
Lola Cabrillana, autora de 'Vulnerables'.
Lola Cabrillana, autora de 'Vulnerables': "Me siento más maestra que escritora porque con mis libros intento enseñar"
La malagueña sigue cosechando éxitos con su última novela, donde la trama se centra en la violencia cibernética, algo que está a la orden del día.
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Cuando habla de su trabajo en los últimos tres años, su mirada, algo cansada, le brilla. El camino ha sido duro, pero muy gratificante. Sus tres retoños literarios, La maestra gitana, Las cuatro esquinas del mar y ahora Vulnerables son el resultado de cientos de idas y venidas en coche desde casa al colegio de Palma-Palmilla donde es maestra infantil. Tiene una hora de camino, por lo que tiene tiempo para que la imaginación brote hasta que en el verano se sienta a escribir. 25 pequeñines, o como ella misma dice siempre, 25 "realidades", le acompañan a diario en esta vida frenética, y le inspiran a la hora de hacer sus relatos.
Lola nació para enseñar, es por ello que aunque sus libros figuran en importantes ferias culturales y escaparates de librerías, ella se sigue sintiendo más maestra que escritora más allá del aula, pues con sus novelas siempre trata de "enseñar algo". Su último libro, Vulnerables, es un verdadero manual de aprendizaje para padres, profesores y adolescentes; una novela que abre los ojos ante los peligros de las redes.
Lola Cabrillana no tiene claro si Vulnerables es su mejor novela, pero sí afirma con convicción que es la que más le ha costado escribir, por su compleja estructura narrativa, un estilo que nunca había tocado antes, jugando con diferentes narradores, según qué parte del libro, y con un objetivo: llegar a esos tres públicos. "Quiero que lo lean todos, pero, sobre todo, los padres. Ellos viven en una realidad que a veces se nos escapa a muchos de nosotros y he investigado mucho sobre ello, incluso haciéndome pasar por una chica joven... lo que he visto que hay con los sugar daddies es muy grave", declara Cabrillana.
Vulnerables nace de algo muy profundo. Su semilla fue una vivencia muy personal: algo terrible que le ocurrió a su hermana. “No puedo contarlo para no hacer spoiler, es muy duro, pero fue una experiencia que marcó a toda nuestra familia”. De ahí nació el impulso por contar una historia que pudiera ayudar a otras personas. “Ella me dijo que tenía que contarlo con cariño y bien contado, como yo sabía hacerlo, para que no le volviera a pasar algo así a ninguna niña. Y yo acepté", sostiene Lola.
La novela, de total actualidad, habla de tres niñas adolescentes: Arabia, Tamo y Estefanía. Aunque viven en diferentes localidades de Málaga: Benalmádena, Fuengirola y Torremolinos; las tres desaparecen y acaban siendo localizadas en una casa rodeadas de cámaras rotas y con un cenicero que tiene las llaves que abren todas las puertas. Con ese panorama arranca una novela que engancha capítulo a capítulo desde el primero, pues nada es nunca lo que parece.
Las chicas tienen historias duras y entornos familiares muy complejos. “Eso lo ves a diario en el aula. Lo hice aposta. A veces pensamos que la pobreza está lejos, pero la tienes delante de tus ojos. Cuando eres maestra lo notas en cómo visten, en cómo comen...", lamenta. Además, en el libro refleja a tres madres muy diferentes: entre ellas, una dentro del círculo de maltrato y otra con autismo, esta segunda es un personaje con un enfoque interesantísimo, porque el autismo en personas adultas es muchas veces un tabú. “Quería mostrar que hay muchas maneras de ser madre, y que todas tienen condiciones diferentes. Creo que ellas podían ser tres espejos para reflejar sus realidades", explica.
Y la violencia cibernética es el eje central de la novela. Para documentarse, Cabrillana se sumergió en mundos oscuros. “Me metí en webs donde usuarios aconsejaban sobre cómo sacarle partido a un sugar daddy y así engañar a menores para obtener determinado contenido. Fue espantoso”. La novela, aunque de ficción, está atravesada por realidades que suceden hoy mismo, muchas de ellas vinculadas con el uso de redes sociales y la manipulación digital. El uso de la inteligencia artificial en la producción de contenido explícito fue otra revelación impactante para la escritora. “Ahora se pueden fabricar fotos falsas, vídeos... y nadie se da cuenta. Yo misma vi que me podía hacer un perfil de una chica joven con IA. Es muy fácil. Es una locura. Y todo eso se refleja en el libro", relata.
La escritora también invita a reflexionar acerca de qué subimos a Internet. En la presentación de su libro, una persona fue narrando los gustos y aficiones de algunas de las personas del público que Lola sabía que iban a venir fingiendo que tenía poderes para averiguar esta información. Al final, explicaron que el único poder era echar un vistazo a lo que subían a las redes. Ahí muchos de ellos se dieron cuenta de que una desconocida tenía más información de ellos de lo que pensaban y se fueron a casa reflexionando sobre ello.
Lola, precisamente, utiliza mucho las redes sociales. Ha sido a raíz de su cuenta de X, antiguo Twitter, @de_infantil, a partir de la cual comenzó a tener más visibilidad hasta superar los 45.000 seguidores y seguir logrando vender ediciones de sus libros. Sin embargo, ella también encara el lado malo del mundo digital: los haters. Han llegado a quemar sus libros en vídeo, la insultan por el simple hecho de ser gitana, han llegado a regalar sus libros en pdf respondiendo a tuits que sube ella misma y se inventan bulos para desprestigiarla.
Aunque ha aprendido a gestionar mejor las emociones que le provocan este tipo de situaciones, pase lo que pase, ella seguirá denunciando y respondiendo a estos hechos, pues cree que si "no lo visualizo, no existe". Así que ahí seguirá al pie del cañón contra ellos, pues sabe que a más popularidad, más odio.
Más allá de todo ello, Lola está en un momento precioso de su vida. "Paso más tiempo en el tren que en mi casa. Tengo una maleta siempre hecha con mi neceser básico", dice con una sonrisa. No para de viajar por España para formar parte de presentaciones, eventos... "Esta es la vida que me gusta, yo soy muy feliz. Tengo que reconocerlo", añade.
Lola no descansa. Aunque Vulnerables aún resuena entre su público, ya tiene en mente nuevos proyectos. "Una segunda parte de La Maestra Gitana está ya en mi cabeza y solo queda que salga la oportunidad de poder publicarla, me haría mucha ilusión”. Cuando se le pregunta si su mente descansa, lo deja claro riendo: “No. Mi cerebro no descansa nunca”. Y que no lo haga jamás, si es para darnos grandes relatos como Vulnerables.