Un gatito rojo y blanco en la nieve.

Un gatito rojo y blanco en la nieve. Istock

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Rescata a un gato que lloraba bajo la nieve: "Lo escuché toda la noche antes de la tormenta; no pude dejarlo allí"

Al principio, Axel rechazaba cualquier contacto físico hasta que no les presentaron a otros gatitos de acogidas. Allí todo cambió. 

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Axel es un gato que pasó de deambular en soledad bajo la nieve a convertirse en un compañero inseparable y protector de otros animales. Es una de esas historias que muestran cómo la empatía y la paciencia pueden cambiar vidas.

Todo comenzó en una noche gélida, a las puertas de una tormenta invernal. Su maullido, insistente y cargado de desesperación, rompió el silencio. Ese sonido fue una llamada de auxilio.

"Realmente lo escuché mucho antes de verlo, llorando en la noche", relata Heidi Wrangle, su rescatista, en un vídeo de YouTube. La joven no dudó en actuar al entender la gravedad de la situación. "Estaba muy preocupada y no quise perder el tiempo. No podía dejarlo allí".

Un comienzo lleno de miedo

Una vez a salvo, el siguiente reto no fue menor. Axel, claramente feral y desconfiado, rechazaba todo contacto humano. "Cuando lo traje a casa por primera vez, estaba claro que no podía tocarlo", explica Heidi.

La opción más lógica habría sido mantenerlo en una jaula, pero ella decidió arriesgarse. "Lo dejé suelto en mi dormitorio", recuerda. Lejos de ser un error, esa elección resultó clave en su lenta rehabilitación.

"Fue definitivamente necesario porque en la jaula nunca iba a lograr ese avance. Y creo que eso le habría causado estrés", añade. Aunque no permitía caricias, el felino mostraba señales de calma.

"No quería que lo tocara, pero sabía que era más feliz en mi dormitorio que afuera". Así pasó un mes entero: aislado, protegido del frío, y con la paciencia de alguien dispuesta a esperar lo que hiciera falta.

Cambiar un destino

El verdadero cambio llegó cuando Heidi consideró que Axel estaba listo para un nuevo desafío. Entonces decidió poner a prueba su instinto natural presentándole a unos gatitos que tenía en acogida.

La reacción sorprendió a todos. Axel, el felino que temía a los humanosse transformó en un cuidador inesperado. "Probablemente, los veía como sus pequeños sobrinos y sobrinas", explica Heidi. Aunque para los gatitos él era mucho más. 

La escena se repetía día tras día: Axel acurrucado junto a ellos, dándoles calor y confianza. "Estaba tan relajado y tan feliz junto a esos gatitos", describe.

La convivencia no solo benefició a los pequeños, sino también al propio gato feral. "Creo que los bebés tuvieron un gran impacto en que Axel se sintiera cómodo con el contacto físico".

El hogar definitivo

Superada su etapa de adaptación, quedaba un último paso: encontrarle un hogar para siempre. La rescatista lo tenía claro. No podía ser cualquier familia. "Iba a ser extremadamente exigente con quién lo adoptara", afirma con contundencia.

El destino quiso que la oportunidad llegara pronto. Unas semanas después, sus adoptantes lo encontraron a través de Instagram. 

No eran desconocidos. Eran una pareja de Nueva Jersey que llevaba tiempo siguiendo cada actualización sobre Axel. Convencida de que eran la elección correcta, Heidi dio su visto bueno.

La pareja no solo adoptó a Axel, sino también a uno de los gatitos con los que había creado un vínculo irrompible. "Sabía que ellos eran quienes le iban a dar exactamente lo que necesitaba", concluye satisfecha.

Hoy, Axel ya no es aquel gato temeroso que lloraba bajo la nieve. Es un miembro querido de una familia, un recordatorio de que la paciencia, el cariño y las segundas oportunidades pueden obrar milagros.