Antes de que los EE. UU fueran un país ya existía Harvard. Cuando no era más que un College con unos tres o cuatro mil libros, en toda la América Hispana ya hacía un siglo que se habían creado las mejores Universidades del mundo en aquella época, Lima y Méjico a la cabeza.

Los mejores libros, los mejores docentes, la enseñanza de la medicina europea y local, la farmacopea y fitoterapia local con la europea, el latín, el castellano y las lenguas indígenas, de las que se hicieron diccionarios y gramáticas, eran enseñados a una población blanca, indígena y mestiza.

Hay imperios extractivos y hay imperios inclusivos. Los segundos hacen que sus miembros de nacionalidades y etnias diferentes se integren plenamente en ellos, hasta el punto de alcanzar las más altas magistraturas del estado.

Primero los galos, luego los hispanos y posteriormente casi todo el imperio romano, se integraron como ciudadanos y aportaron económica, cultural y políticamente al desarrollo de estos. Desde Craso, que se deja la vida intentando conquistar a los parnos muy helenizados de Partia, hasta que tres emperadores de familias patricias hispanas lo consiguen siglos después, se ha producido una involución del imperio parto, desde Mitríades y la civilización que Seleuco, el general de Alejandro, deja en Oriente Medio, hasta que los persas aqueménidas deshelenizan Partia y abren las puertas de las derrotas de Csifonte.

Trajano, Adriano, Marco Aurelio y Lucio Vero se hacen con esa terminal de la primera ruta de la seda, en auge. Ya China, y el comercio entre los dos extremos de Eurasia, decidían la suerte de los pueblos y los imperios que ascendían y declinaban. Roma mantuvo el reino tampón de Armenia, poniendo a los gobernantes afines a ella que le convenía para separar su imperio del de los partos primeros y de los aqueménidas después.

La riqueza del comercio seguía fluyendo mientras la superioridad de los jinetes de las estepas desaparecía tras la adopción de las técnicas de arco corto, caballos armados, picas largas y defensas contra su munición se incorporaban a la técnica militar romana.

Dice Marcos Urarte, presidente del Grupo Pharos, que estamos en un mundo que ya no es VUCA (Volátil, Incierto, Cambiante y Ambiguo). Ahora dicen nuestros geo estrategas que el mundo es VIRCAS (Volátil, Incierto, Inmediato, Inseguro, Ruidoso, Complejo, Ambiguo, Acelerado y con Simultaneidad de hechos divergentes). El representante español del grupo de vulnerabilidades de una economía globalizada en el nada neutral foro de Davos asegura que no hay tendencias claras debido a la simultaneidad de hechos divergentes.

Los tsunamis que nos impactan son cada vez mayores y más frecuentes, Covid-19, Ucrania, Israel-Hamás, Irán, India – Pakistán, Taiwán, Cambio Climático, la IA, África (Congo). No nos hemos recuperado de una y nos llega la siguiente.

Prácticamente todas las olas tienen que ver con la competencia por la supremacía mundial. Desalinear China y Rusia cuanto más tiempo mejor conviene para alargar la supremacía de los EE. UU. Convencer a Europa de que es irrelevante, a pesar de suponer uno de los mayores mercados del mundo con uno de los mayores PIB, mantenerla adicta a la energía de terceros, impedir que su industria sea competitiva con superávits estructurales que desequilibran la economía del dólar no conviene. Recomponer la Hispanidad, como comunidad cultural y económica, no conviene.

Impedir que China salga al Índico por Pakistán, otra vez la ruta de la seda y su influencia desde el Induskush hasta Oriente Medio, es clave para retrasar el ascenso de Atenas. Esparta, en las guerras del Peloponeso, va cayendo ante el poder cultural, económico y político de Atenas que sume, no al Peloponeso sino a todo el Mediterráneo y Asia menor en una guerra mundial.

