Restan dos para que acabe el mes, doscientos cuarenta y siete días para que finalice el año y uno menos para que el Ayuntamiento encuentre a alguien que “firme el papel” que le permita retirar la ya famosa pérgola de Santo Domingo. Ya saben: al final, se coló en la foto la estructura, que se ha pasado una Semana Santa completa ‘luciendo palmito’ (y acero), a pesar del anuncio de quienes proyectaron su colocación, primero, y su retirada, poco más tarde.
El debate está ya cerrado (o debería estarlo) porque fue antes incluso de nuestra semana grande, cuando la opinión pública se echaba las manos a la cabeza, a raíz de tal armatoste, pero vuelve a la palestra veintitantos días más tarde, precisamente por la escasa “agilidad” con que parece haberse actuado al respecto. Ahí sigue el bicho.
Aseguraba el alcalde esta semana que la retirada de la pérgola no se ha producido por “problemas burocráticos”. Más concreto en su respuesta, advertía De la Torre que Urbanismo “no encontraba quien firmase el papel”. ¿Vacaciones? ¿Absentismo laboral? ¿Falta de bolígrafos? La justificación del alcalde es casi peor que el hecho en sí de que se diera luz verde a un proyecto como éste.
Para más Inri, mientras se localiza a quien se pueda encargar de la retirada, un técnico manitas se ha encargado esta semana de pintarla de blanco. Así lucía en las infografías, debieron pensar quienes dieron la orden de darle una manita de pintura, aun a sabiendas de que el propio pleno del Ayuntamiento ya aprobó su retirada. Que el muerto esté guapo. Pura poesía. Me lo expliquen.
28 de abril de 2022. Restan 53 días para vernos en el colegio. Si tiene hijos, no se apure porque no hay reunión de extraescolares, ni fiesta de disfraces con los de infantil. Nos liberan de las canciones insufribles y, a cambio, nos proponen una cita con las urnas y la famosa pero poco divertida “fiesta de la democracia”, que ya sabrán, tiene acento andaluz el 19 de junio.
Comentaba, hace solo una semana en esta misma tribuna, que era cuestión de días que Juanma desvelase sus planes y nos dijera en qué día apuntábamos en la agenda, para depositar el papelito y vivir una de esas noches especiales, en las que se analiza en radio y televisión qué nos depara el futuro político. Fue el lunes cuando Moreno terminó de deshojar la margarita y es, desde entonces, cuando hemos colgado a los consejeros y al presidente el cartel de “en funciones”. Es, además, cuando los partidos han empezado a mover su maquinaria interna para elaborar unas listas que puedan ‘conquistar’ al votante, al tiempo que sus miembros han empezado a darse codazos por los pasillos para situarse en un lugar decente que les garantice un puesto en las mismas.
El PSOE ha sido el más rápido y, ya antes de que se oficializara la fecha, los órganos provinciales habían elaborado las suyas. En Málaga, lavado de cara, Conejo, Carnero o Rubiño se quedan sin plaza autonómica, y un senador en edad de plazas más visibles encabezando la propuesta: Josele Aguilar acepta el reto que le encomienda Pérez para encabezar una lista que nace con la intención de ser la más votada en la provincia.
Un juego electoral ante el que el PP de Málaga aún no publica la suya, si bien hay cosas que no hace falta esperar: Juanma Moreno tiene el primer puesto garantizado, por tercera vez consecutiva. En las anteriores, se pasó la pantalla.