La próxima primavera será "la última ventana de oportunidad" para la llegada de la ansiada lluvia. Estas declaraciones, pronunciadas hace dos semanas por el presidente de la Junta, Juanma Moreno, advierten de la situación tan dramática en la que se encuentra Andalucía en general (y Málaga en particular) debido a la falta de agua. 

La declaración de "excepcional sequía" ha venido acompañada a lo largo del 2023 de una serie de restricciones con las que intentar amortiguar el impacto de la crisis y ganar tiempo hasta que las condiciones climáticas vuelvan a ser favorables. Esto último forma parte de unas predicciones optimistas que, hasta la fecha, no parecen coincidir con la realidad. 

El dato que mejor refleja el estado de la cuestión se corresponde con el agua acumulada en los embalses. Las cifras relativas al final de año muestran que Málaga cuenta con una reserva de 103 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone un 16,73% de la capacidad total de la que disponen (616 hm3). 

La perspectiva se recrucede todavía más si esta comparación se hace con respecto a otros indicadores. Así, en 2022, las reservas eran de 229hm3. Más llamativo resulta aún el análisis si se tiene en cuenta como punto de partida los últimos 10 años: la media de la década es de 333hm3, con una ocupación que supera el 54%. 

Por pantanos, cabe señalar que Casasola está al 27% de su capacidad (6hm3 de 22), lo que significa casi la mitad que hace un año, cuando rondaba el 50%. Lo mismo ocurre con Conde Guadalhorce, que pasa de los 20hm3 en 2022 a 11hm3 en la actualidad (16%), siendo la capacidad de 66hm3.

El Limonero dispone de 5hm3 (22,7%) de los 22hm3 de capacidad, mientras que hace un año tenía casi el doble de agua. Guadalhorce-Guadalteba ha perdido un hm3 en la última semana, por lo que dispone de 55 de 279 (19,71%). En 2022, esta cifra era de 131, por lo que ha descendido casi 30 puntos en un año.

La Concepción se queda en el 22,5% (14hm3 de 62hm3), pero quien sale peor parada es La Viñuela: sus reservas apenas superan el 7%. De los 165hm3 que tiene de capacidad, únicamente hay 12hm3, cuando la media de la última década ha sido de 64.

Medidas

Cabe recordar que el pasado diciembre, la junta puso en marcha una nueva estrategia de lucha contra la sequía y obtención de nuevos recursos hídricos en un momento especialmente dramático por la escasez de lluvias. El programa, bautizado con el nombre de Sequía Plus incluye, entre las medidas más llamativas, la puesta en funcionamiento de desaladoras portátiles en Marbella y la comarca de la Axarquía.

Esta nueva estrategia incluye actuaciones en las tres demarcaciones hidrográficas intracomunitarias de competencia autonómica (Guadalete-Barbate, Cuencas Mediterráneas Andaluzas y Tinto-Odiel-Piedras) y articula los proyectos en base a dos vías de actuación. 

Del mismo modo, tras la deliberación acordada por la comisión de seguimiento de la sequía de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga anunció en noviembre las nuevas restricciones para minimizar en un 20% el abastecimiento urbano. 

Una de las medidas que más efectos va a generar es la que tiene que ver con el regado de parques y jardines. En verano ya se redujo a la mitad el uso de agua potable, aplicándose actualmente un 95% de agua del freático, pero a partir de ahora su prohibición será total. Para evitar afectar a especies arbóreas, los esfuerzos se centrarán en la suspensión del ciego de praderas de césped.

Otro aspecto que señalan es el de la búsqueda y reparación de fugas por parte de Emasa. Actualmente se ha podido intervenir en 25 puntos donde había indicios de pérdida y recuperar el volumen de 60 litros por segundo, lo que supone un 3,85% del caudal medio diario del último mes.