Imagen del edificio de la calle Muro de las Catalinas, en el Centro de Málaga, que va a ser transformado en pisos turísticos.
"Cobijo de transeúntes y drogadictos": así intenta un promotor justificar ante Cultura un proyecto en el Centro
Es una de las razones empleadas por el empresario para recibir el visto bueno de la Comisión de Patrimonio. El fallo del ente ha sido, por segunda vez, desfavorable al estudio de detalle planteado.
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Si hay un escenario geográfico de la ciudad de Málaga que puede llegar a convertirse en un avispero para los promotores que se atreven a intervenir, ese es el Centro Histórico. La protección que pesa sobre el casco urbano hace que cualquier operación pueda convertirse en una auténtica odisea.
Y si no que se lo digan a un empresario que desde hace varios años trata de agrupar dos parcelas en la calle Muro de las Catalinas para construir un edificio de apartamentos turísticos.
El proyecto ya fue frenado en seco por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el pasado mes de febrero, cuando se pronunció de manera desfavorable a la petición del Ayuntamiento para dar su visto bueno al estudio de detalle necesario para desarrollar la propuesta.
Superado ese primer revés, el promotor decidió volver a pegar a la puerta del ente autonómico el pasado 30 de abril con la presentación de nueva documentación. Con ello esperaba modificar la opinión de los técnicos regionales. La realidad, sin embargo, es que se encuentra con un segundo informe negativo.
El análisis de la resolución dictada por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, reunida el pasado 4 de junio, permite, no obstante, descubrir elementos más que curiosos en la argumentación presentada por el empresario.
Si en octubre de 2024, cuando por vez primera intentó disponer del favor de Cultura, justificaba la unificación de las parcelas aduciendo la "inviabilidad económica, y prácticamente física, de hacer dos actuaciones independientes debido a las reducidas dimensiones de las parcelas", en la última intentona las razones han sido otras bien distintas.
En concreto, alude a la situación actual en la que se encuentra la parcela vacía que describe como una "propiedad absolutamente degradada, que sirve de protección y cobijo para pernoctación de transeúntes indocumentados, drogadictos y depósito de enseres y basuras de los vecinos de la zona".
Por ello, defiende que "cualquier actuación que se haga sobre la parcela va a mejorar en todos los sentidos el estado actual".
A este motivo inicial sumó el que a nivel exterior, "ambas construcciones serán estéticamente diferentes y se mantiene la identidad parcelaria de cada una de las propiedades".
Sin embargo, estas justificaciones no han sido suficientes para que la Comisión Provincial de Patrimonio haya validado la petición del estudio de detalle.
La posición se mantiene firme en la necesidad de respetar la normativa de Patrimonio Histórico de Andalucía y la Ley del Patrimonio Histórico Español, que establecen el mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica, las alineaciones, rasantes y el parcelario existentes en los conjuntos históricos como valores esenciales.
Si bien la ley permite excepciones para remodelaciones urbanas que alteren estos elementos, las mismas deben "suponer una mejora de sus relaciones con el entorno territorial y urbano o eviten los usos degradantes del bien protegido".
En su análisis, los técnicos inciden en que la justificación basada en la inviabilidad económica no se considera una mejora de las relaciones con el entorno urbano, ni evita usos degradantes del bien protegido.
En relación con la situación degradada de la parcela vacía, se destaca que aunque la mejora es deseable, "esta circunstancia no justifica per se la alteración de la estructura parcelaria en un Conjunto Histórico".