El actor Eddie Peng con el perro negro Xin, el coprotagonista canino, en una escena de 'Black Dog'.

El actor Eddie Peng con el perro negro Xin, el coprotagonista canino, en una escena de 'Black Dog'. Seminci

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Eddie Peng, protagonista de 'Black Dog', adoptó a la perra Xin después del rodaje: "Desarrollé un vínculo muy fuerte con ella"

El actor sentía que no estaba actuando, sino simplemente viviendo, convirtiendo su trabajo en una convivencia cotidiana auténtica.

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En Black Dog, el actor taiwanés Eddie Peng interpreta a Lang, un hombre que encuentra una segunda oportunidad en la vida gracias a un perro callejero. Lo que pocos esperaban es que, más allá de la ficción, esa relación también transformaría su propia vida.

Al terminar el rodaje, Peng no solo se llevó a casa a Xin, la perra que coprotagoniza la película, sino también a dos de los cachorros nacidos durante la filmación.

"Tuve este fuerte vínculo con ella y la adopté justo después de que terminara el rodaje de la película", explica el actor en una entrevista en YouTube. "Soy un amante de los perros y esa es la razón principal por la que acepté este trabajo", añade.

Más allá de la pantalla

La conexión entre Peng y Xin fue tan intensa que trascendió lo puramente profesional. "Desarrollé un vínculo potente con ella", afirma el actor, "adoptarla fue la consecuencia natural de lo que vivimos juntos en el set".

Esa relación no nació por casualidad. Para lograrla, el actor se sometió a un proceso exigente. "Trabajar con animales fue lo más difícil que he hecho", confiesa. Antes del rodaje aprendió técnicas de adiestramiento y, tras cada jornada de filmación, regresaba al campamento de perros para seguir entrenando con ellos.

Esta dedicación diaria cimentó una convivencia auténtica que se convirtió en el verdadero corazón de la película. La experiencia fue tan inmersiva que transformó su forma de entender la actuación.

"No estaba actuando, simplemente estaba reaccionando con un perro", reconoce. Para Peng, lo esencial era dejarse llevar por el momento, porque mientras él estaba pendiente de la cámara, Xin solo vivía.

Esa autenticidad lo obligó a redescubrir su oficio a través de una nueva experiencia. Se dio cuenta de que, por primera vez, actuar, simplemente, era vivir.

El propio director reforzó esa idea, al recordarle una y otra vez: "Eddie, concéntrate en la perra. Todo el mundo está mirándola". La clave del personaje de Lang, y de la película en sí, era la relación real que se estaba forjando frente a las cámaras.

Asumir los riesgos

Sin embargo, como todas relaciones, ese vínculo también implicó dificultades. En la entrevista, el actor cuenta que durante un ensayo, fue mordido de verdad por uno de los perros.

Esto le obligó a acudir al hospital y recibir vacunas. Lejos de desanimarlo, esta experiencia reforzó la intensidad de su trabajo con los animales: una relación genuina, física y cargada de riesgos.

Una reina en casa

Hoy Xin es la auténtica protagonista de su hogar. Con humor, Peng admite que la jerarquía doméstica está completamente definida. "Ahora ella es la reina en mi casa. Básicamente, se queda en mi cama y yo duermo en el suelo".

Incluso bromea con que, mientras él está ocupado con la promoción de la película, Xin ha encontrado un nuevo rol. "Ahora que estoy fuera de la ciudad, ella no está conmigo, y mientras no estoy rodando o trabajando, le he conseguido un trabajo".

Un nuevo hogar

Pero el impacto de la adopción fue mucho más allá de su relación personal con Xin. La llegada de la perra cambió por completo la dinámica familiar.

"Tengo dos hermanas y una madre que solían tenerle miedo a los perros. Ahora pasean a la perra tres veces al día", cuenta. La felicidad familiar cambió en cuanto ella se unió al hogar.

Ese cambio, asegura, unió a todos de una forma inesperada: "Cambió la dinámica de toda la familia, la relación. Todos estamos más unidos... y creo que eso es algo inimaginable que ha pasado en mi vida, antes de tener un perro".