Una imagen de Antonio, en el Teatro Cervantes.

Una imagen de Antonio, en el Teatro Cervantes.

Carnaval

Antonio, el malagueño que ha descubierto el Carnaval de Málaga a los 94 años: "Ha sido una experiencia única"

Este vecino de Riogordo recibió la gran sorpresa de acudir al Cervantes y vivir en primera fila el paso de comparsas y murgas, algo que vivió como un sueño.

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Parece que cuando uno habla del concepto de las primeras veces estas solo pueden ocurrir cuando eres joven. El primer beso. El primer amor. El primer vuelo. La primera juerga. El primer hijo. El primer concierto. El primer trabajo... Sin embargo, la magia de la vida permite seguir añadiendo primeras veces a esa bonita lista incluso pasados los 90.

Y si no que se lo digan a Antonio Narváez, un vecino de Ríogordo que el pasado lunes tuvo la oportunidad de acudir por primera vez al Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga por sorpresa. A sus 94 años, reconoce que jamás imaginaría que iba a debutar como espectador en esta fiesta del invierno cálido malagueño.

La oportunidad llegó, en parte, gracias a su nieta. Fue ella, compañera de trabajo de Dede Cortés, autor de la comparsa de Alhaurín, quien lo llevó al Cervantes. Dede, gracias a la predisposición de la Fundación Ciudadana del Carnaval de Málaga, logró entradas para Antonio, su hija y su nieta en primera fila. Además, también tuvieron un pequeño tour por los entresijos del Cervantes, por los camerinos, donde muchas agrupaciones ya se estaban preparando.

Antonio no se esperaba para nada. Últimamente, los únicos motivos para salir del pueblo son temas médicos. "En cuanto se lo dijimos, se puso de los nervios. Atacado, casi sin dormir", dice su hija Alicia, con una sonrisa. Desde su butaca, Antonio quedó maravillado por murgas y comparsas, que define como "un gran espectáculo". "Me sorprendió lo bien que están compenetrados. Ha sido una experiencia estupenda, única. Todo es tan bonito", dice, algo emocionado, el anciano.

Resulta curioso que desde su experiencia, entre todas las actuaciones, recuerda con especial cariño a las agrupaciones infantiles, destacando el talento de los más pequeños sobre el escenario. "Eran todos una monería, tan chiquitillos", añade.

Las coplillas de los 50

La vida de Antonio no ha sido fácil. Su vida ha estado marcada por la pérdida de sus padres muy joven. Su madre perdió la vida en el parto de uno de sus hermanos. Apenas tenía dos años. Su padre murió en la guerra. Él y sus tres hermanos llegaron por suerte a manos de unos tíos que los sacaron adelante pese a lo difícil que se lo puso la vida.

Recuerda aquelos años con dolor, pero reconoce que de todo se ha sobrepuesto con mucho esfuerzo y trabajo. Ha dedicado gran parte de su vida a la construcción y ha logrado crear una familia preciosa, conformada por cuatro hijos y siete nietos de la mano de su mujer. Para él, ese es el mejor regalo que la vida le ha dado. 

Pero a su edad, son muchos los recuerdos que guarda de su juventud. Prefiere quedarse con lo bueno. Cuando no era más que uno veinteañero formó junto a sus amigos una comparsa en su pueblo. "Salíamos a cantar sobre las cosas que pasaban en el pueblo. Tocaba la guitarra y lo pasábamos muy bien, pero nada que ver con lo que hay ahora, eso es un espectáculo", recuerda con nostalgia. En aquellos tiempos el carnaval era prácticamente inexistente debido a los tiempos políticos que corrían.

Más allá del carnaval, Antonio es un apasionado de la lectura y la escritura. Durante años ha escrito cartas, discursos y dedicatorias para eventos familiares, como aniversarios o comuniones. Ahora, tras la experiencia en el Cervantes, ha aceptado el reto de escribir una copla para el próximo carnaval. "Voy a hacer lo posible por escribir una para el año que viene. Si sigo vivo os la daré para que llegue a alguna agrupación", promete con ilusión.

El Carnaval de Málaga cada vez está llegando a más personas mayores a través de la iniciativa Carnaval del mayor, pero Antonio anima a todos aquellos ancianos que no lo conocen a que se asomen al teatro el próximo año o pillen en una esquinita de la calle a una agrupación cantando: "No se lo pierdan. Es una de las cosas más bonitas y emocionantes que hay. Yo, a todos los que pueda, se lo voy a recomendar". Con su ejemplo, se demuestra que el Carnaval de Málaga no tiene edad. Autores, ya saben que hay una letra pendiente para el año que viene con la que pueden contar.