El presente del edificio de Correos en Málaga sigue marcado por la duda respecto a su futura recuperación, más de dos años después de ser comprado en subasta por un magnate israelí, y por la presencia de una especie de campamento de okupas en su recinto exterior.

Esta es la triste realidad que pesa sobre uno de los inmuebles más reconocibles de Málaga capital, en estado de abandono desde hace ya 12 años. Hay que recordar que la construcción, que albergó la sede principal del organismo estatal, cerró sus puertas a mediados de 2010. 

La presencia de okupas en el interior viene a repetir una situación que ya se dio hace justo un año. Sin embargo, la comparativa de las imágenes permite constatar un crecimiento más que apreciable en el asentamiento. 

Consultada la representación de la propiedad, se desconoce el número exacto de personas que hay en su interior. Estas mismas fuentes informan de su intención de contactar con el Ayuntamiento para intervenir.

Cabe recordar que en los últimos meses ha habido algún que otro aviso desde la Gerencia de Urbanismo con el objetivo de que se interviniera en el edificio, reclamando el cierre de determinados huecos en el edificio. Labores que fueron ejecutadas en su momento.

No obstante, la fotografía tomada por EL ESPAÑOL de Málaga desde la calle confirma la presencia de varias sombrillas de playa para garantizar la sombra, de sillones y algún armario. 

Este episodio se produce en un momento de incertidumbre respecto al futuro del edificio. Porque aunque la pretensión inicial de la propiedad era la de avanzar en un cambio de uso del planeamiento urbanístico con el fin de hacer posible la construcción de un hotel en el inmueble, la realidad es que sigue sin activar el mecanismo oportuno.

Incluso, a principios del pasado mes de agosto, la empresa que se hizo en subasta con Correos abrió la puerta a su posible alquiler con el objeto de rentabilizar la importante inversión realizada. Cabe recordar que la compra alcanzó los 23 millones de euros.