Un gato pequeño encima de libros.

Un gato pequeño encima de libros. Istock

Mascotario

La custodia de los gatos: un nuevo desafío en los tribunales y en los hogares

Desde la reforma del Código Civil en 2022, los animales domésticos pasaron a ser reconocidos como "seres sintientes", lo que cambió la forma en que los jueces abordan los casos de custodia.

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José Antonio Allende
Publicada

En los últimos años, los gatos se han convertido en auténticos miembros de la familia. Su presencia en los hogares españoles ha aumentado de forma notable, y con ello han surgido nuevas cuestiones legales y emocionales: ¿qué ocurre con el gato cuando una pareja se separa? ¿Quién se queda con su custodia?

Hasta hace poco, los animales eran considerados bienes muebles ante la ley, lo que significaba que su destino en un divorcio o ruptura se resolvía del mismo modo que el de un coche o un mueble. Sin embargo, desde la reforma del Código Civil en 2022, los animales domésticos pasaron a ser reconocidos como "seres sintientes", lo que cambió completamente la forma en que los jueces abordan los casos de custodia.

Custodia compartida… también para los gatos

Hoy en día, los tribunales pueden establecer régimen de convivencia, visitas o custodia compartida de los gatos, teniendo en cuenta no solo la propiedad legal, sino también el vínculo afectivo y el bienestar del animal. En la práctica, esto significa valorar quién puede ofrecer mejores condiciones de cuidado: alimentación, entorno estable, atención veterinaria y tiempo de compañía.

El gato, por su carácter territorial y sensible a los cambios, plantea un reto particular. A diferencia de los perros, que suelen adaptarse mejor al traslado entre hogares, los felinos pueden sufrir estrés si se ven obligados a cambiar de entorno con frecuencia. Por eso, muchos expertos recomiendan que, si es posible, permanezca en el domicilio habitual, y sea la persona más vinculada a su cuidado diario quien conserve la custodia principal.

El papel de los veterinarios y etólogos

En algunos casos, la opinión de veterinarios o etólogos felinos puede ser clave. Estos profesionales pueden emitirinformes periciales que valoran el apego del gato a su entorno o a sus cuidadores, y ayudan a determinar la opción más beneficiosa para su bienestar. Este tipo de informes están siendo cada vez más solicitados en los juzgados, reflejando la creciente sensibilidad social hacia los derechos de los animales.

Una cuestión ética y emocional

Más allá de lo jurídico, la custodia de un gato tras una separación plantea dilemas emocionales y éticos. Quien ha convivido con un felino sabe que no se trata solo de un "animal de compañía", sino de un ser con rutinas, afectos y necesidades propias. Las decisiones sobre su futuro deberían tomarse con empatía y responsabilidad, evitando convertirlo en un instrumento de conflicto.

La sociedad española avanza hacia una mayor protección y reconocimiento de los animales como miembros del núcleo familiar. La custodia de los gatos es solo un ejemplo de cómo el Derecho, la ética y la empatía empiezan a caminar juntos en la defensa del bienestar animal.