Una imagen del tren a oscuras esta madrugada.

Una imagen del tren a oscuras esta madrugada. Marta Clavero

Málaga

La pesadilla de los viajeros del AVE este lunes tras el robo de cables: "Horas sin comer, a oscuras y con incertidumbre"

Un 'sabotaje' en la línea ferroviaria, a la altura de Toledo ha provocado en la madrugada de este domingo retrasos de más de 30 trenes. Miles de pasajeros se han visto afectados.

Más información: Lunes caótico en María Zambrano con cientos de pasajeros afectados por el sabotaje del AVE: "Es desesperante, nadie nos dice nada"

Publicada
Actualizada

Una auténtica pesadilla. Así definen todos los viajeros de tren afectados por la avería tras el robo de cables en la línea que une Andalucía con Madrid a la altura de Toledo la tarde del domingo. Sus viajes, que no debían superar las cuatro horas, se han alargado hasta horas increíbles. Muchos han pasado la noche intentando pegar ojo en un tren a oscuras, con frío y con la incertidumbre de saber qué iba a pasar con ellos, muchos de ellos con compromisos laborales este lunes.

Marta iba de Málaga a Madrid y cogió el AVE a las 8.05. Su viaje hasta Córdoba fue tranquilo, pero en esta ciudad andaluza, relata, el tren se quedó parado y hubo "algo de lío" con los pasajeros. Creía que la tardanza en volver a arrancar se debía a ello, pero descubrió que no cuando escuchó a una azafata mencionar el "robo de una catenaria". Los pasajeros se fueron a la cafetería, conscientes de que algo ocurría, pero sin darle demasiada importancia.

Estuvieron casi media hora en Córdoba y ya reanudaron la marcha, así que pensaban que todo quedaría "en una anécdota". Las paradas de su tren eran Córdoba, Puertollano, Ciudad Real y Madrid. Pero el tren se detuvo en Villanueva. "Cuando vi que la parada fue de más de diez minutos, pensé que esto era por el robo de cables. Allí nos quedamos hora y pico. Y ya poco a poco fuimos reanudando la marcha y en cada estación de tren que cruzábamos íbamos parando y nos quedábamos un tiempo", sostiene.

Ya en Puertollano, les informan de que tienen que "maniobrar" mucho para bajarse en el andén correcto y que si alguien necesitaba quedarse en Puertollano, que irían hasta Ciudad Real y desde allí le pondrían un taxi. Sin embargo, la parada se alargó demasiado, lo que siguió preocupando a Marta. "Entonces oigo por megafonía que la hora prevista de llegada a Madrid, que era a las 23.00 horas, sería a las cinco de la mañana, que había seis horas de retraso", recuerda con indignación.

Entonces ya el tren era un hervidero de frustración. La mayoría recriminaban al equipo de Renfe presente que era lunes y que había que ir a trabajar. "Lo peor fue cuando fuimos leyendo las noticias y nos enteramos de que el cable se robó a las seis de la tarde y que nuestro tren salió a las ocho de la tarde y nadie nos dio aviso de nada", lamenta.

Para Marta, lo mejor hubiera sido recibir esa información con antelación, ya que hubieran cogido un avión, un coche o lo que fuera. "Había niños pequeños, había gente mayor. Y mientras tanto, el ministro de Transportes durmiendo en su cama... Todos sentíamos que nadie se estaba preocupando por nosotros. Leíamos que a las ocho de la tarde estaba solucionado y a nosotros no nos habían traído agua, ni comida. Renfe nos repartió vasos de agua, pero poco más", añade. Para ella, lo peor fue que les dejaran montarse en el tren cuando ya había problemas detectados.

Finalmente, la joven ha podido llegar a su destino a las 5.20 horas. Incluso ha tenido que coger un Uber en el que se ha maquillado para llegar a tiempo al trabajo, algo que le parece surrealista, ya que ha tenido que ir casi sin dormir a su puesto. "Han sido 16 horas encerrado en un tren, declara el comunicador al otro lado del teléfono con voz cansada.

