Un hombre y un perro.

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Mascotario

Jaume Fatjó, veterinario, sobre la interacción con animales en personas enfermas: "Ayuda a sobrellevar el dolor crónico"

Según los hallazgos de un estudio, la convivencia con una mascota favorece la relajación, la distracción, la actividad física y el contacto social.

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"El dolor no es solo un problema físico, sino una experiencia compleja en la que influyen de forma importante nuestras emociones y pensamientos", afirma Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud.

Esta afirmación refleja unavisión integral del dolor, que va más allá de los síntomas corporales y abarca también la forma en que cada persona interpreta, siente y afronta su malestar.

El dolor, especialmente cuando es persistente, puede afectar profundamente la calidad de vida, alterando el estado de ánimo, las relaciones personales y la percepción de control sobre la propia salud.

En el caso de las enfermedades crónicas, este componente emocional cobra una relevancia especial. No se trata únicamente de aliviar la molestia física, sino de aprender a convivir con una sensación que puede acompañar al paciente durante años.

Frente a esta realidad, la ciencia ha comenzado a explorar diversas estrategias que vayan más allá de los tratamientos farmacológicos. Entre ellas, la interacción con animales de compañía está ganando cada vez más relevancia.

"La convivencia con un animal puede ayudar a las personas a sobrellevarlo mejor", explica. Esta relación puede ofrecer apoyo emocional, compañía incondicional y una fuerte motivación diaria.

Frente al dolor persistente

El estudio The role of pets in supporting cognitive-behavioral chronic pain self-management: Perspectives of older adults de la Universidad Humboldt de Berlín, ha demostrado este fenómeno.

Según sus hallazgos, los pacientes que conviven con mascotas experimentan una mayor sensación de control, una mejora en su estado de ánimo y una reducción en los niveles de ansiedad relacionados con el dolor.

Estos resultados abren un nuevo horizonte en el abordaje del dolor persistente, integrando el bienestar emocional como parte esencial del tratamiento.

La autoeficacia

Las mascotas pueden contribuir significativamente al desarrollo de estrategias para afrontar el dolor y fortalecer la sensación de autoeficacia. Esto significa que la persona adquiere una mayor confianza en su capacidad para manejar el dolor y sus efectos, incluso cuando no puede eliminarlo por completo.

El informe señala que cuidar de un animal genera una sensación de propósito y fomenta comportamientos emocionalmente saludables. La convivencia con una mascota impulsa un estilo de vida más activo, algo fundamental para el manejo del dolor crónico, y además favorece la interacción social y el vínculo con el entorno.

Un apoyo constante

Asimismo, el lazo afectivo que se forma entre la persona y su animal potencia la percepción de apoyo constante, facilitando una mejor respuesta ante el malestar físico y emocional.

"La interacción con él favorece la relajación, la distracción, la actividad física y el contacto social, lo que fortalece la capacidad de las personas para convivir con el dolor de una manera más llevadera", destaca Fatjó.

Por último, el estudio subraya que la relajación es una herramienta eficaz frente al dolor crónico, ya que permite al paciente desviar la atención de las sensaciones dolorosas. En este proceso, la compañía del animal desempeña un papel fundamental al brindar consuelo, calma y una fuente constante de distracción y bienestar.