Perry en un momento del partido contra el AEK.

Perry en un momento del partido contra el AEK. BCL

Unicaja

Unicaja se mete en la final de la BCL tras vencer en el infierno griego del AEK (65-71)

Los de Ibon Navarro se enfrentarán el domingo al Galatasaray para intentar vencer su segunda BCL consecutiva.

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El Unicaja sigue haciendo historia. Se ha metido este viernes en su segunda final consecutiva de la Basketball Champions League (BCL) tras vencer al AEK de Atenas en su propio estadio, un infierno amarillo que aupó a su equipo con la habitual fiereza de los seguidores griegos, pero ante el que ha sabido sobreponerse el cuadro malagueño con coraje.

Los de Ibon Navarro tendrán ante sí este domingo la posibilidad de convertirse en campeón de este torneo europeo dos años seguidos, lo que marcaría un nuevo hito en el conjunto de Los Guindos que está familiarizado con la obtención de títulos en los dos últimos años. Un sueño del que ningún aficionado malagueño quiere despertar.

En la final se enfrentará al Galatasaray, que se ha deshecho de La Laguna Tenerife (90-80). El equipo canario, a priori, podía ser el gran rival del malagueño, pero ha caído en semifinales.

Tyson Pérez en una entrada a canasta.

Tyson Pérez en una entrada a canasta. EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU

En esta temporada el Galatasaray y el Unicaja se han enfrentado dos veces en la BCL. Los turcos vencieron en su cancha de dos puntos y en el Carpena se llevaron la victoria los malagueños, aunque también con margen ajustado. Este domingo a las 19:00 se verá quién desempata y se lleva el título. 

Valiente remontada tras un pésimo tercer cuarto

No era nada sencillo vencer en el campo del anfitrión, que fue un hervidero desde mucho antes del inicio del encuentro. El AEK, espoleado por su público, arrancó el partido con decisión, con canastas fáciles bajo tablero y varios rebotes ofensivos que les llevaron a irse 10-4. 

No obstante, los malagueños reaccionaron con un 11-0 de parcial, poniéndose 10-15. El Unicaja parecía haberse metido en el partido y finalizó el primer cuarto con victoria verde (20-23). En el segundo los de Ibon Navarro consiguieron ampliar la distancia con grandes triples de Alberto Díaz o Kendrick Perry (25-32). No obstante, el excajista Kuzminskas empezó a hacer daño en la pintura y acercó a los griegos (29-32). Algo que desatoró Kalinoski con un triple. 

Unicaja se fue al descanso seis arriba (31-37). No estaba haciendo un gran partido, pero iba por delante. Pero en el tercer cuarto llegaron todos los fantasmas. El equipo malagueño cortocircuitó, no entraba una canasta y hubo continuas pérdidas. Los griegos no eran nada del otro mundo, pero espoleados por su público le metieron un 20-7 de parcial al cuadro malagueño que encendió al graderío y todas las alarmas en el banquillo cajista. 

Yankuba Sima celebra una canasta.

Yankuba Sima celebra una canasta. EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU

51-44 a falta de 2:25 lo dice todo. Unicaja solo había metido siete puntos en ocho minutos. El siempre aguerrido Tyson Pérez, que está en gran estado de forma, no estaba dispuesto a rendirse y salvó los muebles en los últimos minutos para irse perdiendo 55-50. 

¿Qué Unicaja se vería en el último cuarto? Afortunadamente lo ocurrido en el tercero fue solo un espejismo. Tras intercambios de canastas (el AEK metió su primer triple del partido), los malagueños consiguieron darle por fin la vuelta al marcador tras un triple de Osetkowski (61-62).

Quedaban 5 minutos de máxima tensión. Pero los nervios atenazaron al AEK en lugar de al campeón. Cinco puntos de Perry y una enorme defensa que les llevó a recuperar cuatro balones casi consecutivos impulsaron las credenciales del Unicaja para meterse en la final. Un 12-0 de parcial en cuatro minutos para los malagueños hizo el resto (65-71).