Tapear, como bien se sabe, es un arte. Aunque, claro, hacerlas requiere mayor destreza. Por suerte en la provincia de Málaga contamos con un recetario bien extenso de platos que se pueden tomar con un simple bocado.

Las tapas son todo ventajas y las hay para todos los gustos. Son muy variadas, baratísimas y permiten que el tapeador se pueda poner hasta la coronilla a lo tonto, como el que no quiere la cosa, mientras charla sobre la vida, el universo y todo lo demás.

Pero ¿cuáles son las más típicas de Málaga? Bueno, nosotros nos hemos atrevido a hacer un listado que seguro que no será del gusto de todos, pero que da algunas buenas ideas para salir a tomar una cañita con los amigos.

Y permaneced aliquindoi porque además recomendamos algunos locales donde disfrutar de estos pequeños manjares.

Ajoblanco

Vamos a abrir boca con el ajoblanco, una de las exquisiteces más tradicionales de la cocina de la provincia de Málaga. Podríamos haber comenzado con algo de pescado, por supuesto, pero es que el ajoblanco es un plato que, afortunadamente, se ha recuperado y reivindicado con el tiempo y ahora no falta en casi ninguna carta malagueña.

Se puede tomar como tapa, en un pequeño chupito que nos deje en el paladar el regusto de esta delicia tradicional o, por supuesto, ser un plato principal por sus propios méritos.

El ajoblanco hay que tomarlo cientos de veces en la vida.

Para el que no lo conozca (pobre de él) el ajoblanco, que algunos conocen como gazpacho blanco, es una sopa fría cuya base principal es el pan, el ajo y las almendras. Normalmente, se suele tomar acompañado de uvas o melón.

Un lugar perfecto para probarlo es en el restaurante Venta Los Atanores en la localidad de Valle de Abdalajís.

Lomo de orza

Esta es una tapa con garbo y poderío. Encontramos el lomo de orza, por lo general, en manteca y servido en una gran porción rodeada de un buen par de huevos fritos, con patatas, chorizos y pimientos.

Lomo de orza es una tapa con mucho fundamento.

Vamos, todo ideal para mantener la línea. Pero como el invierno ya está casi aquí (bueno, a saber si algún día llega el frío) y pensar en la operación bikini es lo último que tenemos que hacer siempre, podemos meternos entre pecho y espalda, al menos, una tapita en algunos locales donde sirven el lomo de orza con moderación, en un tamaño que no hará que nuestro cardiólogo se lleve las manos a la cabeza.

En el restaurante caleño La Butibamba, cuyo nombre nos trae referencias fonéticas africanas, gozaremos de este plato servido por un robot, pero también en cualquiera de las numerosas ventas que crecen en los montes de Málaga.

Pescaíto frito

Venga, va, vamos a hablar de los productos del mar, que estar en Málaga y no comer pescaíto frito, o fritura malagueña, es como ir a Italia y no comer los peores espaguetis que hayas probado nunca. Por suerte, en Málaga es muy difícil que, al contrario que en Roma, te pongan mal de comer.

Puntillitas, chanquetitos, calamaritos, chopitos, cazón, salmonetes… Tomarse una cervecita fría frente al mar con una tapita de fritura, ¿acaso hay algo mejor en esta vida?

Venir a Málaga y no comer pescaíto frito es de locos.

Las hay, claro, pero tampoco está nada mal el plan. En Torremolinos hay numerosos locales, por no decir cualquier de ellos, donde preparan esta tapa especialmente bien: la localidad es famosa por ello.

En Málaga también son legión los locales, restaurantes, bares y chiringuitos que sirven pescaíto frito, pero si tenemos que citar uno de ellos, los muy tradicionales Los Mellizos son una apuesta ganadora.

Eso sí, hay que recordar que, a la hora de echarle a la fritura un chorreón de limón, debemos preguntar antes: existen personas sensatas y con buen gusto que consideran que este acostumbrado acto supone un verdadero atentado gastronómico.

Porra antequerana

Al igual que el ajoblanco, la porra antequerana se puede tomar como un pequeño aperitivo o como un plato principal que nos deje arrengados y para el arrastre, con la barriga llena.

Si nunca se ha cruzado usted con un antequerano a lo peor no sabe en qué consiste la porra. Porque si algo gusta a los antequeranos es presumir de su mollete y de su porra que no es, ni más ni menos, que una deliciosa sopa fría elaborada con tomates, pan, aceite, pimiento verde y ajos.

En Antequera tienen una buena porra.

En este plato se basa el salmorejo cordobés, por lo que en ocasiones se confunden, y lo suyo es acompañarlo con taquitos de jamón, atún y un huevo duro.

Hay quien también lo confunde con el gazpacho, pero no tiene nada que ver porque el pan hace que sea mucho más recio.