Graham Allison, de Harvard, lo describe en La Trampa de Tucídides, que, en la mayoría de los casos, conlleva a una guerra en la que la potencia decadente muere matando. En 12 de las 16 ocasiones en que ha habido un cambio de potencia dominante, ha acabado en guerra. La potencia dominante busca el conflicto con la emergente antes de que esta sea más poderosa. Lo malo es que ahora es la primera vez en que ambas tienen armas de destrucción masiva para acabar con la humanidad.

Hace tiempo que acabó la Pax Americana, aquella que inspiró El Final de la Historia de Francis Fukuyama. ¿Veremos una paz Sínica?

China estudió muy bien el modelo americano, sus pensadores y estrategas de los últimos años estuvieron allí, estudiando a fondo, como antes hizo Humbold, luego Alexis de Tocqueville y otros extranjeros lo bueno y lo malo. La clave para ellos era la superioridad tecnológica, que se había producido por una superioridad científica acelerada por la enorme atracción de cerebros desde antes de la Segunda Guerra Mundial, pero, sobre todo desde la Segunda Guerra Mundial.

La competencia por el control de la tecnología nuclear, el uso aplicado de la física cuántica, con el megaproyecto Manhattan es comparable hoy a la carrera por el dominio de la IA. Tampoco estaba Europa allí en aquella carrera por la bomba atómica, a pesar de haber aportado la inmensa mayoría de los científicos. La carrera fue entre la URSS y los EE. UU. Ahora la carrera es multipolar, aunque China, por un lado, con más capacidades en gobernanza y planificación estratégica a largo plazo y EE-UU poniendo todo el dinero que le permite tener la máquina de imprimir dólares y con el DARPA y sus 7 magníficas tirando van a la cabeza por muy poco.

China ha decidido ser líder mundial en IA en 2030. Combinada esta estrategia con el camino hacia la independencia energética con las renovables y la nuclear, la hacen un campeón formidable. Baidu, el Google chino, muy vinculado a la universidad de Hang Zhou y la IA, tiene el mandato de desarrollar la conducción autónoma. Ali Baba, el Amazon chino, desarrolla las ciudades inteligentes. Tencent, el WhatsApp chino, se centra en la IA para la salud. China piensa en país y en la comunidad por encima de los individuos y las empresas. No hay mano invisible del mercado solamente. Los países y los estados existen y pueden corregir los errores del comportamiento individual y dotar de reflexión estratégica largo plazo a su sistema económico.

Mientras atendemos, atónitos al cierre del acceso de extranjeros a Harvard, y a recortes sin precedentes a una de las mejores universidades del mundo. Las universidades chinas siguen ascendiendo.

Parecen no haber visto, lo que los propios chinos vieron, la Universidad, el conocimiento es clave. El salto tecnológico de Israel se produjo tras recibir cientos de miles de judíos soviéticos altamente cualificados tras la implosión de la URSS.

Cerrar las puertas a los extranjeros es un enorme síntoma de debilidad, un imperio deja de ser atractivo y construirse mediante la aportación de todos los miembros de sus confines más remotos a la metrópoli. Basta ver el origen de los líderes de las mayores empresas tecnológicas americanas para pensar qué hubiera pasado si sólo hubieran contado con WASPS ( White Anglosaxon Protestants). El problema radica en parte en esto, hay una parte mesiánica, de pueblo elegido por Dios al que la preeminencia mundial le sirve como prueba de serlo. Si la preeminencia la ocupa China, una parte moral fundacional que ha justificado toda suerte de atrocidades se desmorona.

Dice Urarte que las 7 grandes empresas americanas se enfrentan a las Tortugas Ninja Chinas. Lo dramático es que no hay ni una sola empresa europea.

¿Lecciones para España? Reforcemos nuestra demografía con la cantera hispanoamericana, traigamos los mejores talentos elevando la calidad de nuestras universidades incentivando que vengan a la que siempre fue su casa. Como Israel hizo para los sabios judíos de todo el mundo. En el largo plazo, la demografía y el conocimiento son todo.