El fútbol no espera. El Málaga CF vuelve este sábado a La Rosaleda en un partido oficial -ya jugó el Costa del Sol contra el Antequera- tras el doloroso batacazo del descenso a Primera RFEF. Y lo hace apremiado desde ya por las urgencias de una afición que quiere ver a su equipo ganar partidos para salir del pozo que es la Primera RFEF, al nivel de la antigua Segunda B, más aún después de perder ya en el estreno en la categoría contra el Castellón. 

El rival será el Atlético de Madrid B a partir de las 21:30 horas en Martiricos, donde a más de uno de los estén en las gradas le pasará media vida por la cabeza viendo que el Málaga está otra vez en las catacumbas del balompié nacional, donde ya lo vieron y no pensaban volver a verlo. Habrá abonados que ya lo fueron del CD Málaga y que no han abandonado a su equipo tampoco ahora, como no lo hicieron a principios de los años 90 tras la desaparición del CD y vieron desfilar por La Rosaleda a lo más granado de la Tercera División. 

Los tiempos han cambiado. Ya no hay cemento en las gradas, que estarán pobladas de camisetas malaguistas, habrá cámaras de televisión, el césped estará en mejores condiciones... pero el Málaga estará, de nuevo, fuera del fútbol profesional 25 años después. 

Nada de eso tiene que importar cuando la pelota eche a rodar. El Málaga es uno de los favoritos de la categoría y con esas tiene que afrontar el choque de este sábado contra el Atlético de Madrid B, recién ascendido a Primera RFEF y que debutó ganándole al otro equipo malagueño de la categoría, el Antequera CF, por 2-0 en la primera jornada. 

Tras la derrota en Castellón, dolorosa por las formas, con errores individuales que marcaron el resultado final cuando el Málaga tuvo las suyas para ganar, la presión se redobla para los de Sergio Pellicer, que tendrán delante a una afición que ha renovado o comprado sus abonos por encima de las expectativas. 16.000 fieles a pesar de todo. 

El Málaga CF tiene que recuperar la seña de identidad que lo convirtió en un equipo sólido en la pretemporada y que no le permitió poner en práctica el Castellón, saliendo en tromba desde el primer minuto e impidiendo a los blanquiazules llevar el partido a su terreno. 

El once

Se esperan cambios en el equipo titular. En Castellón quedaron señalados algunos hombres como Juande, que podría dejar su sitio a Nelson Monte. No se descarta tampoco un cambio de fichas en el lateral izquierdo, donde Víctor García de momento no ofrece todas las garantías. En el centro del campo hay una variación obligada por la fractura nasal de Juanpe, lo que dejaría sitio a Dani Lorenzo. Y arriba, Larrubia llamó a la puerta y puede tener su sitio en el once. También Kevin. 

Con esto, Alfonso Herrero defenderá la portería, Gabilondo estará en la derecha y Nelson Monte y Galilea en el centro de la zaga, y la duda está en si será Víctor García, Murillo o Dani Sánchez el que juegue por la izquierda. En la medular estará el goleador en Castellón Genaro, escoltado por Sangalli y Dani Lorenzo. Y en punta Dioni y Juan Hernández en los extremos con Roberto de nueve. En esta línea de tres podría tener cabida Larrubia en lugar de Juan Hernández o Roberto.

El rival

Enfrente estará un filial rojiblanco experto en el juego a la contra, arma con al que destrozó al Antequera en la primera jornada con dos zarpazos. De la mano de Luis García Tevenet, el Atlético B se estrena también en la categoría y se le puede colocar la etiqueta de imprevisible, como ocurre con todos los filiales. Si tienen el día, te pueden poner el partido bocabajo. Además, son jugadores jóvenes con mucha calidad en sus botas que encontrarán en La Rosaleda uno de los mejores lugares para mostrarse y ofrecer sus mejores prestaciones. 

El choque estará dirigido por Campos Salinas, del colegio murciano y con nueve años de experiencia en la categoría entre Primera RFEF y Segunda B. 

Con nostalgia o sin ella, con los sentimientos encontrados por la ilusión del primer día y darse a la vez de bruces con la realidad, el Málaga se estrena en La Rosaleda con la necesidad de darle la primera alegría del curso al malaguismo. El tren del retorno a Segunda División está en marcha y las paradas en su estadio se antojan fundamentales para no perderlo.