Una niña con un cachorro en brazos.

Una niña con un cachorro en brazos. Cristina Villarino

Con la colaboración de:

Mascotario Día Mundial del Niño

Científicos demuestran que crecer con una mascota ayuda a los niños: 11 minutos más de ejercicio y alivia el estrés

Está demostrado que acariciar y abrazar a un perro es un antídoto contra la ansiedad y aumenta los niveles de serotonina y dopamina.

Más información: "Este cachorro me salvó la vida": la historia de Mellory o cómo los perros pueden ayudar a convivir con el TDAH

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¿Sabías que crecer con un perro ayuda al desarrollo físico y psicológico de los niños? Crecer junto a un perro es una de las mejores decisiones que una familia puede tomar para el bienestar integral de los niños.

La ciencia y la experiencia cotidiana demuestran que vivir con una mascota desde edades tempranas ofrece una fuente constante de compañía, cariño y aprendizaje. Acariciar y abrazar a un perro puede aliviar el estrés y la ansiedad.

Los animales ayudan a gestionar emociones como el miedo, la tristeza o el enfado. El análisis realizado por Purina, The Role of pet-human bond, evidencia las pruebas relativas al papel de las mascotas en el desarrollo emocional y el bienestar de los niños.

El espectro autista

Esto es especialmente beneficioso para niños con trastorno del espectro autista (TEA), ya que las terapias asistidas con animales contribuyen a un mejor funcionamiento social y adaptación escolar.

Los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con el bienestar, aumentan cuando los niños interactúan con perros, promoviendo sentimientos positivos y felicidad. La mascota también favorece la autoestima y la sensación de seguridad.

Además, se ha revisado una mayor adaptación escolar en jóvenes que reciben psicoterapia asistida con animales para mejorar su adaptación psicosocial. El informe de Pets at Home (2015) encontró que el 55% de los padres encuestados se mostraban en general a favor de una mayor presencia de mascotas en las escuelas.

Paseos, juegos y ejercicios

Cuidar de un perro anima a los niños a llevar un estilo de vida más activo, pues requieren paseos, juegos y ejercicio diario. Se ha demostrado que los niños con perros hacen alrededor de 11 minutos más de actividad física diaria en comparación con los que no tienen mascotas, lo cual suma beneficios significativos a lo largo del tiempo.

Puede que no parezca gran cosa, pero durante una semana o un mes, todo suma. Muchos perros requieren caminatas o carreras diarias y mucho tiempo de juego.

Además, la responsabilidad es una lección clave. Al encargarse de alimentar, dar agua y cuidar al perro, los niños adquieren un sentido de obligación y cuidado hacia otros seres vivos, fortaleciendo sus valores y autoestima.

Menos enfermedades

Los estudios han demostrado que los bebés que se han criado en contacto con una mascota enferman con menor frecuencia en su primer año de vida, lo que significa menos visitas al médico.

La exposición a la caspa de los perros y a los microbios del entorno que estos introducen en el hogar estimula el desarrollo del sistema inmunológico, disminuyendo el riesgo de alergias y enfermedades respiratorias.

Quizás uno de los mayores beneficios de tener un perro, especialmente para un niño, es hacerles felices. Se ha demostrado que la interacción con animales aumenta los niveles de serotonina y dopamina, que son los componentes químicos de los sentimientos positivos.

La presencia de perros en el entorno familiar no solo mejora la calidad de vida del niño, sino que fortalece el bienestar emocional de toda la familia, fomentando un ambiente de cariño, disciplina y aprendizaje compartido.