La diversidad lingüística de la que goza la lengua castellana en España es un fenómeno conocido y estudiado a lo largo de la historia. No resulta novedoso decir que cada territorio del país tiene sus propios dichos, expresiones y usos del lenguaje que nacen de la idiosincrasia de cada pueblo. Atendiendo a esta regla, el malagueño no resulta una excepción, y su vocabulario, rico, pragmático, original y, sobre todo autóctono, aparece recogido en numerosos volúmenes.

Escribía Alfredo Leyva en su libro El habla malagueña, que el oriundo de esta tierra tiene gracia “por naturaleza”: “Tiene mucha guasa, como si no se le hubiera ocurrido ponerle de nombre a las escalinatas de calle Carretería La tribuna de los pobres, llamarle al monte San Antón las tetas de Málaga, La Manquita, a la Catedral, Lavachocho a la antigua playa de La Malagueta o el edificio quemao a la sede de la Junta de Andalucía”. Esta edición data de mayo de 2010, y por tanto no incluye el apodo 2.0 a este inmueble: el Michael Jackson.

De cualquier modo, huelga destacar la riqueza léxica de la que goza nuestra voz, analizada con detalle en obras como Diccionario del habla malagueña, de Enrique del Pino. Aquí tienes una selección de 10 palabras 100% malaguitas para usar en tu día a día.

Aliquindoi (estar)

También válida su otra forma, estar al linquindoy. Significa estar atento, tener vista, observar con sumo cuidado. Diego Ceano, en Historias y chascarrillos malagueños, explica que, con el paso del tiempo, la forma inglesa looking doing acabaría moldeada por el propio uso hasta convertirse en la expresión conocida.

Chupitira o chupa y tira (barrio de)

Manera popular por la que se conoce al barrio de la Victoria, en alusión a la forma de comer almejas de sus gentes. El escritor Salvador González Anaya, en El castillo de irás y no volverás (1921) ya recoge este apelativo: “Era rincón viejo de mesocracia, que el instinto zumbón del pueblo bajo bautizara cruelmente con el gracioso mote de Chupa y tira, por alusión a las almejas”.

Jartá

Se trata de una alteración de la palabra Hartada. La economía del lenguaje, sumada a la propia pronunciación de la H, ha hecho que la J adquiera todo el protagonismo. Su significado, sin embargo, se mantiene intacto, siendo común su uso en referencia a cantidades muy grandes. Alcalá Venceslada hace alusión a esta expresión en su Vocabulario andaluz de 1951.

Tangao

Dicho de una persona que suele escurrir el bulto para no cumplir con sus obligaciones. Se trata de un concepto clave dentro del jerga cofrade, referido a aquellos hombres de trono que fingen meter el hombro, pero que en realidad no están aguantando el peso. El periodista Francisco Jiménez Valverde, en un pregón, pronunció la frase: “Los tangaos no entran por las puertas del Cielo”.

Taró

Niebla muy espesa, persistente y con poca visibilidad que se produce al amanecer en Málaga, principalmente en verano y a principios de otoño, provocadas por vientos secos del sur que activan la evaporación marina, cubriendo la bahía y ascendiendo hacia los Montes. Suele disiparse a media mañana, aunque a veces persiste hasta el principio de la tarde.

Merdellón

Adjetivo para designar a una persona muy desaseada, muy mal hablada, tosca, vulgar, ordinaria, que arma escándalo, habla a voces, busca bronca, sale a la calle en pijama... La Wiki Malagapedia recoge que, según la teoría popular, el origen se sitúa en los inicios del siglo XIX, cuando las tropas de Napoleón invadieron España. Por aquel entonces, los franceses se referían a los ciudadanos malagueños como merd de gens (gente de mierda). Sin embargo, esta versión no termina de coincidir con la sintaxis francesa, ya que la manera correcta de decirlo sería gens de merde.

Moraga

Fiesta en la que se asan sardinas ensartadas en espetones de caña, típica de las zonas costeras. Aunque la propia definición tenga como protagonista al pescado, lo cierto es que su uso se ha extendido hasta el punto de ser un concepto válido para hablar de las pequeñas fogatas que se organizan en la playa durante la noche de San Juan.

Perita

Guay, chulo, molón… Todas las palabras responden a una misma condición: bueno o excelente. Sin embargo, un malagueño auténtico recurrirá siempre al tradicional perita.

Venacapacá

Palabra que ordena o insta a alguien a acudir en presencia del que la profiere de forma imperativa. El humorista Dani Rovira, en el monólogo sobre las playas de Málaga, hizo alusión a este término: “Mi madre me decía venacapacá, y entonces íbamos yo y mi hermana pequeña, que se llama Francisca”.

Zara

En este caso, no se refiere a la conocida marca de ropa, sino a los regalices negros y duros de la marca Zara. Es habitual que este nombre propio se use también para los regalices rellenos (rojos, rosas, blancos…) que venden en los quioscos. En ocasiones, también se utiliza el término sara pasta. Julián Sesmero, en el prólogo de Filigrana de colores, escribe: “… y pasta zara a la puerta de los colegios y de los cines”.

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