Un perro comiéndose un helado al aire libre
Las mejores recetas caseras para mimar a tu perro en verano: helados caseros, batidos frescos y cubitos sorpresas
Las altas temperaturas pueden afectar gravemente a los perros, por esto es importante mantenerlos frescos e hidratados todo el tiempo.
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Con las últimas olas de calor, España está ardiendo. El verano es una de las épocas más esperadas del año, pero también una de las más peligrosas para nuestros perros.
Aunque a simple vista parezca que disfrutan del sol o de los paseos al aire libre, su organismo no está preparado para soportar el calor extremo.
Las altas temperaturas pueden afectar gravemente a los peludos de cuatro patas, ya que no regulan el calor igual que los humanos. Su temperatura corporal media ronda los 39 grados, pero en los días más calurosos puede subir hasta los 43 grados, un nivel que pone en riesgo su salud.
En muchos casos, el bajón de presión les quita el apetito o les impide comer con normalidad. Por eso, es fundamental mantenerlos frescos e hidratados en todo momento.
Aquí van algunos consejos prácticos para ayudar a tu perro a mantenerse bien alimentado durante el verano, con opciones fáciles, nutritivas y refrescantes.
Helado natural
Una de las formas más sencillas y efectivas de refrescar a tu perro en verano es prepararle un pequeño helado casero. Lamerlo les ayuda a enfriarse más rápido, pero es fundamental evitar ingredientes peligrosos para ellos, como el azúcar, la lactosa o el chocolate.
Un perro bebiendo un batido de fruta
Esta receta es fácil, veraniega y saludable: solo necesitas triturar medio plátano maduro con un yogur natural sin azúcar. Si quieres, puedes añadir una cucharadita de mantequilla de cacahuete (asegúrate de que no contenga xilitol ni sal).
Mezcla bien, vierte la crema en moldes pequeños (los de cubitos de hielo o silicona funcionan genial) y congela durante unas tres horas. Obtendrás un snack suave, hidratante y delicioso.
Batido refrescante
Durante los días más calurosos, es habitual que los perros beban menos agua. Si notas que el tuyo lo hace, puedes motivarlo con un batido fresco y natural. Es una manera ideal de ofrecerle fruta y líquido sin forzarle.
Puedes preparar uno con unas rodajas de piña natural (sin el centro) y un trozo de plátano, todo batido con un chorrito de agua fría.
Otra opción es usar una taza de sandía (sin semillas ni cáscara), dos hojas de menta y un poco de agua fresca o un cubito de hielo.
Si tu perro está acostumbrado, también puedes añadir una cucharada de yogur. Sírvelo a temperatura ambiente o bien frío, según prefiera.
Barritas frías
Si buscas una opción más saciante que combine frescura y proteínas, estas barritas frías son ideales.
Empieza cocinando una pechuga de pollo sin sal ni condimentos. Una vez lista, mézclala con una zanahoria cocida y tritura el todo. Añade un chorrito de caldo de pollo casero (sin sal ni cebolla) hasta obtener una masa suave y compacta.
Con las manos o con moldes de silicona, forma pequeñas barritas y congélalas durante al menos cuatro horas. Estas barritas no solo refrescan: también aportan fibra, vitaminas y proteína magra.
Perfectas como premio o a media mañana. Sobre todo en esos días en los que el calor les quita el apetito, pero aún necesitan energía.
Paté casero
Para esos días de calor en los que tu perro parece perder el apetito, un poco de paté casero puede marcar la diferencia. Esta versión, fresca y fácil de digerir, se prepara en pocos minutos.
Solo necesitas una lata de atún al natural (sin sal ni aceite) y medio calabacín cocido. Tritura ambos ingredientes con una cucharadita de aceite de oliva virgen extra hasta conseguir una crema suave y homogénea.
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Este paté se puede guardar en la nevera durante dos o tres días. Su sabor intenso y su textura blanda lo hacen ideal para perros mayores. Y, al estar hecho en casa, sabes exactamente lo que contiene: solo ingredientes naturales, sin conservantes ni aditivos innecesarios.
Cubitos sorpresas
Un clásico del verano perruno: los cubitos sorpresa. Solo necesitas una cubitera y algo de imaginación.
Coloca dentro trocitos pequeños de fruta, como manzana sin semillas, arándanos o melón, y rellena con agua o con un poco de caldo casero sin sal. Congela y ofrécelos como snack o entretenimiento.
Muchos perros disfrutan lamiéndolos poco a poco, lo que además les ayuda a calmar la ansiedad. Te lo agradecerán con un rato de juego mientras su cuerpo se refresca.
Juguetes congelados
Cuando el calor aprieta y tu perro busca desesperadamente la esquina más fresca de la casa, puedes ayudarle con un extra de diversión. Rellena sus juguetes (como el Kong) con yogur natural, fruta triturada o paté casero, y congélalos durante unas horas.
Así, tu perro se entretiene mientras se refresca, y tú sabes que está tomando algo nutritivo. Una forma sencilla y efectiva de cuidar su bienestar, incluso cuando no es posible salir a pasear.
Consejos finales
Siempre ten en cuenta los alimentos prohibidos para perros y vigílalo mientras disfruta de su snack refrescante. Recuerda: igual que con nosotros, aunque el helado sea tentador y necesario en verano, debe ofrecerse de forma moderada y ocasional.
Adapta las raciones según el tamaño y las necesidades de tu perro, y disfruta de un verano más fresco y feliz junto a él.
Estas recetas pueden variar según sus gustos: prueba con frutas nuevas, combina ingredientes y crea, cada día, una nueva y deliciosa comida de verano para tu mejor amigo.