Málaga

Cinco años después de que se presentase en sociedad la apuesta municipal por transformar la calle Carretería, la obra da su primer paso. La cuenta atrás diseñada por el Ayuntamiento quedará formalmente activada, en lo que a la ejecución material se refiere, este lunes.

Será en ese momento cuando los obreros de las empresas contratadas al efecto, arrancarán una intervención valorada en casi 3,8 millones de euros, y que tiene por delante del orden de 18 meses de trabajos.

Pero dentro de las numerosas operaciones que integran esta operación de reurbanización, que busca rebajar sustancialmente el espacio para el tráfico de paso, destaca por encima de todas una de enorme simbolismo: la recuperación de la Tribuna de los Pobres.

Imagen de archivo de la Tribuna de los Pobres.

A simple vista no es más que una escalinata, con tres tramos separados, que permite la conexión peatonal entre la calle Mármoles y la margen izquierda del Guadalmedina y la calle Carretería. Pero esta estructura es mucho más, hasta el punto de haberse convertido con el paso de los años en un emplazamiento reconocido y querido por muchos malagueños.

Una cercanía emocional sustentada, principalmente, por su relación con la Semana Santa. De hecho, su denominación se vincula a que era el punto tradicionalmente elegido por los menos pudientes para poder contemplar el paso de las imágenes en procesión.

La propuesta interviene sobre la Tribuna de los Pobres. La idea finalmente seleccionada, tras haber planteado otra que provocó el malestar de varios colectivos vecinales, busca ser lo más respetuosa posible con su actual configuración.

Es por ello por lo que desde la Gerencia de Urbanismo se aboga por una actuación "de conservación y restauración de los elementos que configuran su imagen", al tiempo que se recuperan los elementos "que existían originalmente, y que por su deterioro o actuaciones posteriores fueron desapareciendo paulatinamente".

Así, en planta se conserva el mismo trazado curvo que caracteriza a la escalinata, realizándose un desmontaje del peldañeado para la relabra de las piezas de piedra natural. El descansillo central será ampliado, de forma que sea adaptado a las normativas de accesibilidad. 

Fotografías antiguas de la escalinata.

Será recuperado el muro de mampostería de contención del pasillo de Santa Isabel, que será limpiado para devolver el tono original de la piedra. Las piezas de albardilla dañadas serán repuestas. En este punto llegó a plantearse un jardín vertical, solución que parece descartada.

Serán recuperados los pasamanos laterales, así como la farola de cuatro brazos, que será recolocada en el centro geométrico del trazado de la escalera, disfrutando de una situación estratégica y como punto de referencia para el entorno. 

A partir de la documentación gráfica existente, se recupera el diseño de los maceteros originales, que serán dispuestos de cuatro en cuatro y con un tamaño menor; así como de los machones de piedra que sirven de apoyo a la barandilla sobre el muro.

Una de las novedades que parece que se mantiene respecto a versiones anteriores es la instalación de un ascensor. Mecanismo con el que se pretende mejorar la accesibilidad con el Puente de la Aurora.

Hay que tener en cuenta que el desnivel existente obliga a realizar recorridos superiores a los 200 metros tanto si se realiza a través de calle Postigo de Arance como subiendo la rampa del Pasillo de Santa Isabel. Los numerosos cambios introducidos en estos años incluyen el traslado del quiosco de lotería que en los últimos 50 años ha estado instalado junto a la Tribuna de los Pobres.

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