
Vista de Málaga
La fiebre por transformar locales en viviendas se mantiene: Málaga autoriza unos 130 pisos en lo que va de año
Entre enero y marzo, Urbanismo ha concedido 74 licencias de cambio de uso, consolidando una tendencia que no parece tener freno.
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Cualquier local comercial vacío que vea por los barrios de Málaga es susceptible de transformarse en una vivienda. Y, muy probablemente, ese será su destino final. La voracidad residencial que se ha instalado en la capital de la Costa del Sol en los últimos años, sumada a las restricciones a los pisos turísticos, ha convertido a estos espacios, localizados en las plantas bajas de los edificios, en inmuebles de enorme potencial. Ya sea como elemento de inversión o para habitar de manera directa.
Una realidad que se viene plasmando en los últimos dos años y que tiene continuidad en los primeros meses de 2025. De acuerdo con los datos oficiales de la Gerencia de Urbanismo, entre enero y marzo del presente ejercicio han sido tramitados 74 expedientes de licencia para el cambio de uso de locales comerciales a viviendas.
Como consecuencia de ello, se ha abierto la puerta a que los solicitantes puedan desarrollar la nada despreciable cifra de 131 pisos. De los tres periodos analizados, el que más operaciones recoge es el pasado mes de marzo, con 50 permisos concedidos para 89 viviendas en locales.
Este balance inicial de 2025 constata la oportunidad que para muchos representa la conversión de una antigua tienda. Y ratifica que el fenómeno mantiene la pujanza ya demostrada en 2024. La anualidad pasada, según los datos recogidos por EL ESPAÑOL de Málaga tras analizar las licencias de obras concedidas por Urbanismo, el Ayuntamiento dio luz verde a casi 390 intervenciones de esta naturaleza.
Permisos de obra que afectaban a unos 460 locales comerciales distribuidos por la práctica totalidad de distritos de la ciudad. El desarrollo de los trabajos planteados, que no siempre se llevan a efecto, permitirían poner en el mercado más de 670 viviendas.
Endurecimiento del control a los pisos turísticos
Aunque no existe un documento formal que establezca una relación directa, parece evidente que el salto exponencial de este tipo de operaciones inmobiliarias viene a coincidir con la decisión del Ayuntamiento de endurecer las medidas de presión sobre las viviendas turísticas, en el intento de poner coto a la apertura de nuevos alojamientos.
En esta hoja de ruta, la primera medida adoptada por el equipo de gobierno fue la de activar la prohibición de autorizar nuevos pisos turísticos que carezcan de entrada independiente. Una circunstancia que acota de manera clara los inmuebles con potencial de ser explotados con fines turísticos y convierte las plantas bajas de los edificios, donde suelen situarse los locales comerciales, como activos de enorme valor.
De hecho, meses atrás la propia concejala de Urbanismo, Carmen Casero, admitía la intención del equipo de gobierno de tomar cartas en el asunto y, en la medida de lo posible, controlar que los locales que se reconvierten en viviendas no sean usados para seguir aumentando la oferta de alquiler de corta duración.
Casero habla en concreto de exigir a los promotores de estas operaciones que esas nuevas viviendas sean destinadas al alquiler de larga duración. Es decir, el objetivo sería impedir que sirvan para seguir ampliando la bolsa de pisos turísticos.
La incidencia de esta medida, en caso de concretarse, se dejaría notar sobre buena parte de la ciudad, pero no sobre toda, ya que desde principios de año está vigente la modificación urbanística que prohíbe la puesta en funcionamiento de nuevos pisos turísticos en 43 barrios de la capital. Las zonas afectadas se corresponden con aquellas donde el porcentaje de estos alojamientos es mayor.
Casos llamativos
Si bien en la mayoría de los casos son expedientes individuales, que afectan a uno o dos locales comerciales, hay operaciones de una envergadura muy superior. Esto es, por ejemplo, lo que ha sucedido en la calle Júcar, en la zona oeste de la ciudad, donde se ha autorizado el cambio de uso de diez locales comerciales para diez viviendas.
Y el año pasado se dio luz verde a otra gran operación en la calle Domingo de Orueta, en Carretera de Cádiz. Allí se concedió el cambio de uso de 16 locales para la construcción de 20 viviendas de entre 44 y casi 70 metros cuadrados y un local sin actividad definida.
Los números de 2024 contrastaron con los de 2023, cuando, según los expedientes de Urbanismo, fueron otorgadas unas 150 licencias de cambio de uso, con alrededor de 200 viviendas. Los expertos advierten a todos los que estén pensando en intervenir en esta misma dirección que antes de hacerlo deben conocer la viabilidad o no de la operación, porque no en todos los inmuebles es posible de acuerdo con la normativa municipal. Y es por ello aconsejable comprobar el número máximo de viviendas permitidas en el edificio donde se encuentra el inmueble a transformar.