En Málaga podemos probar tapas de porra en numerosos locales, pero en el restaurante Mesón Mariano está estupenda y, cómo no, en Antequera: en, por ejemplo, restaurante Caserío de San Benito.

Ensalada malagueña

El recetario tradicional nos regala platos que son propios de cada época del año, pero que, hoy en día, degustamos cuando nos da la gana. Una de estas recetas es la de la ensalada malagueña que es una ensalada fresquita perfecta para combatir el calor, pero que es idónea para la Cuaresma.

Con una base de patata, este plato lleva huevo cocido, cebolla, gajos de naranja, aceitunas verdes y, por normal, bacalao, aunque en muchas ocasiones se prescinde de este pescado que no gusta a todos.

La ensalada malagueña es un auténtico disfrute.

Obviamente, los más purista ven esta supresión como un auténtico sacrilegio, nunca mejor dicho.

Una tapa que podemos encontrar en todos esos bares que conforman la Ruta del Bacalao de la Cuaresma malagueña.

Pipirrana malagueña

Junto a la ensalada malagueña colocamos la célebre pipirrana malagueña. Con este curioso nombre, se conoce también al salpicón o salpicón de marisco.

Está especialmente recomendada para los meses de calor, pero aquí, ay, esos ya son todos los meses del año.

Un plato de pipirrana malagueña.

Además, también gustará mucho a los que lo flipen con los mariscos, ya que, sobre una base de tomate, pimientos rojo y verde, pepino y cebolla picadita, puede incluir langostinos, mejillones, e incluso pulpo. Y todo ello aliñado con aceite de oliva, sal y vinagre.

En el local Tres 14 de Torremolinos tienen una pipirrana de garbanzos muy curiosa que no se la salta un galgo.

Montadito de Lomo

De Madrid al cielo, no: de un montadito de lomo al cielo. Eso nos parece más exacto. Y es que para muchos de nosotros este humilde platillo sería sin lugar a dudas el bocado final que daríamos en nuestra última cena en la tierra. (No se descarta que en aquel cenáculo de Jerusalén se pidieran doce montaditos de lomos; Iscariote era tan mala pipa que seguro que no quiso).

Los montaditos de lomo merecen un monumento.

Porque, vamos, un filete de lomo hecho en la plancha y envuelto en pan es una de esas delicias sencillas que nos reconcilian con la vida.

En Málaga disfrutamos de buenos y jugosos montaditos de lomo en el restaurante Cortijo de Pepe y en la siempre alegre La Tranca.

Croquetas de puchero

En la variedad está el gusto, y es en las croquetas donde encontramos una gran diversidad de estilos y rellenos. Pero pocos platos nos traen tantos recuerdos del pasado como una buena croqueta de puchero.

Como con la magdalena de Proust, es comernos una y lanzarnos de cabeza a la cocina de nuestra infancia.

Unas croquetas que te dejan loco. EP

En el restaurante Candamil hacen este tipo de croquetas de puchero, pero es un plato que se encuentra en la carta de la práctica localidad de bares de la provincia de Málaga. Ya es cuestión de probarlas todas.

Boquerones victorianos

Nada más malagueño que los boquerones. No es por nada que, dejando a un lado la denominación merdellón (más correcta, según a quién se le pregunte), a los malagueños los llaman boquerones.

Y, aunque en vinagre están de vicio, lo cierto es que abiertos, rebozados y con un buen chorreón de limón, están de muerte.

¿Existe el auténtico boquerón victoriano?

Esta es la receta de los famosos boquerones victorianos que en el municipio de Rincón de la Victoria reciben cada año su propio homenaje en forma de Fiesta del Boquerón.

En realidad, el boquerón victoriano hace referencia al tipo de boquerón que se pesca en las aguas de Málaga, pero, de un tiempo a esta parte, con este nombre se refieren sencillamente a los boquerones rebozados.

Uno de los lugares más famosos para degustarlos es en el clásico chiringuito El Tintero de El Palo.

Espeto de sardinas

Bueno, ¿cómo terminar sin mencionar los espetos de sardinas?

Vale que no son una tapa en el sentido estricto de la palabra, pero si tenemos que elegir una de las recetas más típicas de Málaga, las sardinas en espeto son, sin duda, la primera que nos viene a la mente.

Una captura del TikTok de la sardina. E.E

Las personas de bien saben que no se deben comer en los meses que llevan erre, pero como de todo hay en la viña del Señor, lo cierto es que se pueden consumir en cualquier época del año. Incluso en invierno, cuando los sufridos espeteros sufren un poco menos.

Como sitio recomendado para comerlos, sólo escribiremos de uno porque tiene una localización muy curiosa: en mitad del casco histórico de Marbella: el siempre agradable restaurante El Cordobés.

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