 años, mientras que los gastos, gasoil, peajes, mantenimiento y fiscalidad, se han multiplicado. Criticó la presión sobre los autónomos y advirtió que, sin una reforma justa, muchos podrían cerrar si se modifican los módulos.

Según su experiencia, el esfuerzo y el riesgo siguen siendo altos, pero la rentabilidad no acompaña, lo que explica por qué cada vez menos gente quiere dedicarse a la carretera.

Falta de conductores, conciliación imposible y un tacógrafo “poco humano”

José describió además la dificultad de encontrar chóferes formados en un sector donde la conciliación es casi inexistente. Denunció que el tacógrafo “no es humano”, poniendo ejemplos de conductores que deben quedarse a dormir a pocos kilómetros de su casa por límites de jornada.También criticó la rigidez de los controles y la falta de empatía en algunas intervenciones policiales, señalando que las normas deberían buscar seguridad sin perder el sentido común.

Qué modelo ve para el futuro del transporte

Para José, la solución pasa por modelos que reduzcan noches fuera, como los relevos entre tractoras o el uso del tren en parte del trayecto. Defendió que los transportes más rentables suelen ser los cercanos y que la verdadera mejora vendrá cuando el sistema permita trabajar con menos riesgo y más calidad de vida.

Aunque no niega los cambios tecnológicos y ambientales que vienen, sí insiste en recuperar un equilibrio entre regulación, costes y dignidad profesional.