Imagen del Monte Coronado, en Málaga.

Imagen del Monte Coronado, en Málaga.

Málaga ciudad

La Junta avala el plan del Ayuntamiento de Málaga para proteger el Monte Coronado y defiende su reforestación

Los informes ambientales subrayan la alta calidad ambiental de la zona a proteger y su "especial vulnerabilidad al impacto paisajístico".

Más información: Málaga avanza en su sueño de crear un gran anillo verde de 7.600 hectáreas que rodee toda la ciudad

Publicada

El Monte Coronado queda, definitivamente, protegido de cualquier posible urbanización. Así va a ser después de que la Junta de Andalucía haya avalado el plan diseñado por el Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol.

La decisión confirma la delimitación de los suelos de su franja sur como Suelo No Urbanizable de Especial Protección, y abre la puerta a su futura reforestación dentro del proyecto del anillo verde, enmarcado en la estrategia municipal contra el cambio climático.

La medida impulsada años atrás por la Gerencia de Urbanismo da cumplimiento a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). La misma obliga a modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para clarificar la situación de una estrecha franja del cerro colindante con suelo urbano.

Aunque el PGOU consideraba que dicha franja estaba protegida por el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM), la sentencia interpretó lo contrario por cuestiones de escala cartográfica.

Zona de ampliación afectada por la protección del Monte Coronado.

Zona de ampliación afectada por la protección del Monte Coronado.

La empresa Ambienta Consultores, responsable del estudio ambiental, ha determinado que la franja sur del Cerro Coronado posee las mismas características ecológicas que el resto del monte, con una alta calidad ambiental y una especial vulnerabilidad al impacto paisajístico.

De hecho, esta franja presenta riesgos superiores: un 36% más de erosión y una pendiente media del 41,1%, frente al 38,8% del resto del monte.

Además, advierte de graves riesgos geotécnicos en todo el ámbito, incluyendo hundimientos por bóvedas subterráneas y erosión severa.

También se alerta de las consecuencias hídricas. En este sentido, señala que de urbanizarse la franja, el caudal de escorrentía podría aumentar entre un 7% y un 13%. En cambio, si se opta por la reforestación, se estima una reducción de hasta el 34%.

Por otro lado, el documento ambiental estratégico propone así la reforestación integral del Cerro Coronado, que se integraría en el anillo verde de Málaga, un ambicioso plan de 7.600 hectáreas que tiene horizonte de ejecución hasta 2050.

Entre las especies recomendadas para la reforestación se incluyen encinas, algarrobos y acebuches, junto con matorrales autóctonos como lentisco, coscoja, retama, mirto y enebro, además de herbáceas como el esparto.

Esta intervención no solo servirá para conservar el suelo, sino para reforzar el fondo escénico de la ciudad y preservar uno de sus hitos paisajísticos más visibles.

El Cerro Coronado fue ya en los años 70 un símbolo local de lucha ambiental, cuando su explotación como cantera movilizó a vecinos y colectivos ecologistas.

A pesar de su situación de abandono actual, sigue siendo un espacio de esparcimiento informal en el borde de varios barrios vulnerables, y acumula más de 260 referencias en prensa desde 1996 que abogan por su protección.