Carlos Tatay durante la entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga.

Carlos Tatay durante la entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga.

Motor

Carlos Tatay, expiloto de motociclismo en silla de ruedas: "Nadie está preparado para esto y el duelo lo pasas solo"

El expiloto ha concedido una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga en la que explica cómo fueron sus peores momentos y cómo los está superando con nuevos retos que le ilusionan. "Sueño con competir en el Dakar", afirma. 

Más información: El malagueño Aarón García se proclama campeón de Europa de karting

Publicada

Nos hemos acostumbrado a ver a los pilotos del mundial de motociclismo luchando por llegar a lo más alto desde la más temprana edad, sobre todo los de la categoría de Moto3. Lo hacen desde las clases inferiores con escasamente 16 años.

Victorias, entrevistas, notoriedad y alegrías son comunes en la mayoría, que busca hacerse un hueco para llegar a las categorías superiores. Pero competir en un mundial de motociclismo no es algo exento de riesgos. Mucho se ha avanzado en los últimos años en seguridad, pero las motos cada vez corren más… y los pilotos toman cada vez más riesgos para no quedarse atrás.

En una de esas carreras, un piloto valenciano que acababa de saborear su primer podio en el mundial, se encontró con la dura realidad que no se ve en las carreras: un accidente que le cambió la vida.

Carlos Tatay cuando era niño en una competición.

Carlos Tatay cuando era niño en una competición.

Tanto como pasar de una moto en la que va a 300 km/h a sentarse en una silla de ruedas para el resto de su vida. Y no todos están preparados para ese cambio tan brutal, no cuando solo se tienen 20 años de edad.

Carlos Tatay ha estado en Málaga para contar su experiencia en ese nuevo camino que ha tomado su día a día, asumiendo sus errores, pero luchando para conseguir ser feliz de nuevo… en las carreras.

El expiloto de motos se sinceró con EL ESPAÑOL de Málaga sobre estos dos últimos años tan duros.

Casi nadie está preparado para que le cambie la vida en un minuto.

Así es, nadie está preparado para eso, tan rápido y sin verlo venir. Aunque sea joven, toca asumirlo y ahora intento cumplir nuevos objetivos.

Ha pasado de tener objetivos deportivos a tener objetivos de vida…

Sí, mi vida había estado centrada en el motociclismo. Gané la Red Bull Rookies Cup, fui subcampeón del mundo junior y pude acceder al mundial. Todo esto no es que lo haya olvidado, sino que me ha servido por los valores de sacrificio que implicó mi paso por el motociclismo.

He podido rehacer mi vida gracias a la constancia, el esfuerzo, la disciplina y entrenar todos los días, como lo hacía cuando era piloto de motos. Todo esto es lo que me ha permitido salir adelante.

Tenía dos opciones. Una, quedarme quieto y pensar en lo que pudo ser y otra, mirar hacia adelante y pensar en lo que podrá ser.

Así que decidí la segunda opción y por eso estoy centrado en el automovilismo, que es mi próxima meta. De hecho, ya he conseguido algunos podios en carreras sobre nieve en Andorra y eso me ayuda a conseguir mis sueños, que es volver a ganar.

Todos los pilotos conocen el sitio, pero ninguno quiere pensar que podría acabar allí, en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. ¿Cómo asumió estar ingresado en ese sitio durante tu recuperación?

Es complicado. Es un sitio difícil, donde te das cuenta de lo que está pasando en tu vida, porque el 90% de la gente que hay allí está en silla de ruedas, lo que te hace pensar muchas cosas.

Por suerte, nunca he pensado mucho en mi accidente, haciendo lo que más quería, porque era por decisión propia. Me habría afectado mucho más estar allí por un accidente fuera de mi control que por algo que hacía conscientemente y conociendo el peligro que implicaba.

En el hospital pasan muchas cosas. Desde que me sentaron en la silla de ruedas por primera vez después de la operación bajaba cada mañana al fisio, al gimnasio, entrenaba, hacía de todo y volvía reventado a la habitación. Cuando mis padres se marchaban por la noche llegaban mis malos momentos y era cuando empezaba a llorar, pero al día siguiente volvía con la misma rutina y así hasta que te haces a la idea de que eso es lo que me espera. El duelo lo tienes que pasar tú solo.

A partir de ahí hubo dos momentos clave para mí: ir a una conferencia de Albert Llovera, otro parapléjico que compite en coches desde hace años y, días después, recibir la llamada de la empresa malagueña Pont Grup, que quería patrocinar mi nueva vida. Esto me dio mucha motivación y lo siguiente que hice cuando salí del hospital fue ir a Sevilla con un amigo para comprar un kart adaptado.

Tatay en una carrera

Tatay en una carrera

Hay muchos casos de pilotos parapléjicos que compiten habitualmente en coches adaptados. ¿Dónde se quiere ver dentro del automovilismo?

He empezado con el sueño de competir algún día en el Dakar, lo que estoy seguro de cumplir, pero me centro en 2026, donde mi objetivo es competir en el campeonato de España de GT, ya que me hace mucha ilusión volver a los circuitos.

Es un mundo al que tengo que volver, porque he dejado muchas cosas pendientes. Si todo va bien, el siguiente reto, dentro de la próxima década, sería correr en las 24 Horas de Le Mans.

Lucha en los tribunales porque considera que no tuvo una indemnización justa por las coberturas de los seguros de la federación, quienes consideran, además, que no es compatible con que vuelva a la competición…

Eso lo dicen ellos, pero no hay ninguna cláusula que lo indique. Que yo tenga una discapacidad es perfectamente compatible con que vuelva a competir en coches. De hecho, las coberturas por accidente en la federación de automovilismo son muy superiores a las de la federación de motociclismo, donde incluso todavía las cantidades está expresadas en pesetas en los contratos de seguros, concretamente un millón, es decir, unos seis mil euros actuales.

Son ellos los que tienen que justificar esas bajas indemnizaciones por invalidez. En cualquier caso, espero que la justicia haga su trabajo y demuestre que llevo razón.

¿Qué quiere transmitir con estas charlas que estás dando en muchos sitios de España, como la de Málaga?

Para mí, el ser humano, hasta que no le ocurre algo grave que no puede cambiar, a veces es incapaz de recapacitar y reorientarse. Hasta mi accidente, no había disfrutado mucho de mi vida fuera de las carreras porque tenía tanta presión que no había nada más allá de las motos.

Ahora trato de transmitir con mis charlas esas experiencias no vividas. Aunque solo tenga 22 años y todavía esté saliendo del cascarón, como dicen muchos, me han ocurrido muchas cosas y me siento bien contándolas.