Punto de recarga.

Punto de recarga. Shutterstock / Scharfsinn

Motor

Europa necesita instalar 8.600 puntos de recarga públicos a la semana para cumplir con los objetivos de 2030

El Viejo Continente debe contar con 3,5 millones de puntos de carga públicos al final de la década.

Más información: Una quinta parte de los puntos de recarga públicos instalados en España no está operativa al cierre de marzo

Ankor Tejero
Publicada

El sector del automóvil avanza decidido hacia la descarbonización mediante la electrificación de las flotas. Ahora bien, este proceso, que requiere de enormes inversiones en capital por parte de los fabricantes, tardará en llegar al público mayoritario.

La Comisión Europea (CE) ha relajado la normativa que obligaba este año a los fabricantes a tener unas emisiones medias en su flota de 93,6 gramos por kilómetro de CO2. Ahora, la industria contará con las que se produzcan a lo largo de los próximos tres años para poder alcanzar esta meta.

Pero para llegar a un público mayoritario se necesita de una infraestructura de recarga propicia que permita surtir de energía a los vehículos eléctricos (VE). En esta materia, Europa también cuenta con unos objetivos para el final de la década. Concretamente, la Unión Europea (UE) tiene que contar con 3,5 millones de puntos de recarga para 2030.

Al cierre de 2024 la UE contaba con 821.773 puntos de recarga públicos. De esta manera, el Viejo Continente necesita instalar 450.000 nuevos cargadores públicos al año durante los próximos seis ejercicios. Esto se traduce en 8.600 nuevos postes a la semana, según un estudio elaborado por EY y Euroelectrics al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia.

Así las cosas, algunos Estados miembros de la UE necesitan acelerar el despliegue de infraestructura de recarga. Los 821.773 puntos dieron servicio el año pasado a un total de 10 millones de vehículos eléctricos, un 30% más en comparación con el año anterior. Del total de los puntos de recarga públicos que están operativos en la UE, más del 15% ofrecen capacidades de carga de 22 kW, es decir, carga lenta.

En el caso de España, el 54% de los puntos de recarga tienen una potencia de hasta 22kW y suponen el 70% de los operativos al cierre del primer trimestre del año. En el primer trimestre del año se han instalado 4.725 puntos de recarga de hasta 22 kW, según datos de la patronal de fabricantes (Anfac).

En cuanto a la red ultrarrápida, es decir, aquella cuyos postes superan los 150 kW de potencia, al cierre de marzo tan solo supone el 8,6% del total de los puntos operativos y el 6,7% de los instalados. España cuenta en total con 4.008 puntos que superan esta potencia y se han instalado en el primer trimestre del año un total de 601 puntos de más de 150 kW y 152 puntos de más de 250 kW.

Ahorros por flexibilidad

En nuestro país, aunque la propiedad de un vehículo eléctrico conlleva un aumento en la demanda de electricidad, los propietarios pueden lograr un ahorro considerable en comparación con los costes de combustible de un vehículo de combustión interna.

Estos ahorros oscilan entre un 2%, unos 101 euros para vehículos compactos, y hasta casi un 10% o 945 euros en el caso de vehículos de mayor tamaño.

En este contexto, la adopción de soluciones de flexibilidad, como V2G/V2H, puede disminuir considerablemente el coste total de propiedad de los vehículos eléctricos. Este tipo de tecnología consiste en conectar el vehículo a la red.

De esta manera, se estima que para 2030, la capacidad total de las baterías de VE en Europa alcanzará los 114 TWh, suficiente para abastecer a 30 millones de hogares al año. Para 2040, si todos los VE cuentan con carga bidireccional, V2G podría almacenar más del 10% de las necesidades energéticas de Europa, devolviendo energía a la red en los momentos de mayor demanda

Para Marta Sánchez, socia responsable del sector energía de EY España, "la electrificación del transporte está acelerándose, y las tecnologías de carga inteligente y el vehículo a red (V2G) son fundamentales en la transformación del sistema energético".

Xavi Ferré, socio responsable del sector de automoción y transporte de EY España, apunta que "para convencer a los consumidores de la compra de un vehículo eléctrico es necesario que todo el ecosistema de la movilidad eléctrica sea atractivo".

Lenta adopción del vehículo industrial

Si bien es cierto que la adopción del vehículo eléctrico en el caso de los turismos es más elevada debido a un mayor desarrollo por parte de los fabricantes, se aprecia una lenta adopción de esta tecnología en el caso de los vehículos industriales.

Al cierre de 2023, los camiones eléctricos de media tonelada representaban el 7% del mercado de la movilidad eléctrica en general. Un guarismo que se incrementó hasta el 8,3% en los tres primeros trimestres de 2024.

Además, en el mercado de camiones eléctricos pesados, con un peso bruto superior a 16 toneladas, las nuevas ventas de eléctricos han pasado del 1% en 2023 al 1,3% a finales de octubre de 2024.

En España la patronal de fabricantes ha hecho un llamamiento a las Administraciones públicas con el objetivo de contar con ayudas para renovar la flota de vehículos industriales. El sector carece de incentivos públicos desde el 30 de abril de 2024, cuando vencieron las ayudas del plan Moves Mitma. Dicho programa no se prorrogó debido a la falta de Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Además, los vehículos industriales precisan de dos necesidades adicionales en comparación con los turismos: que los puntos de recarga tengan potencias superiores a los 250 kW y espacio suficiente para que quepan estos modelos. Al cierre del primer trimestre del año, hay cerca de 1.600 puntos con más de 250 kW.

La cuota de mercado del vehículo industrial eléctrico en España se sitúa en el 1,2%, mientras que la media europea se sitúa en el 35%. De hecho, según reconoció el presidente de Anfac, Josep María Recasens, "en España solo circulan 1.000 camiones electrificados sobre un parque de 600.000 vehículos".