El decano más longevo de la UMA se despide pidiendo más conexión con las empresas

Este artículo nace del impulso de antiguos alumnos de Eugenio Luque. El que haya sido durante dos décadas decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Málaga se despide este miércoles de su cargo, y sus egresados insistieron a este periódico en la importancia de dar visibilidad a su labor en el cargo desde 2004. El reconocimiento de sus expupilos es, quizás, el fruto más sintomático de lo sembrado durante estos años.

"Tengo mucha nostalgia, los he vivido muy intensamente y se han hecho cosas. Ha sido una etapa muy bonita", afirma en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el propio Luque: "No soy objetivo, pero creo que el balance ha sido muy positivo. Estoy muy satisfecho porque creo que hemos hecho todo lo que queríamos hacer, dentro de nuestras competencias".

Sí que tiene claro un reto clave que aún queda por afrontar: acercar mucho más la Universidad a la sociedad y, muy concretamente, a la realidad laboral. "Para eso es muy importante la implicación de las empresas. La facultad tiene que dar acceso a los profesionales, hay que abrirla para que la docencia cuente con académicos de toda la vida y profesores que vengan del mundo laborar. Eso Enrique a los estudiantes y a la sociedad", argumenta.

"Los alumnos están en la facultad unos cuatro o cinco años, pero en las empresas están varias décadas. Ellas deberían ser las primeras interesadas en que las personas salgan bien formadas", defiende Eugenio Luque.

Este miércoles tomará posesión Ana José Cisneros Ruiz como nueva decana de la facultad de Económicas, lo que supondrá el fin oficial de la etapa de Luque. Él se incorporó al cargo en 2004 tras haber formado parte de equipos de gobierno anteriores. Desde entonces, se ha enfrentado principalmente a dos grandes revoluciones: la académica del Espacio Europeo de Educación Superior mediante el Plan Bolonia y la tecnológica de la irrupción de las nuevas innovaciones digitales.

"Si yo miro la facultad hace veinte años, poco tiene que ver con la que hay ahora. Ha cambiado incluso el perfil del alumno, que vienen con una predisposición y unos conocimientos diferentes", define Luque, que asegura que han estado trabajando con un "equipo excelente" en una "constante revisión" de los planes de estudios para adaptarse a esas nuevas realidades.

Él, que ha sido presidente del Consejo Iberoamericano de Decanos de Ciencias Económicas y Empresariales de Universidades, asegura que el deseo de renovación es "el sentir mayoritario" de los responsables de estas instituciones: "Hay que transformarlo, tenemos las herramientas pero aún nos falta", asegura.

De hecho, en la facultad de la que él ha sido decano ya toca, desde su perspectiva, "hacer una nueva planificación de estudios y adecuarlos a lo que demanda el mercado". "Nos hemos visto obligados a pasar de la lección magistral y los exámenes anuales a la evaluación continua, los programas informáticos, el uso del ordenador...", relata Luque, que no lo ve como algo negativo: "Es algo que ha sido de manera tan continua que ya parece que siempre ha estado ahí, y es algo que las empresas también demandan".

"A mí me parece muy bueno lo que ha ocurrido, soy muy optimista con lo que venga. La Universidad ha sabido adaptarse a los cambios. La sociedad nos obliga a ello", resume el que ha sido decano durante dos décadas de Económicas, que insiste en que también existe "una tarea importante por parte de las empresas" de comprometerse con esa formación por el bien común.

Para él, Málaga ha tenido en estas dos décadas un desarrollo "a todos los niveles" y "sin precedentes en toda la historia" que ha sido mérito de varios actores, incluyendo las compañías que han hecho posible el auge tecnológico: "La Universidad ha desempeñado también ahí un papel fundamental, porque ha echado a las personas a la calle", reivindica Eugenio Luque. Y en esa colaboración entre sector privado y academia es donde puede estar el ingrediente clave para lograr un auge igual en las siguientes dos décadas.