Una panorámica de casares y los brazos de la niña un día después de clase.
Una menor de 9 años, víctima de bullying en Casares: “Le han dicho que si va arreglada a clase, la paliza será más grande”
La madre de la pequeña denuncia que llega a diario con marcas en los brazos y no quiere ir a clase. Finalmente, ha interpuesto una denuncia ante la Guardia Civil.
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Golpes, insultos, amenazas o burlas. Son algunas de las agresiones que sufren aquellos que sufren bullying. Este no es un problema puntual. Este tipo de violencia está más presente de lo que muchos quisieran, pese a la lucha constante por derrocarlo. Ejemplo de ello es la hija de Carmen, una pequeña de 9 años que llora cada día porque no quiere ir al colegio debido al acoso.
La niña, según cuenta Carmen a EL ESPAÑOL de Málaga, lleva más de un año sufriendo agresiones físicas, insultos y amenazas en su colegio, ubicado en Casares pueblo. “Todos los días viene con algo nuevo”, explica la malagueña.
“Cada vez que va al colegio le tiran pellizcos y le pegan en los bracitos", expone la vecina de Casares. Además, añade que “la pobre mía viene agachando la cabeza, llorando y diciéndome lo que le han hecho”. La situación ha llegado a tal punto que la niña no quiere asistir al colegio y levantarla de la cama a diario para ir a la escuela es una lucha.
La madre sostiene que ha intentado hablar con el centro educativo al que asiste su hija cada día, pero sin conseguir ningún resultado. “No puedo soportar que a las dos de la tarde venga mi hija con un montón de agresiones hechas en el cuerpo”, remarca.
Ante esta situación, ha decidido presentar una denuncia ante la Guardia Civil. Sin embargo, afirma que “me han dicho que ya está puesta la denuncia y que si avanza la cosa me dirán algo”. Por lo que añade que ahora le toca esperar a ver qué pasa, pero no puede más, ya que “el otro día le apretaron los brazos y le dejaron las marcas clavadas de las manos”.
El aislamiento también forma parte de su día a día escolar: "tiene amigos, pero no es su clase". Carmen asegura que su hija ha sido incluso amenazada por su apariencia: "a mi niña le gusta mucho ir bien vestida y arreglada, pero hay un chiquillo que le ha dicho que si va maquillada, que la paliza será más grande".
En cuanto a cambiarla de colegio, le es imposible porque tendría que bajar a otra zona de Casares y no se lo puede permitir en estos momentos. Por ello quiere que esta situación se solucione para que su hija pueda ir a clase con tranquilidad.
Los brazos de la niña.
De igual forma, Carmen hace hincapié en que seguirá luchando hasta encontrar una solución. “No voy a parar hasta que mi hija pueda ir a un colegio tranquilamente a aprender, tenga sus excursiones, su educación y no le hagan estas cosas”, concluye.
Desde la Delegación Territorial de la Consejería de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía en Málaga aseguran que al encontrarse en manos de la Fiscalía de Menores, no pueden facilitar más información.
Eso sí, inciden en que la Junta de Andalucía tiene un protocolo de actuación establecido para casos de acoso escolar. En primer lugar, en el momento en que un miembro de la comunidad tenga conocimiento o sospechas de una situación de acoso ha de comunicarlo a la dirección del centro. Después, el centro debe recopilar toda la información posible para decidir qué medidas tomar.
Por un lado, deben tomar las medidas necesarias para proteger a la persona agredida y evitar agresiones, entre las que están las que garanticen la inmediata seguridad del alumnado, medidas de apoyo y medidas cautelares dirigidas al alumno o alumna acosador. Además, tendrán que informar a las familias de los estudiantes y también comunicarles esta situación al resto de docentes del centro.