Como si se tratara del Juego de la Oca, el proyecto de la Torre del Puerto de Málaga sigue avanzando en las casillas que hay sobre el tablero y que deben permitirle llegar después de verano a la mesa del Consejo de Ministros. Esa es la meta que desde hace algo menos de nueve años viene persiguiendo el fondo de inversión relacionado con la familia real de Catar que anhela construir un hotel 5 estrellas Gran Lujo.

En este intervalo de tiempo, marcado por la polémica y por la existencia de numerosas voces contrarias a su desarrollo, la operación se ha visto sometida a un celoso procedimiento administrativo, que ha incluido los informes sectoriales de los organismos estatales, autonómicos y municipales competentes en la materia.

Si bien la validez plena de la intervención corresponde al Consejo de Ministros, que es el tiene la última voz a la hora de levantar el veto que actualmente pesa sobre el pretendido uso hotelero en suelo portuario, la realidad es que el camino parece expedito. Al menos en lo que al plano técnico se refiere. 

Conforme a la cronología ya conocida y a los hitos superados, todos los informes emitidos hasta la fecha son favorables al desarrollo del proyecto. Y ello ha permitido que este mismo lunes haya tenido lugar otro movimiento clave en el futuro inmediato de la actuación: la publicación del acuerdo definitivo del Pleno validando el ajuste urbanístico necesario para, llegado el momento, hacer posible la construcción del hotel.

La modificación del Plan Especial del Puerto ya vigente dibuja el marco necesario para disponer sobre los terrenos localizados junto a la estación de cruceros de un techo edificable de hasta 45.000 metros cuadrados, cuya materialización podría alcanzar una altura máxima de 150 metros. Para medir la envergadura del cambio ya autorizado sirva decir que el techo multiplica casi por siete lo que hasta ahora estaba contemplado en el planeamiento.

Estos son los parámetros máximos que afectan a la ejecución futura del hotel. La realidad, no obstante, es que la intención de los promotores privados, que desde julio de 2016 cuentan con una especie de pre concesión sobre los terrenos, es la de materializar un proyecto con un techo de unos 43.000 metros cuadrados y una altura de 116 metros, incluyendo un hotel de 27 plantas y un gran centro de convenciones y congresos. Todo ello, con una inversión que puede alcanzar los 200 millones de euros.

La publicación del acuerdo plenario en el BOP se venía esperando desde hacía meses. Supone un avance significativo pero, como se viene repitiendo, no es definitivo para que el proyecto vea la luz. De acuerdo con varias fuentes consultadas, la esperanza es que el Consejo de Ministros pueda abordar la petición del Puerto de Málaga para permitir el uso hotelero tras el verano. Aunque dada la necesidad de afrontar ciertos trámites previos, tampoco parece descartable que la reunión se acerque más a la parte final del ejercicio.

Antes, la previsión es que la Autoridad Portuaria remita el expediente a la Abogacía de Puertos del Estado. Una vez pasado este filtro, la Abogacía del Estado preparará el expediente y lo elevará a la Secretaría de Estado de Transportes, que será el que lo incluya en el orden del día del Consejo de Ministros para su análisis final, en el que se tendrá que justificar el interés general de la operación.