El que tampoco ha pegado ojo ha sido el periodista malagueño Jesús Navarro, quien cogió un tren en Barcelona para ir a Sevilla y tiene que volver a coger otro en unas horas hacia Madrid. Reconoce estar "acojonado" por si se vuelven a producir retrasos después de la noche tan dura que ha pasado en el interior de su tren a oscuras. En su caso, debía llegar a Sevilla sobre las diez de la noche y ha acabado llegando prácticamente a las nueve de la mañana.

Él salía de Barcelona sobre las cinco de la tarde y tenía que llegar a las 22.20 horas. Pero el viaje se le alargó bastante más. "Hasta cuando llegamos a Madrid, todo bien, pero en La Sagra-Toledo, a 20 minutos de Madrid, el tren se para. Y ya nos dicen en megafonía lo del robo de cables. Yo no daba crédito. Cuando aluciné realmente es cuando al poco tiempo informan que la luz que tenemos es la de la batería que dispone y que en poco rato iba a quedar todo a oscuras. Que nos sentáramos en nuestros asientos y guardáramos paciencia", sostiene.

A las 21.30 horas, "pum", todo a oscuras. Reconoce que sufría por los más pequeños del tren, por los que llamaron al 112 para pedir que alguien trajera agua caliente para los biberones. "La Guardia Civil trajo agua fría y caliente. El resto fue cuestión de esperar. Siete horas sin luz y sobre las seis de la mañana ya volvió la luz. Nos dijeron que un tren iba a venir a situarse paralelo al nuestro y nos iban a traspasar a ese. Luego nos dieron otra versión de que iban a solucionar la avería y que tenían que desalojar el tren. Luego que si iban a volver hacia atrás. Total, que al final lo que hicieron es que nos devolvieron a un punto con tensión usando una locomotora de gasóil, que actuó de remolque", explica el periodista, que no entiende cómo puede haber vivido "dos apagones en una semana".

En el caso de Charo, ella salió  sobre las 18.40 horas de Málaga a Madrid y estaba previsto que llegaran sobre las 21.30. El tren salió en hora, sin ningún tipo de retraso, pero en Puertollano estuvieron dos horas paradas. Otras amigas les habían informado que tenían problemas en sus trenes. "Ahí nos dimos cuenta de que algo de retraso íbamos a tener, pero no hasta este nivel", sostiene. Poco a poco fueron avanzando, pero muy lentamente.

"Al robo de cables también nos dijeron que había habido un problema con una catenaria con un tren de Iryo. Y además a nuestro tren afectó una emergencia médica que nos dejó parados una hora porque la ambulancia tardó en venir. La evacuaron y seguimos muy poquito a poco hasta pasar la zona del problema y recuperar la velocidad normal. Al final eran más de las 4 de la madrugada cuando llegamos", añade la joven. 

Como víveres, dice, solo agua en vasos que le iban dando cuando lo pedían. En la cafetería les vendieron unos picos de pan con unas Coca-Cola, "por llenar el estómago". Pero reconoce que el personal del tren fue muy amable y que los pasajeros se comportaron muy bien, no hubo ningún tipo de altercado. "Lo que está claro es que no se puede seguir así, hay que mirar la seguridad de nuestras vías de tren... Que todo ocurrió por un robo de cable", lamenta. 

Para ella, la solución hubiera sido que los trenes que salieron después de que sucediera el problema se hubieran cancelado o que en Puertollano se hubieran evacuado a los pasajeros en autobuses aprovechando el gran parón. 

Calde, por su parte, ha vivido este 'caos' ferroviario de otra forma. Iba a Madrid esta mañana temprano para una reunión de trabajo y después de horas esperando encerrado en su tren, reconoce haberse "rendido". "Los trabajadores no tenían ninguna previsión sobre la hora de salida estimada y era absurdo seguir esperando allí. Máxime si tenías la vuelta el mismo día…", zanja.