Un gato mirando hacia la cámara.

Un gato mirando hacia la cámara. Istock

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Descubre el nuevo método de la Universidad de California para cortar las uñas a tu gato: la técnica que fortalece el vínculo

El "cuidado operativo" es la nueva estrategia empleada para romper con el método impositivo. Se basa en la paciencia y la comunicación sutil.

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Para muchas familias que conviven con gatos, el momento de cortarles las uñas suele convertirse en un auténtico desafío. Es el momento de arañazos, resistencia, estrés…

Lo que debería ser un simple cuidado rutinario a menudo se transforma en una experiencia incómoda tanto para el animal como para su cuidador. Aunque no siempre es necesario recortar las uñas, hay ocasiones en que resulta inevitable.

La pregunta es: ¿existe una manera de convertir este conflicto en un momento de cooperación y confianza? Desde la Universidad de California, un equipo de expertos propone una respuesta novedosa a este reto cotidiano.

La estrategia, conocida como "cuidado cooperativo", rompe con la idea de fuerza o imposición. Se basa en la paciencia, el refuerzo positivo y la comunicación sutil con el felino.

El poder de las asociaciones positivas

El proceso comienza de una forma sorprendentemente sencilla. Según explica el veterinario Carlos Gutiérrez en un vídeo de YouTube, el primer paso es elegir una habitación tranquila. Inmediatamente después, hay que extender una alfombrilla o esterilla en el suelo.

"Lejos de ser un detalle menor, este elemento se convertirá en el escenario principal del nuevo vínculo. El gato lo identificará como un espacio propio y seguro". A partir de ahí, se introduce la clave del método: la asociación positiva.

Cada vez que el felino coloque sus patitas delanteras sobre la alfombrilla, el cuidador deberá premiarlo con una golosina o una sesión de mimos. En esta fase, las tijeras no participan. "Lo importante es que el gato relacione la esterilla con bienestar y afecto, no con obligación", explica el veterinario.

Un paso pequeño, un gran avance

El verdadero corte de uñas llega únicamente cuando el animal se muestra tranquilo en la alfombrilla. Y aquí se encuentra la otra gran lección del cuidado cooperativo: menos es más.

En lugar de pretender completar la tarea de una sola vez, la recomendación es cortar una sola uña y detenerse allí. Inmediatamente después hay que volver a premiar al gato.

Con esto, el animal aprende que lo ocurrido no fue una experiencia negativa ni interminable, sino un episodio breve y recompensado. El objetivo no es la velocidad, sino la consolidación paulatina de la confianza mutua.

La constancia como secreto del éxito

La técnica solo funciona con repetición y paciencia. En cada nueva sesión, se repite el mismo ritual: alfombrilla, caricias, confianza, un corte y recompensa. De esta manera, la tensión disminuye progresivamente y se abre paso a la cooperación.

Al cabo de varias ocasiones, tanto la familia como el gato descubren que lo que antes generaba ansiedad se ha transformado en un momento de cuidado compartido. Más allá del resultado práctico de tener las uñas cortas, lo que se cultiva es un vínculo más fuerte entre humano y felino.