Alejandra Morán, fotógrafa de mascotas,  con uno de sus tres gatos.

Alejandra Morán, fotógrafa de mascotas, con uno de sus tres gatos. Alejandra Morán

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Alejandra Morán, fotógrafa de mascotas: "Me di cuenta de que no tenía recuerdos visuales de mi primera perra"

La joven mexicana se adapta a la personalidad de cada animal para hacer los retratos, con estrategias distintas para perros o gatos.

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"Desde niña siempre me han gustado muchísimo los animales". Alejandra Morán (Mexicali, 1991), fotógrafa de mascotas, recuerda que pasaba gran parte de su tiempo viendo programas como Animal Planet y documentales de National Geographic, soñando con convivir con ellos.

Sus padres le compraban revistas y calendarios, y ella se quedaba maravillada frente a esas fotografías. Más tarde, decidió estudiar Medios Audiovisuales, una carrera que combina comunicación, fotografía, video y producción.

Aunque seguía con la espinita de trabajar con animales, vivía en una ciudad pequeña donde inmortalizarlos con su cámara no era común ni considerada un oficio viable en ese entonces. Por eso, no figuraba en sus planes.

El punto de inflexión

Sin embargo, todo cambió cuando murió su perrita Muñeca y se dio cuenta de que tenía muy pocos recuerdos fotográficos de ella. "Justo en el periodo de transición del duelo llegó mi gatita", recuerda. Nina había caído de una barda al patio de su casa.

Cuando vio a Alejandra, la minina se escondió debajo de un mueble. Estaba delgada, con el pelo maltrecho, perdida en un entorno desconocido. Ese encuentro resultó revelador para ambas y cambió por completo sus vidas.

Un perro entre las flores, una fotografía de Alejandra Morán

Un perro entre las flores, una fotografía de Alejandra Morán Alejandra Morán

"Para mí fue transformador. Quise cuidarla como no pude hacerlo con Muñeca y decidí guardar todos los recuerdos posibles de ella", recuerda la joven. Algo hizo clic en su mente.

Una marca fotográfica

Fue en esa búsqueda de su propósito cuando comprendió la necesidad emocional de tener imágenes de las mascotas. No solo para ella, sino también para otras personas.

Investigó sobre la fotografía de animales y descubrió que la mayoría de los ejemplos exitosos estaban en el extranjero, con apenas dos en la Ciudad de México. Aun así, decidió intentarlo.

En un principio, su marca incluía retratos familiares en general, con apertura hacia las mascotas. Pero su primera clienta fue una señal clara. "Me dijo: ‘Quiero fotos con mi perrita’, aunque yo todavía no había dado el paso".

Aunque tenía miedo de no estar a la altura, esa experiencia la animó. A partir de ahí, decidió que eso era lo que realmente quería hacer. Desde entonces, se ha dedicado exclusivamente a fotografiar animales con sus humanos.

Para ganar experiencia, Morán comenzó a colaborar con asociaciones de rescate de perros y gatos en adopción, lo que le permitió practicar y desarrollar una sensibilidad especial para conectar con ellos. Hoy, lleva más de siete años trabajando al 100% en este campo.

La personalidad del animal

"Ellos son los protagonistas", dice. La fotógrafa se adapta a la personalidad de cada animal. Con los canes, habla primero con la familia para entender sus gustos, miedos y comportamientos. Además, lleva premios irresistibles y juguetes sonoros para captar su atención.

Con los felinos, la estrategia es completamente distinta: "Básicamente, lo que hago es no existir". Cuando llega, interactúa con los dueños mientras espera a que el animal se acostumbre a su presencia.

"Intento hacerlo de una forma muy callada, hablando en voz baja y moviéndome lentamente en torno a ellos", explica. Lleva recompensas y espera a que confíen en ella, tomándoles fotos en los espacios que ellos elijan.

No obliga a ningún animal a hacer algo que no quiera. Las sesiones pueden durar de 40 minutos a hora y media, adaptándose a su ritmo. Generalmente, realizan las instantáneas en exteriores, en zonas urbanas o naturales como parques y bosques, o en el hogar de la familia.

Debajo de la cama

En una ocasión, un gato se escondió debajo de la cama y se negaba a salir. Morán se adaptó, trabajando bajo esas condiciones: "Las fotos salieron muy divertidas. La dueña intentaba alcanzar al gato con la mano y todo resultó muy auténtico".

Alejandra Morán, fotógrafa de mascotas, con sus tres gatos.

Alejandra Morán, fotógrafa de mascotas, con sus tres gatos. Alejandra Morán

Actualmente, tiene una familia extendida de animales: tres gatos -Harold, Nina y Cassandra- y su perrita, Ani. Ellos se han convertido en sus principales modelos y ayudantes.

El adiós

Entre todas sus experiencias, las más significativas han sido las sesiones de despedida para mascotas al final de su vida: "Es muy emotivo poder ser parte de esos momentos. Es fuerte porque te impacta todo el amor que les han dado".

Aunque sus dueños suelen estar tristes, los animales parecen disfrutar y emocionarse durante esas sesiones. "Muchas veces me dicen que no sale de casa, que está apagado y sin ánimo, pero en cuanto empezamos con las fotos se reavivan, como si no tuvieran nada", asegura.

A pesar de ser su trabajo, Alejandra Morán admite que muchas veces termina llorando junto a las familias. Para ella, poder crear recuerdos que perduren es algo muy intenso: "Conecta con mi propósito: ayudar a conservar la memoria de ese ser tan amado, que es parte de la familia".