Fernando del Corral y Floki, su Border Collie, viven a escasos 10 minutos andando de la playa en El Cerrado de Calderón. A Floki, un perro joven de poco más de año y medio le gustan las croquetas, que le tiren el palo lo más lejos posible y que lo lleven a nadar al mar. El problema es que en Málaga capital, ciudad a orillas del Mediterráneo, no hay ni una sola playa para perros.

“Cuando queremos que Floki vaya a la playa tengo que coger el coche e ir hasta La Cala. Y eso para que vaya él, porque ni siquiera es una playa cómoda para nosotros”, dice Fernando. “Si estamos en una ciudad con playa, también tendría que serlo para nuestros perros que viven con nosotros”, señala.

Se han abierto “oficialmente” 15 playas; ninguna para perros. Sólo hay un espacio para perros en el arroyo de Totalán, que comparte con Rincón de la Victoria. Mucho perro para tan poca playa. Y es que además ahí el agua no es apta para el baño por unos desagües. Otra opción es en la desembocadura del río Guadalhorce en el límite con Torremolinos, pero dista bastante de lo que se entiende por playa.

La Asociación Mi Mejor Amigo Málaga (AMMAM) ha recogido firmas para pedir al Ayuntamiento de Málaga que se permitan los perros en la playa o que se habiliten espacios en el tramo urbano. Pedro Gil, presidente de la asociación, pone el ejemplo de playas en Cádiz o Marbella: “Bañarse en el mar es un derecho de todos. Ellos no ensucian ni contaminan. La playa es de todos”.

Gil dice que el Ayuntamiento se remite a la ordenanza europea por la cual una playa de perros debe estar donde no se pueda bañar el ser humano; lo que para algunos puede ser contradictorio porque si no se puede bañar deja de ser una playa. Aun así, los ayuntamientos tienen la potestad de permitir algunas normas.

Realmente no hay una definición clara de qué es una playa de perros, o si necesita algunas características específicas ya que el Reglamento General de Costas no hace referencia a ellas, pero desde AMMAM entienden que el único requisito es que haya una separación física. “No es justo que teniendo una ciudad con playa, nuestros perros no la puedan disfrutar”. Aunque leyendo la web Redcanina.es hay elementos que facilitan mucho las cosas como duchas tamaño perro, un bebedero o un lugar para excrementos.

Eso sí, los dueños también tienen obligaciones como llevar la documentación del perro, correa y bozal en caso de ser perros potencialmente peligrosos y para todos bolsitas para sus necesidades. En Málaga, según datos en los medios, hay alrededor de 37.000 perros domésticos censados. Durante la pandemia muchos decidieron adoptar un animal y hubo un pico en adopciones. El litoral del municipio se alarga 17,5 kilómetros, de los que que 13,5 son playa. De acuerdo con Redcanina, Andalucía y Valencia son las comunidades con más playas pet-friendly.

El partido animalista Pacma llama a una protesta perruna en la playa de Huelin el 25 de junio. El día después de la noche de las hogueras se demuestra que no son los perros los que más ensucian. Carmen Sánchez, coordinadora provincial, dice: “si no se consiguiera una playa específica 24 horas para perros, sí que podría haber horarios de convivencia como ya hay en tantas otras playas. Por ejemplo, que hasta las 11 de la mañana o partir de las siete de la tarde, toda la playa sea accesible para perros”.

También quiere que esas playas estén adaptadas para personas de movilidad reducida que vayan con perros, no como la del arroyo de Totalán. Aun así, no cree que el nuevo ayuntamiento vaya a traer ningún cambio: “Hace unos meses tuvimos una reunión con el Ayuntamiento de Málaga y nos dejaron claro que no están por la labor. Se excusan en Totalán, que es claramente insuficiente”.