Vídeo de los trabajos arqueológicos del Metro de Málaga en la calle Hilera y de la necrópolis romana desenterrada.

Málaga

Secretos de Roma en Málaga: la necrópolis del Metro abre una ventana a saber qué comían, de qué enfermaban y cómo vivían

Cultura subraya la necesidad de ligar la investigación arqueológica a la antropológica de los restos encontrados. Hasta ahora se enumeran más de 400 individuos.

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El Metro vuelve a abrir una puerta a la historia de Málaga. Como viene haciendo desde que se inició su construcción a mediados de 2006, el avance del suburbano afianza el papel moderno de la ciudad, al tiempo que profundiza en el conocimiento de una urbe que hunde sus raíces hace más de 3.000 años.

Durante las casi dos décadas de ejecución de la infraestructura, los trabajos del ferrocarril urbano han servido para redescubrir la presencia de las civilizaciones antiguas, con especial relevancia para la musulmana.

La extraordinaria labor arqueológica desarrollada en la Avenida de Andalucía, con un yacimiento de unos 4.000 metros cuadrados, ofreció una nueva visión del arrabal árabe de Attabanim. Los especialistas pudieron constatar que las dimensiones del barrio levantado más allá de la muralla nazarí era mucho más extenso y complejo de lo esperado.

Años más tarde, este papel arqueólogo tiene su traslación a la calle Hilera, donde la ejecución del primero de los tres tramos del Metro al Civil ha sacado a la luz la mayor necrópolis romana de la capital de la Costa del Sol, correspondiente al Alto y Bajo Imperial y que se encuadra del siglo II al IV D.C.

Es tal el valor de lo ya encontrado, que la Consejería de Cultura ha determinado la necesidad de ampliar el foco de investigación a la mayor parte de la vía. La resolución, que condiciona el avance de los trabajos de reposición en superficie del Metro, deja vía libre a los investigadores para seguir en la tarea durante los próximos meses.

La excavación en extensión se alargará a 400 metros de largo. Hasta la fecha,después de que los arqueólogos tomasen los mandos el pasado mes de mayo, la labor realizada amplía seriamente la idea que se tenía de la presencia de Roma en la ciudad.

Los 274 enterramientos encontrados hasta el momento, en los que han sido hallados restos de más de 400 individuos, se localizan sobre un espacio que se pensaba que llegaba el mar en época romana. La hipótesis ahora corregida es que la zona fue ganada al mar en etapa musulmana.

La localización de las tumbas invita a los especialistas a pensar que pueden encontrar un nuevo camino de salida de la ciudad, una calzada o una vía romana. ¿Por qué? Porque está confirmado que los romanos enterraban a los muertos a ambos lados de una vía o camino.

Pero más allá del aspecto vinculado a los enterramientos, es especialmente relevante el hecho de que Cultura subraye la necesidad de ligar el estudio arqueológico al antropológico de los restos encontrados.

Estudio antropológico

Una circunstancia que abre una gran oportunidad para conocer cómo vivían esos romanos, cómo trabajaban, su dieta e incluso las enfermedades que padecieron. Detalles a los que se pueden agregar estudios botánicos sobre lo que cultivaban, sobre las especies arbóreas y los tipos de agricultura que practicaban.

La resolución de Cultura incide en que, lejos de lo ocurrido en otras etapas de la obra del Metro, ha de darse prioridad a la extracción, protección y puesta en valor de las tumbas que están mejor conservadas. 

Esas piezas serán recuperadas y trasladadas al futuro museo arqueológico que la Junta viene prometiendo desde hace años y que estará localizado en la estación Guadalmedina. Los nuevos hallazgos romanos se sumarán a los que fueron extraídos en el tajo de la Avenida de Andalucía.